Si bien las autoridades gubernamentales y electorales están abocadas a remachar en sus discursos sobre del tema de la credibilidad y transparencia en las elecciones inscritas dentro de un clima de tranquilidad y seguridad, todo indica que los incidentes registrados en este periodo, que involucran a militantes y candidatos de los distintos partidos y coaliciones podrían continuar e incluso recrudecerse a medida que se acerca el 7 de julio, día en que la entidad veracruzana renovará 212 alcaldías de los municipios, así como las 50 diputaciones que integrarán las LXIII Legislatura del H. Congreso del Estado.
Las disputas prelectorales que hemos presenciado hasta el momento, tienen el tinte de perversión clasemediera que identifica a la mayoría de los candidatos de los partidos contendientes y que aspiran a conducir los destinos de nuestro estado desde sus posiciones.
Recientemente el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer que la clase media en nuestro país ha aumentado, es decir, ya no somos tan pobres, sino “clasemedieros”, pasando de un 38.4% al 42.4% de 2000 a 2010, y este desplazamiento social que se considera como un logro, es debido a que desde hace 30 años en nuestro país se aplica la misma política económica o sea el modelo neoliberal.
El INEGI, que hizo público su documento justo en temporada electoral argumenta sus resultados en base a la cantidad de viajes al extranjero, gasto en alimentos fuera del hogar, uso de tarjetas de crédito y empleo en el sector formal; por lo que si una familia cuenta con por lo menos 3 de las 4 características mencionadas, se le puede considerar de clase media.
De acuerdo al Banco de México, BANXICO, en el país existen 12 millones de personas que cuentan con una o más tarjetas de crédito; de ese total, solamente cuatro millones están al corriente en sus pagos o realizan un depósito superior al mínimo. Respecto a la frecuencia del uso de la tarjeta de crédito, el plástico es usado para financiarse en el muy corto plazo debido a factores de bajos o volátiles ingresos, como nos pasa a casi todos los ciudadanos.
INFORMALIDAD EN EL EMPLEO Y SALARIO DE CORDERO
En lo relativo a la formalidad en el empleo, el INEGI registra que tan sólo el 30% de toda la población en edad productiva y que está inmersa en alguna actividad laboral tiene un contrato formal; el resto labora en condiciones de informalidad y precariedad dentro de la economía subterránea con ingresos variables y jornadas laborales discontinuas. Por otra parte, en un escenario de una clase trabajadora formal, llámese burócratas, obreros o empleados de empresas de la iniciativa privada, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI), señala que el promedio percibe 4 salarios mínimos por día, lo que equivale a un sueldo promedio semanal que ronda los 1800 pesos semanales, lo que equivale a 7,200 pesos mensuales, un poquito más de los seis mil pesos que mencionaba el ex secretario de Hacienda calderonista y hoy senador panista Ernesto Cordero, quien con un sueldo de más de 200 mil pesos al mes en el Congreso de la Unión y con la mano en la cintura afirmó: “Hay familias mexicanas que con ingresos de seis mil pesos al mes tienen crédito para una vivienda, tienen crédito para un coche, se dan tiempo de mandar a sus hijos a una escuela privada y están pagando las colegiaturas…”.
Lo cierto es que un ingreso de esas cifras es insuficiente para satisfacer todas las necesidades de educación, salud, vivienda, alimentación y diversión para una familia de cuatro integrantes, por lo que imaginar viajar al extranjero con ese sueldo resulta una burla. En ese sentido, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México consigna que, de todos los viajes que se hacen a destinos fuera de nuestro país, la mitad son por asuntos de trabajo o familiares y no por ocio , diversión o turismo como INEGI lo presenta.
INEGI : EL STATUS FAMILIAR Y LOS PLANES DEL GOBIERNO
No obstante, INEGI sostiene que el aumento de la clase media en México está vinculado “ al hecho del cambio generacional registrado de 2000 a 2010, donde las familias que ya eran clase media, han visto crecer a sus hijos y formar nuevas familias. Un hijo de clase media que ha contraído nupcias, recibirá el suficiente apoyo familiar para que no pierda su status en la sociedad, por lo que ese aumento de 4 puntos porcentuales puede deberse simplemente a que los hijos de esas familias de buenos ingresos han formado ya las suyas y se contabilizan como ajenas al núcleo original”.
Hay estudios que señalan que para que los sectores desfavorecidos, marginales o pobres asciendan en el escalafón social y alcancen la situación de clase media, se necesitan más de diez años o quince años, esto en caso de que los Gobiernos Federal o estatal o municipal trabajen en forma adecuada con planes y programas que incidan en el bienestar social y logren un mejor nivel de vida los ciudadanos..
El economista del ITAM y politólogo Luis De la Calle, dice que la gente ha prosperado independiente de los partidos políticos y de la acción del gobierno y que el mérito está en cada mexicano que paso a paso se esfuerza en mejorar su nivel de vida. En el libro CLASEMEDIERO, De la Calle expone: “Estamos acostumbrados a pensar en México como un país pobre. Los intelectuales, los políticos, se rehúsan a creer que el país es de clase media. El PRI no quiere reconocer que, en los diez años de gobierno del PAN, el país ha progresado. Por su parte, el PAN no quiere reconocer que, durante los setenta años del PRI, el país también pudo haber progresado.
De la Calle observa que hoy en día los mexicanos son más altos, calzan zapatos que antes no tenían; usan tecnología informática viajan, lo que antes no viajaban; engordan, y antes no engordaban; tienen acceso a satisfactores materiales de los que antes no disfrutaban. Un dato interesante: Calderón ganó las elecciones presidenciales por enfocarse en la clase media.
De hecho, el libro Clasemediero nació de una reflexión hecha en 2006 cuando la gente pensaba que López Obrador iba a ganar las elecciones sustentando que la mayoría de los mexicanos es pobre y él representaba a los pobres, por lo tanto iba a ganar. Estaba equivocado. La mayoría de los mexicanos no es pobre, no quiere ser pobre; no sólo eso, 95% de los indecisos, quienes determinan el triunfo en las elecciones son clase media. Luego entonces, para lograr el triunfo electoral, las campañas deben interpretan las aspiraciones, valores o temores de la clase media.
EL RE EMPODERADO PRI Y LAS RELACIONES CLIENTELARES DEL PAN
En estas elecciones del 2013 el re empoderado PRI sufre al tratar de recuperar el voto que tiene cooptado el PAN luego de la relación clientelar que los gobiernos federales de Vicente Fox y Calderón macizaron con los sectores pobres, gracias a sus dádivas de Oportunidades y la Sedesol, vil copia del esquema usado tradicionalmente por el Tricolor. Hay que subrayar que la volatilidad del voto está relacionada con la propuesta de un partido político o candidato que ofrezca el aumento de la calidad de vida de la población. Por esa razón, las elecciones locales actualmente son menos ideológicas, más gerenciales y pragmáticas, ya lo popular o lo impuesto no es capitalizable en materia electoral como ha sucedido por ejemplo con candidatos populares y mediáticos pero ineficaces e incultos como Elizabeth Morales en Xalapa; o metidos con calzador para hacer grandes negocios como Carolina Gudiño en Veracruz, o Miguel Ángel Yunes en Boca del Río, por citar los casos más emblemáticos.
El olvidado sector rural también opta por lo urbano y clasemediero en costumbres, modas y comportamiento social. Indicadores pronostican que México podría erradicar la pobreza extrema en e l sector rural en 20 años sí se les acerca la modernidad a través de la construcción de infraestructura de transportes, carreteras, comunicaciones, educación, salud, y justicia, ya que el aislamiento es un factor que impide la capacidad de progreso.
En el campo, algunas regiones siguen estancadas porque la agricultura es una trampa de pobreza que obliga a los campesinos a complementar o diversificar sus actividades productivas para subsistir. Otras regiones rurales avanzan debido al fenómeno de la emigración, que si bien implica pérdida de capital humano y desintegración social, sus familias elevan su bienestar al recibir transferencias de remesas.
LAS ÉLITES DEL QUE NO TRANSA NO AVANZA…
Hay un dicho popular que marca la mentalidad del mexicano: «el que no transa no avanza». Su significado ha sido muy negativo para la expansión de la clase media y el desarrollo del país. Es la idea de que podemos vivir del dinero fácil, de la transa, el compadrazgo y los favores del gobierno. Es de todos conocido que muchos monopolios y fortunas son consecuencia de favores, concesiones o tratos con los gobiernos..
Por todo lo anterior, el cambio cultural más importante debe darse en las élites y sus aliados los políticos, que deben aceptar que el desarrollo es posible y por tanto se debe confiar mucho más en el mexicano promedio, en sus instintos, en su capacidad de tomar decisiones.
A las arrogantes y acomodadas élites que desprecian ese México, clasemediero de “todos nacos o indiada que invade la nación” deben aceptar que la clase media es mayoría y que en las elecciones podrían votar contra sus intereses. Seremos un país desarrollado, cuando todos nos aceptemos miembros de la clase media y los beneficios sean para todos, no para unos cuantos pasados de listos.