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El trabajo en el aula

Superiberia

Continuando con la experiencia de la profesora Alexis Wiggins (Selecciones de mayo 2016, pp. 83-85), quien con 14 años de servicio decide ponerse en el lugar de los alumnos adolescentes durante dos días, uno con primero y otro con tercero, y cumplir con el horario y las actividades de todo el día, acepta que este ejercicio le ayudó a comprender mejor a sus alumnos.

Transfiriendo la experiencia a la educación secundaria, según lo comentado en la primera parte de este artículo, dijo: “Si volviera otra vez a dar clases, pediría mucha menos tarea”. Le pareció agobiante que cada maestro encargue tanta tarea, como si fuese el único que les imparte clase. En cuanto a lo pasivo y receptivo del alumno, comentó que “iniciaría cada clase resolviendo las dudas del día anterior, o de la lectura asignada como tarea”.

Le cedería la palabra al grupo para que fuesen los alumnos quienes decidieran por dónde comenzar, con el fin de que su clase sea menos pasiva y dar lugar a la gestión del conocimiento por parte del alumno. En su rol como “alumna”, asegura que perdió la cuenta de las veces que les pidieron guardar silencio y prestar atención. Incluso muchos docentes se dirigieron a los alumnos con “una buena dosis de sarcasmo”. Ella misma recuerda cuando varios alumnos le hacían la misma pregunta, y con gesto impaciente les respondía: “Ay Dios; está bien, lo voy a explicar otra vez…”.

Recién tomó el puesto de facilitadora del aprendizaje, para ayudar a los docentes a mejorar el desempeño de los estudiantes. Algo así como jefe de enseñanza. Bajo esta nueva visión y la reciente vivencia como “alumna”, recuerda que en su papel como madre tuvo que responder con paciencia y amor las preguntas de sus hijos y que como maestros, “podemos abrir más la puerta, o cerrarla para siempre”. El sarcasmo es un estorbo y un muro innecesario que limita la comunicación.

Le bastaron dos días de jugar el rol de los alumnos para “sentir mucho más respeto por ellos” y concluyó que “los maestros trabajan duro, pero ahora creo que los estudiantes responsables no se esfuerzan menos que ellos”. La maestra Wiggins agrega afecto y comprensión, lo que hace la diferencia para sustituir a la monotonía de la obligación. En otro orden de ideas, en Estados Unidos los grupos se conforman en promedio de 20-25 alumnos, mientras las secundarias públicas mexicanas son de 30-35 y, en las ciudades como Xalapa, hasta de 50 alumnos o más.

En las escuelas norteamericanas las calificaciones se basan generalmente en tareas, exámenes, asistencia a la escuela y conducta en la clase, lo que difiere notablemente de las escuelas mexicanas, en las que no cuentan directamente para su evaluación ni la asistencia ni la conducta, dejando de lado los contenidos actitudinales establecidos en la tendencia constructivista que permea el plan de estudios.

El afán constitucional de formar a los educandos para desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentar el respeto a los Derechos Humanos, la conciencia de la solidaridad y la justicia, el aprecio y respeto por la diversidad cultural, la dignidad de la persona, la integridad de la familia, la convicción del interés general de la sociedad, descansa en buena medida en los valores y contenidos actitudinales.

El papel de la escuela de continuo ha sido cuestionado causando que la gente ponga en tela de juicio su eficacia. Padres y maestros observan con impotencia cómo surge una gran cantidad de literatura pedagógica y miles de especialistas en educación proponen los contenidos y la metodología ideal para el aprendizaje, cobijándose en las necesidades del siglo XXI, en la “Sociedad del conocimiento” y en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC’S).

Qué deben aprender los alumnos y cómo hacer para lograr un aprendizaje significativo para la vida, es el debate permanente, siendo muchas las instancias que proponen un punto de vista. La Unesco ha establecido siete dominios de aprendizaje básicos: bienestar físico; bienestar social y emocional; la cultura y las artes; alfabetismo y comunicación; perspectivas de lectura y cognición; conocimientos básicos de aritmética y matemáticas; y ciencia y tecnología.

gilnieto2012@gmail.com

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