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El video de Reyna

Superiberia

Cuando Jesús Reyna asumió como gobernador interino de Michoacán, se pensó que, en algún momento, tomaría oficialmente el lugar de Fausto Vallejo, quien entonces se encontraba con licencia para recuperar su salud. Cuando éste último regresó a despachar al palacio de Gobierno del estado, se encontró con un Michoacán que poco o nada había cambiado. Los conflictos con los grupos de autodefensa se habían agudizado, los otros —los que la autoridad sostiene con los criminales— no cesaban. Todo estaba igual, nada de lo que en teoría trabajó Reyna mientras fungía como gobernador interino dio resultados.

Al tiempo, el gobierno federal tuvo que intervenir y les llevó a Alfredo Castillo como comisionado especial para su estado. Michoacán tiene hoy un gobernador, pero también otra cabeza a cargo de su seguridad y desarrollo.

Además del reconocimiento que se les dio a los grupos de autodefensa para que trabajen en conjunto con las autoridades, con todas las notas al pie y los conflictos que entre ellos han aparecido, la otra nota que vino de este Michoacán tan vigilado ha sido la detención de Jesús Reyna.

Desde el 8 de abril, cuando fue arraigado el también ex secretario de Gobierno estatal, a la fecha, la Procuraduría General de la República ha realizado investigaciones que hoy la tienen analizando un video que apareció en la página de Facebook y YouTube de la policía comunitaria de Tepalcatepec.

La supuesta reunión entre Jesús Reyna y Servando Gómez, La Tuta, —de la que ya algunos integrantes de los grupos de autodefensa habían hablado— fue supuestamente grabada en el video que hoy la PGR analiza. En la grabación, de apenas un minuto de duración, se observa a tres personas, una que usa gorra blanca (La Tuta) y dos personas más, que serían el propio Jesús Reyna y el exdiputado local del PRI José Martínez Pasalagua.

Cierto o no, que el video sea real o no, sin duda, el sólo arraigo de Reyna es elemento suficiente para ejemplificar la triste realidad de Michoacán. Que exista la duda sobre los supuestos nexos —porque, hasta no comprobarse, no pueden ser llamados de otra forma— entre autoridades del estado con los grupos criminales es la señal clarísima del nivel de desacomodo al interior de todos los niveles de gobierno michoacano.

De ser cierto, sería del realismo mágico que nos refiere siempre Gabo, aunque éste, de magia negra. Nexos de autoridades de altísimo nivel con personajes, también de altísimo nivel, dentro de los grupos criminales, sólo hablan de una red de corrupción de un tamaño monumental que bloquea los esfuerzos que está haciendo el gobierno federal para desenmarañar tal bola de corruptelas. Y es que a partir de aquí, seguramente saldrían más y más casos.

Es altamente posible que sea cierto, sin embargo, todos sabemos bien que no hay espacio para otro michoacanazo.

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