De verdadero espanto están estas citas en el “súper sistema del SAT”, que nos lanzan hasta dos o tres meses adelante, como un plan perverso que fuerza a los ciudadanos a quedar fuera de los plazos y así, hacerse merecedores de las sanciones correspondientes… Se nota la clara intención del SAT que parece ser la total desaparición de “la prole”.
Están requiriendo a muchos contribuyentes el pago de multas por presuntos delitos fiscales, que van desde la no presentación de una declaración, hasta la omisión de pagos realizados en tiempo y forma que establecen las leyes.
Esto ocurre justamente cuando el propio SAT reconoció su incapacidad para dar respuesta a los requerimientos de los contribuyentes que forman largas filas afuera de sus oficinas para hacer algún trámite que les permita cumplir con sus obligaciones fiscales y que encima reciban del SAT un trato inmerecido, ya que pareciera que no son reconocidos como quienes contribuyen al gasto público, si no como los presuntos culpables de evasión del pago de impuestos o como viles delincuentes fiscales. Todo por ser víctimas de nuestra propia cultura mexicana de dejar todo hasta el último momento, pero el SAT está cayendo en víctima de lo mismo, ya que en los hechos demostró que no estaba preparado para dar respuesta tecnológica, a una exigencia a la que el pueblo tendrá que entrar a producto de gallina, porque le entra o le entra, así que el SAT claramente está trabajando bajo la ley de Herodes contra la prole, veremos hasta cuándo el pueblo aguanta.
El conflicto con los medios de comunicación y la falta de tacto para sobrellevar estos asuntos nos vuelven a poner a nivel internacional como el estado de nuestra República, como el estado más peligroso para ejercer el periodismo, entre la inseguridad ya casi acostumbrados a cargar con ella y leyendo las últimas de los mismos que se suponen deberían velar por la seguridad de los veracruzanos como lo ocurrido en la ciudad de Orizaba, en el hotel Trueba, donde todas la versiones indican un enfrentamiento entre los guardianes del orden y la avanzada del gobernador, que tristemente terminara en nota nacional; o la desaparición de Gregorio Jiménez en Coatzacoalcos donde no se ha podido resolver nada, y las manifestaciones de los comunicadores van en aumento y el descontento social, en torno a casos como éste que se están repitiendo con mucha frecuencia a lo largo y ancho del estado. Difícil opinar sobre cuáles deberían de ser las medidas a aplicar para resolver los problemas que la administración está enfrentando, sin embargo, está claro que entiendan que los enemigos no son los medios de comunicación y mucho menos los ciudadanos.
Le urge al Gobierno establecer un pacto con los veracruzanos, fundado en el respeto, la verdad, y no en obsequiar una imagen propia muy “Nice” pero a la vista de todos irreal. Un acuerdo en el que la opinión pública y de los veracruzanos sea tomada en cuenta en aras de la gobernabilidad. No hacerlo agranda la brecha entre el pueblo y gobierno, aventura un divorcio que sería dañino para ambas partes.
Ojalá aparezca Gregorio Jiménez sano y salvo.
Ojalá se castigue a los culpables del atentado contra el diario “El Buen Tono”.
Ojalá y exista verdadera justicia para todas las voces libres para ejercer su profesión de informar al pueblo de Veracruz, y que ya no existan más agresiones contra periodistas.
Deseamos que le vaya bien al gobierno, porque si le va bien a éste le irá bien a los ciudadanos, desear lo contrario no es realmente buscar el bien común, así lo veo yo desde las gradas. ¿Y Ud.?