AGENCIA
CDMX.- En los últimos cuatro años se ha registrado un incremento en los asesinatos de niñas y mujeres por motivos de género en México, encontró un estudio publicado recientemente por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
En el 2021, alrededor de 45 mil mujeres y niñas fueron asesinadas en todo el mundo, a manos de sus parejas sentimentales u miembros de sus familias, de un total estimado de 81 mil 100 que murieron violentamente, lo que significa que cada hora fueron asesinadas al menos cinco mujeres o niñas, indicó el reporte de UNODC.
Pero, no hay datos que permitan precisar en México cuántas víctimas tenían una relación de pareja sentimental o parentesco con el victimario, puesto que las cifras oficiales no cuentan con mayor información contextual sobre estas muertes violentas.
“En 2021, el número de mujeres y niñas víctimas de una muerte violenta fue de 4 mil 002 según este registro (del Inegi)”, compartió Salomé Flores Sierra Franzoni, Coordinadora del Centro de Excelencia UNODC-INEGI. “De esas muertes violentas de mujeres, sólo podemos saber que en 19 casos, el homicida fue el esposo o cónyuge y en 10 casos, fue el padre, la madre o un hijo”.
A comparación de los hombres, registró el informe, las mujeres sufren de mayor violencia homicida en sus hogares y a manos de sus parejas sentimentales o familiares: mientras que la cifra de hombres asesinados en estas condiciones es del 11 por ciento, las mujeres son víctimas de estas condiciones en un 56 por ciento (%); es decir, cinco veces más.
“El hogar tendría que ser el lugar en el que las mujeres y niñas se sienten seguras y protegidas. Tendrían que sentirse a salvo y los datos nos dicen que las mujeres y niñas tienen mayores probabilidades de ser asesinadas por su pareja sentimental o algún familiar en comparación con los hombres”, lamentó Flores Sierra Franzoni.
“Es fundamental, destinar recursos para implementar programas e intervenciones de fortalecimiento de habilidades para la vida, por ejemplo, para que hombres y mujeres mejoren sus habilidades de comunicación y de gestión de conflictos. También es importante, enfocar esfuerzos para transformar las actitudes, creencias y normas tanto de hombres como de mujeres respecto de las normas y los estereotipos de género buscando que las conductas de control, maltrato y subordinación ya no sean toleradas”, consideró.
En un informe publicado por la organización MundoSur en este año, titulado “Fem(in)icidios bajo la lupa en América Latina y el Caribe: Desafíos para un análisis interseccional”, ya se advertía que los datos oficiales de feminicidios en México únicamente consideran la variable de edad como grupo etario, pero no hay información que permita visibilizar: transfeminicidios, la identidad étnica, si la víctima tenía alguna discapacidad, si era migrante, cuál era el vínculo de la víctima con el victimario, su situación económica ni si tenía descendencia bajo su cargo.
A esto hay que sumarle tener información sobre otros tipos de violencias que generalmente quedan desatendidas por el Estado, por lo que se necesita también general acciones multiactor, multinivel y multilaterales que involucren no sólo a instituciones gubernamentales, sino también a la sociedad civil, academia y sector privado.