Los anaqueles de los supermercados lucen vacíos en Venezuela. Esta vez el desabasto lo produjo la excesiva reducción de precios de alimentos, rebajas de 70 por ciento, ordenado por el régimen de Nicolás Maduro.
Aunque los habitantes de la capital venezolana reconocen que la medida de control es errada, planeaban aprovechar la rebaja de los precios y conseguir alimentos para sus familias. “Mala política, pero tenemos que comer”, justificó el pasado 6 de enero Edgar Romero, un percusionista de 45 años que apoyó al gobierno de Hugo Chávez, pero que está decepcionado de las decisiones de Maduro.
Fuente: La Razón