Y se llevaron a cabo las votaciones intrapartidistas en el PAN cordobés, donde hubo de todo, se dieron hasta con las macetas del conocido café de la esquina, donde concurren los amigos azulejos.
Se dijo de todo: que Yunes (El demonio Azul) con sus legiones diabólicas asolaba la ciudad de los Treinta Caballeros, operando a diestra y siniestra a favor de Tomás Ríos; que Duck era apoyado por la omnipresencia operativa del Secretario de Gobierno Gerardo Buganza; que el CDM-PAN interpuso una queja contra Ríos por mala conducta; que utilizaron el acarreo y la compra de votos en la elección; que utilizaron la plataforma de Oportunidades y a los beneficiarios panistas; que si Doña Lupita le hizo feo al compromiso con el IEV… ¡bueno de todo!
Lo incierto y dudoso es que Duck promueva recursos en contra de la elección panista, y resulte que le dieron “su maíz” para mantenerlo tranquilo. Este es el momento de las negociaciones para sacar adelante un proceso que en su génesis se veía tan acochambrado que desvirtúa la raíz del idealismo y la filosofía panista de Don Manuel Gómez Morín.
Por otro lado, vemos un PRI que trata de recuperarse del rotundo fracaso de la elección 2012. Y es que a pesar de que el mismísimo Enrique Peña Nieto vino a Córdoba para fortalecer la candidatura del amigo Paco Cessa, ni así se pudo lograr la tan ansiada unidad priista. El resultado ya todos lo saben: una diputada que ni se había enterado de su victoria, la derrota del delfín Adelante en casa del Gobernador y el incumplimiento de los compromisos contraídos con Peña Nieto.
Pero a pregunta expresa: ¿Por qué ocurrió la derrota en Córdoba? Esto es resultado del divisionismo que ejercen los dos grandes cacicazgos Portilla-Lavín, que en los últimos años han estropeado al tricolor hasta las raíces, ya que el cobijo de algunos grupos resulta en el desplazamiento de otros, los cuales para variar dan el voto de castigo a su propio partido.
La idea que le venden al ahora precandidato Salvador Abella, desde la perspectiva portillista, es la de un partido unido y en la que el CDM ejerce el control total. Nada más fuera de la realidad. El PRI se encuentra tan dividido que muchos grupos y sectores desplazados por el grupo en el poder, amenazan con repetir la fórmula de castigo y votarán por los candidatos azules. ¡En todos lados se cuecen habas!
Salvador Abella, para lograr incluir a todos en el tricolor (“en el PRI caben todos”) deberá sacudirse a muchos de los portillas que lo acompañan, los cuales tratan de asegurar su permanencia en el próximo cuatrienio, a pesar de su pobre desempeño en la actual administración. Requiere además, entrar en negociaciones con los grupos lavines, en esmerar a su equipo de confianza en revisar la estructura territorial (Comités Seccionales) que está hecha al vapor, desplazar de tajo a las fundaciones y grupúsculos que ostentan miles de afiliados, pero que ni en su casa los quieren; crear una base de datos sólida, hacer presencia en todas y cada una de las colonias, así como manejar su propia logística y marketing político, sin aceptar la imposición de quienes llevaron al descalabro al candidato en 2012.
Por otro lado quien parece aventajar a la Diputación es el Dr. Sacre que en la pasada elección quedó bien parado, esto a pesar de contar con un pequeñísimo recurso (en comparación con los otros partidos) y que sólo lo acompañaban su esposa, hijas y un minúsculo grupo de militantes de izquierda.
Durante la elección 2009 la alianza izquierdista PRD-PT-Convergencia apenas obtuvo 9,426 votos, mientras que en 2012, Sacre increíblemente obtuvo 41,856 votos, es decir, 32,430 sufragios más que representan un incremento de 440% en la aceptación de los electores. Por ello es que el ahora bien conocido Dr. Sacre, se lanza en una nueva aventura, lo que lo pone a la altura relativa de conocimiento popular que Portilla y Hugo Fernández. Se pronostica una buena pelea de gallos políticos.
Esta, es la realidad y el escenario partidista en Córdoba y el Distrito XVI.
Así que amigos, las cartas están sobre la mesa, a jugar como se debe, conforme a las reglas y principios democráticos que rigen la Nación. A la ciudadanía, analicen su voto, los candidatos y sus propuestas. Este próximo 07 de julio salgan a votar, el voto es suyo, ¡ejérzanlo!