Por Andrés Timoteo / columnista
EL ÚLTIMO CARTUCHO
Bien se dijo que Veracruz sería el experimento de la Guardia Nacional, porque sus efectivos fueron enviados a la zona Sur desde el 26 de abril pasado, luego de la masacre de Viernes Santo -el 19 de abril- cometida por sicarios del crimen organizado en Minatitlán que cobró la vida de 14 personas, y la evaluación es negativa.
El mismo presidente López Obrador anunció que la GN llegaría al Sur veracruzano para atender la crisis de seguridad, pero han pasado 82 días de eso -a finales de la próxima semana se cumplirán tres meses- y la violencia no ha descendido. Es más, este fin de semana fue caótico con más de cinco personas ‘ejecutadas’ en la vía pública, pese a que la Guardia Nacional patrulla la zona conurbada de Coatzacoalcos con Minatitlán y Cosoleacaque.
Los sureños hablan ya de un experimento fallido. Esto hace caer las expectativas en otras regiones de la Entidad, especialmente en la zona Centro, cuyo nivel de violencia es equiparable al del Sur de la Entidad. Ya se comentó en una columna anterior que, tras la primera semana del arribo de la GN a Córdoba y Orizaba, así como sus áreas conurbadas, el baño de sangre no ha menguado, ni tampoco la incidencia delictiva.
En Veracruz, la ciudadanía no puede darse el lujo de que falle otra corporación desplegada en zonas de alta violencia. No debe tolerar la Guardia Nacional termine fracasada como la Gendarmería, la Policía Militar, la Fuerza Civil y otras tantas denominaciones que se les han dado a los gendarmes desplegados en años anteriores, como la misma pomposidad que ahora le dan a la nueva corporación.
Ante ello es necesario el reclamo popular, que los ciudadanos exijan resultados, que vigilen a esta corporación, que la reporten y pidan respuesta de los políticos que la idearon. Sin la fiscalización ciudadana, la socorrida Guardia Nacional terminará en una anécdota más en medio del reinado del hampa.
El pasado 30 de junio, cuando fue activada oficialmente la Guardia Nacional, varios analistas sostenían que luego de las acciones fallidas en materia de combate al crimen organizado ensayadas durante los gobiernos del panista Felipe Calderón y del priista Enrique Peña Nieto, la Guardia Civil del morenista López Obrador es el último cartucho contra los que violan la ley y siembra la muerte y el terror. ¿Lo será?
’LA VIE EN ROSE’
Fiesta de fin de semana por los 230 años del inicio de la Revolución Francesa. El sábado, los fuegos artificiales que arropan a la Torre Eiffel, con el concierto musical previo en el Campo Marte por la Orquesta de París. Dos melodías icónicas marcaron el inicio y el cierre de la pólvora hecha espectáculo, “La Marsellesa”, el himno galo y “La vie en rose” (la vida en rosa) que hizo famosa Edif Piaf, el Gorrioncillo de París, y que es el himno de los enamorados.
El domingo, 14 de julio, se realizó el desfile militar sobre los Campos Elíseos marcado por enfrentamientos de la Policía con los “Gilets Jaunes” (Chalecos Amarillos). Al grito de ¡Macron demission!, ¡Revolution, Revolution!, y ¡ Gilets Jaunes, ça va péter! (los vamos a joder), unas 200 personas ocasionaron caos en la mítica vía, especialmente cerca del Arco del Triunfo, en donde se efectúa el homenaje al Soldado Desconocido.
Los manifestantes abuchearon al presidente Emmanuel Macron a su paso por la vía, pues en su calidad de jefe de Estado encabeza el desfile. Al final del día 170 personas fueron detenidas. Los más de 4 mil policías que resguardaron el evento no pudieron evitar ni la rechifla al Mandatario ni las improvisadas barricadas con vallas metálicas, botes de basura, anuncios publicitarios y baños públicos que hicieron los “Chalecos Amarillos” -y algunos anarquistas vestidos de negro- y los proyectiles con todo tipo de objetos.
Cabe señalar que es el primer desfile del 14 de julio en el que irrumpen los “Chalecos Amarillos”, movimiento que comenzó en noviembre pasado. Entre los detenidos están tres de las figuras principales de ese movimiento, Eric Drouet, Jérôme Rodrigues y Maxime Nicolle acusados de los delitos de rebelión y organización de una manifestación ilegal. “¡L’essence sur le feu!” (¡Gasolina al fuego!), gritan los “Chalecos Amarillos” ante esas aprehensiones.
