Córdoba.- Con una sonrisa amable y una atención para preguntarle a los transeúntes, si necesitan que les tomen la presión y chequen el nivel de azúcar, así es como inicia la jornada para María del Carmen Solís Ramírez, quien después de su accidente en uno de sus pies a causa de un camión, continúa en la lucha del trabajo.
Una imprudencia por parte de un chofer de autobús al no poner atención en su manejo y subirse a la banqueta, cambio la vida de María del Carmen Solís Ramírez, cuando este, le destrozo el tobillo y ya no pudo laborar.
“Me encontraba en la banqueta contando dinero, lo recuerdo, cuando de pronto el autobús subió hasta la banqueta y me atropelló, provocando que se destrozara mi pie”, explicó.
La mala fortuna no permitió que Solís Ramírez fuera jubilada. “No me dieron nada porque fue un accidente fuera del consultorio”, detalló.
Con un banco en las afueras de conocida zapatería ubicada en la calle 7, es como ofrece sus servicios de chequeo de presión y azúcar, cobrando por cada uno de ellos 10 pesos.
