La Comisión Pontificia para la Protección de Menores, organismo creado por el papa Francisco en 2013, ha emitido su primer informe anual, en el cual señala la necesidad urgente de mejorar la gestión de indemnizaciones para las víctimas de abusos sexuales cometidos por el clero. Este documento subraya que la compensación no se limita al aspecto económico, sino que abarca acciones como el reconocimiento de los errores, disculpas públicas y una cercanía fraternal hacia las víctimas y sobrevivientes, quienes han sufrido décadas de traumas y silencio.
Durante años, la Iglesia ha enfrentado escándalos que han dañado su credibilidad y la han obligado a desembolsar cientos de millones de dólares en compensaciones. Este nuevo informe expone la importancia de establecer “procedimientos estandarizados y conocidos” para que las víctimas tengan un acceso más directo a la información que las concierne y señala como esencial que el Vaticano tome medidas efectivas en favor de la justicia y la transparencia. Entre las recomendaciones presentadas está la creación de un Defensor del Pueblo Vaticano para que actúe como intermediario de las víctimas y garantice la protección y el castigo adecuado al clero que comete abusos.
Sin embargo, la Comisión, que fue integrada en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe en 2022 para fortalecer su influencia, enfrenta desafíos en su intento de ser escuchada. Según el informe, la Comisión envió a los obispos de México una lista de preguntas sobre protección infantil; apenas el 20 % de los obispos respondieron, lo que refleja la lentitud y resistencia al cambio en muchas partes de la Iglesia. Sean O’Malley, cardenal estadounidense y líder de la Comisión, expresó su frustración por la lentitud de estos avances.
En un esfuerzo por reforzar su compromiso, el informe hace un llamado a Francisco para que escriba una encíclica sobre la protección de los menores, un documento que marcaría un hito en la enseñanza papal y en la firme posición del Vaticano contra los abusos. La necesidad de justicia y apoyo a las víctimas sigue siendo un tema pendiente, pero este reporte anual representa un paso hacia un cambio fundamental que muchos consideran ya es demasiado tiempo esperado.