
En una histórica decisión, el Tribunal Constitucional de Corea del Sur ratificó el viernes la destitución del presidente Yoon Suk Yeol, quien enfrentó una grave crisis política tras imponer brevemente una ley marcial en diciembre de 2024. Esta medida, considerada por muchos como una amenaza al orden democrático, desencadenó una de las crisis más profundas en la política surcoreana en las últimas décadas.
El magistrado principal, Moon Hyung-bae, expresó: “Pronunciamos el siguiente veredicto, con el acuerdo unánime de todos los jueces. Destituimos al demandado presidente Yoon Suk Yeol”. Esta declaración oficial confirmaba lo que ya había sido decidido por el Parlamento, que destituyó a Yoon el 3 de diciembre de 2024, luego de la declaración de la ley marcial.
Durante varias semanas, el Tribunal Constitucional celebró audiencias tensas para evaluar si debía ratificar la separación de Yoon, quien había generado intensas divisiones en la sociedad surcoreana. La situación política del país se intensificó con protestas masivas en Seúl, donde cientos de miles de surcoreanos se manifestaron cada fin de semana, algunos a favor y otros en contra de la destitución del presidente.
Yoon, un exfiscal, fue arrestado en enero bajo cargos de insurrección, pero fue liberado en marzo por cuestiones de procedimiento legal. Sin embargo, sigue enfrentando graves acusaciones penales por su papel en la imposición de la ley marcial, que desató una crisis política y social en toda Corea del Sur.
La decisión del Tribunal Constitucional marca un hito importante en la historia reciente del país, y se espera que tenga un impacto duradero en la política surcoreana. A medida que la nación sigue siendo testigo de una creciente polarización, la situación de Yoon refleja la compleja lucha por el poder y el respeto al sistema democrático en Corea del Sur.
