Sandra González T.
El Buen Tono
Orizaba.- Es alarmante el número de niños explotados pues debido a la pandemia y la pérdida de empleos de sus padres, los han utilizado para pedir limosna o bien para vender dulces, chicles, entre otros productos, indicó el profesor Víctor Arturo Gutiérrez Romero.
“Para cuestiones laborales me supongo que sí, es aquí en donde las autoridades municipales, los DIFs y todo lo que va enfocada a la protección del menor tiene que tomar cartas en el asunto y para ello los convenios de colaboración”, relató.
Explicó que entre los efectos secundarios de la pandemia, está dejando en la población afectaciones serias en contra de la niñez y adolescencia, principalmente porque en muchos de los hogares fueron ellos quienes tuvieron que salir a las calles para obtener recursos para temas muy prioritarios como la alimentación.
Mencionó que es en las calles en donde se puede ver este fenómeno ya que algunos se alejaron de los planteles educativos, no pudieron integrarse a las clases virtuales por falta de dinero y equipo, por lo que se les pudo ver más en los parques vendiendo o pidiendo limosna, buscando que la gente se humanice.
Mencionó que el gran problema es que muchos de esos niños son enganchados, o bien secuestrados y utilizados para la sustracción de órganos o para explotarlos sexualmente o laboralmente.