M. Escobedo.- Durante un recorrido por las calles del Centro del municipio se encontró a un vendedor de antojitos mexicanos que ofrece “picaditas”, quesadillas y otros productos típicos del comal.
Llama la atención que en un municipio donde todavía prevalece el machismo, un varón trabaje en este tipo de oficio, que regularmente desempeñan mujeres.
En entrevista, don Carlos relató que desde hace años instaló su puesto para expender diferentes productos, que le han servido para sostenerse, porque es soltero.
“Tuve que buscar por mis propios medios la manera de salir adelante, porque fue uno de los valores que heredé de mis padres: desarrollar un trabajo digno”, expresó.
Añadió que además le enseñaron a no sentirse avergonzado por nada, sobre todo porque no muchos hombres hacen lo que él, “debido a que piensan que es malo, pero al contrario, uno tiene que buscar la forma de salir adelante, haciendo cualquier tipo de actividad, siempre y cuando sea buena y no traiga problemas, mi madre elaboraba tortillas y de ahí aprendí el oficio, que me ha mantenido”.
Algunas personas consideraron que don Carlos rompió con varios tabúes, en cuanto a que el hombre está imposibilitado para hacer ciertas actividades productivas.
“El señor se merece mucho respeto y admiración, al ser eficiente y sobre todo, la comida que prepara es muy sabrosa”, consideró una de sus clientas asiduas.
