Las autoridades militares estadounidenses han iniciado al menos tres investigaciones sobre Elon Musk y su empresa SpaceX, debido al incumplimiento de las normas que regulan el acceso a información secreta del gobierno de EE.UU., según reveló The New York Times (NYT). Estas investigaciones surgen tras una serie de irregularidades desde 2021, cuando Musk y SpaceX no proporcionaron detalles clave sobre sus viajes, reuniones con líderes extranjeros y el consumo de drogas, tanto legales como ilegales, como exigen las normativas de seguridad.
A pesar de estos problemas, la Agencia de Defensa para Contrainteligencia y Seguridad de EE.UU. otorgó a Musk acceso a altos secretos, aunque el proceso de autorización se extendió por más de dos años, un período excepcionalmente largo. Recientemente, la Fuerza Aérea de EE.UU. rechazó una nueva solicitud de Musk para acceder a información clasificada de nivel más alto, lo que ha generado preocupación no solo dentro del gobierno de EE.UU., sino también entre otros países aliados, incluidos Israel.
En respuesta a estas acusaciones, Musk recurrió a su cuenta en X (anteriormente Twitter) para expresar su indignación: “Los traidores del estado profundo me están persiguiendo, usando sus cómplices a sueldo en los medios tradicionales. Prefiero no empezar peleas, pero sí las termino”, comentó el magnate.
Por otro lado, The Wall Street Journal (WSJ) informó que los abogados de SpaceX han advertido a Musk que evite intentar obtener un acceso más alto a información confidencial, debido a su uso público de drogas como marihuana y ketamina, y su relación con líderes extranjeros como el presidente ruso Vladimir Putin. Estos factores podrían complicar aún más su situación.
A pesar de los obstáculos, se especula que si Donald Trump regresa a la presidencia de EE.UU. el 20 de enero, podría facilitar el acceso de Musk a información aún más confidencial, dado su estrecho vínculo con el empresario. Trump ya ha colocado a Musk al frente del futuro Departamento de Eficiencia Gubernamental, una entidad destinada a recortar gastos y reducir la burocracia del gobierno federal.
Mientras tanto, algunos empleados de SpaceX han expresado su preocupación sobre el acceso de Musk a información sensible, especialmente por su participación en el lanzamiento de satélites militares para el Departamento de Defensa. No obstante, la empresa ha asegurado que Musk no está involucrado directamente en las discusiones relacionadas con información de alto nivel de seguridad.
Este caso plantea interrogantes sobre los límites entre el poder corporativo y la seguridad nacional, y cómo las relaciones políticas de Musk podrían influir en sus futuras autorizaciones de acceso a información clasificada.