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EU.- El domingo, Roger Federer cumple 40 años y está inmerso en un problema debido a la lesión que arrastra desde el año pasado en la rodilla derecha, la que pone en jaque su gran carrera, ya que no le permite planificar un calendario y jugar los torneos que más quiere.
Esa dolencia física tiene contra las cuerdas al genio de Basilea. Y otra muestra cabal es que se bajó de los Masters 1000 de Toronto y Cinncinnati, por lo que no juega un torneo de ese nivel hace ya 22 meses.
Por su juego tan natural, no como el caso de tantos colegas que sufren lesiones por una propuesta desgastante y física, Federer casi no había sufrido problemas con su cuerpo. Tampoco había tenido mala suerte con algún contratiempo en pleno partido. El primer parado importante lo padeció en 2016, cuando se perdió la segunda mitad de temporada.
Un problema de menisco en la rodilla derecha tiene en jaque la carrera de Federer, quien pretendía jugar este año sin inconvenientes. Repitió tras Wimbledon que su intención es seguir jugando, pero no logra superar este escollo, y no hay palabra oficial sobre la gravedad de su dolencia. Apenas pudo participar en 2021 en cinco torneos, en Doha, Ginebra, Roland Garros, Halle y Wimbledon, siendo cuarto finalista en Londres, se perdió los Juegos Olímpicos de Tokio y ahora se quedó sin los dos Masters 1000 previos al Abierto de Estados Unidos, último Major del año.
