EL DEVORADOR DE PECADOS
Vaya papelote realizado por el secretario de Infraestructura y Obras Públicas, Gerardo Buganza Salmerón pues su comparecencia ante los legisladores locales no pasó de
dos vertientes.
Una, la de interés periodístico por lo escandaloso del tema, que tiene que ver con la corrupción imperante en esa dependencia y las denuncias interpuestas contra empresas constructoras que defraudaron al erario con obras fantasmas, mal hechas y con presupuestos alterados para
sacar tajada financiera.
Y la segunda, que fue el tema central del boletín oficial emitido por el gobierno del estado, que se apoya en cifras lanzadas con la intención de aparentar lo que no fue: un trabajo eficiente y de impacto
a la sociedad.
Así por ejemplo, en el comunicado de la Coordinación de Comunicación Social se difunde el dato espectacular “Más de 4 mil 800 millones de pesos invertidos en infraestructura en el 2014” y sigue con la cifra de “mil 937 obras, que representan un incremento del 55 por cierto del promedio anual de otros ejercicios (sic)”.
Escondido en el texto se dice que de esa cifra casi la mitad fue destinada para las remodelaciones y construcciones de espacios deportivos que se usaron para los Juegos Centroamericanos y del Caribe (JCC), aún cuando esa justa tuvo presupuesto federal destinado desde hace más de dos años.
Entonces, ¿por qué se tuvo que distraer dos mil millones de pesos del presupuesto 2014 hacia ese rubro?. Sencillo, porque se robaron el dinero anterior –desde la fidelidad- y a marchas forzadas sacaron dinero de todos lados para tapar el saqueo y terminar obras comprometidas para las justas deportivas.
Buganza informó también que de ese gasto espectacular de 4 mil 800 millones de pesos, mil 841 millones se destinaron a la entrega paritaria del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden) para reparar infraestructura dañada por los meteoros. Y con ese dato, quedan solo 959 millones de pesos inyectados realmente por la SIOP para obras en este año. ¿Alguna de importancia?. Ninguna, puro bacheo, colocar parches a los puentes que se construyeron en la fidelidad y que se están cayendo, repavimentar algunos tramos carreteros y hacer otras bisuterías.
De ahí que en el mismo boletín de prensa oficial se hace alarde mil 937 obras pero no detallan una sola.
La regla en comunicación social es resaltar aquellas acciones que por su monto o su impacto ofrezcan un ejemplo de que las administraciones públicas responden a las demandas de la población pero en este año no hay ninguna que presumir y de ahí que los detalles se escondieron cuando deberían gritarse a los cuatro vientos.
Sobre el tema de interés periodístico –y que debió ser, obligatoriamente, el centro de la glosa del informe por parte de los parlamentarios- , el persignado Buganza repitió lo mismo que ha dicho lo largo de este año, sobre las denuncias penales interpuestas ante la Procuraduría local y la PGR contra empresas constructoras que defraudaron al erario público. Tema viejo y reciclado a conveniencia. A principios de este año hablaba de 20 querellas y ahora le sumó otras ocho pero lo real es que no hay ningún constructor en prisión, es más ni siquiera se sabe la identidad de los denunciados pese a que el chanchullo que hicieron fue con dinero de los veracruzanos.
Los contribuyentes tienen derecho a saber la identidad de quienes se roban su dinero pero desde palacio de gobierno hay un manto protector que se antoja a complicidad. Ni un solo hombre encarcelado por ese latrocinio y ni un solo nombre revelado.
En abril pasado, al ser entrevistado por los reporteros jalapeños luego de que corrió la versión de que las denuncias penales presentadas en la PGR eran mentira, el propio Buganza se mostró como protector de la identidad de los que se embolsaron el dinero público.
Al mencionarle nombres de compañías como “Constructora del Sureste”, “Goli”, “Alzurio” y “Moraza”, consentidas de la fidelidad con contratos millonarios de obra pública –y cuyos nombres habían sido filtrados a la prensa como las que habían sido denunciadas-, el cordobés recurrió a su grandilocuencia religiosa.
“He dicho el pecado, no el pecador, y he actuado en consecuencia a lo que marca la ley”. Así, se puso un candado en la boca para no revelar el nombre de los pillos que saquearon el dinero de los veracruzanos y tragó el nombre de los pecadores.
Ayer fue lo mismo, dijo cifras, lanzó advertencias al aire y presumió una legalidad inexistente pero no citó un solo nombre de los constructores corruptos.
Más aún, van varios meses de que están abiertas las averiguaciones previas y tampoco hay un funcionario o exfuncionario en prisión. Nadie ha sido llamado a comparecer ante un ministerio público.
Por ahí andan deambulando impunemente sus antecesores en la entonces Secretaría de Comunicaciones de Veracruz (Secomver), Marcos Theurel, Guillermo Herrera, Antonio Valencia y Raúl Zarrabal.
El último de esa lista, Zarrabal Ferat que es diputado priísta, fue blanco de una investigación en el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) por el desfalco de 19.5 millones de pesos correspondiente al ejercicio fiscal 2013 pero se trató de un mero “calambre” de tipo político pues se le acusaba de suscribir algún pacto con la familia Yunes que controla al PAN en Boca del Río para contribuir a la derrota del candidato priísta a la alcaldía, Sergio Pazos Navarrete.
La investigación no pasó de un susto y ahora Zarrabal se pavonea como si fuera la Purísima Concepción y hasta lo quieren nombrar como coordinador de la bancada de diputados del tricolor.
Buganza dice, como si fuera un sermón de misa, que puso orden en la dependencia y que todo se maneja con rectitud. Es más, dio una perla declarativa que podría ser elevada a los altares: “Hoy, los procesos de contratación y ejecución de obra pública están estrictamente vigilados”.
¿No sabrá este señor, tan rezandero, que mentir es uno de los siete
pecados capitales?.
Habla de vigilancia en la entrega de contratos para obra pública y apenas hace unos meses la periodista Carmen Aristegui reveló en su noticiero radiofónico la existencia de una red de constructoras que extraen recursos públicos mediante licitaciones simuladas y tráfico de influencias en varios estados del país,
incluyendo Veracruz.
En la entidad veracruzana esas firmas corruptas recibieron contratos para levantar parte de las instalaciones de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, y entre ellas están las que en abril pasado se le mencionaron al propio Buganza: “Goli” y “Moraza”, ligadas a la fidelidad, además de las compañías “Expectras Infraestructura” y “ Crey”. Por eso mueve a la risa y debe tomarse como un chiste la declaración de que la entrega de contratos está vigilada y en estricto apego a la ley.
øY LA AUTOPISTA?
Un dato adicional que demuestra que la comparecencia de Buganza Salmerón ante el congreso local fue pura palabrería es que se quedó en el olvido lo que hace un año, ante los mismos legisladores que realizaban la glosa del informe 2013, anunció sobre la construcción de la autopista Córdoba-Jalapa.
Dijo que en este 2014 arrancarían las obras pues ya se habían concluido los proyectos ejecutivos, los estudios complementarios y los trámites de liberación de derecho de vía. Fue mentira, no
ha pasado nada.
Ni una sola piedra se ha colocado. La autopista Córdoba- Jalapa es una obra que ha sido demandada durante los últimos treinta años ante el deterioro e insuficiencia para desahogar el flujo vehicular de la carretera federal Fortín de las Flores-Huatusco-Jalapa, que se convirtió en una vía peligrosa no solo por la falta de mantenimiento sino porque su construcción, hace seis décadas, se realizó en una orografía altamente accidentada.
Todo indica que dicha obra carretera no se realizará en este sexenio, al que le quedan dos años y tiene las arcas vacías por el saqueo financiero que arrastra desde la época del innombrable.
Es una situación que perjudica a los cordobeses y al resto de los habitantes de al menos 50 municipios de la zona centro que se verían beneficiados con dicha vía que conectaría a la
capital del estado.
Frustrados se han de sentir todos los cordobeses que apostaron que con tener a dos paisanos en palacio de gobierno, uno como gobernador y otro como, secretario de Gobierno primero y titular de Obras Públicas, después, se convertirían en realidad la autopista Córdoba-Jalapa así como otras obras esperadas
durante años.
En términos de la ortodoxia en el ejercicio del poder, Córdoba perdió la oportunidad de oro de ser beneficiada gracias a la identificación –por ser coterráneos- con los ostentan el poder público. Ahora sí como dijeran los viejos del pueblo: estos funcionarios, supuestos cordobeses, no componen ni donde se acuestan porque no realizaron ninguna obra de valía por el lugar de donde se
dicen originarios.
MOCHO Y DESOCUPADO
Hablando de mochos, ahora al alcalde panista Tomás Ríos Bernal le salió el espíritu guadalupano y giró una circular para obligar a los empleados para acudir a una peregrinación hacia el templo de Nuestra Señora de Guadalupe en el barrio de La Estación el próximo 9 de diciembre.
La orden partió del departamento de Recursos Humanos, según se divulgó en algunos portales informativos. ¿Cuál será la sanción por no ir a rezarle a la Morena del Tepeyac?, ¿descuento del día o cancelación de aguinaldo?.
No hay duda que Ríos Bernal está desocupado. No tiene otra cosa que atender y mata el tiempo con asuntos sin importancia –no es que la Virgen de Guadalupe carezca de importancia sino la ociosidad de poner a los trabajadores a hacer un acto de fe como si se estuviera
en la Edad Media-.
En lugar de mandar a los empleados sindicalizados a un evento religioso debería poner a sus directores, asesores y a los inútiles regidores a por lo menos barrer las calles que están hechas un cochinero. ¡Que trabajen un solo día del año!