Pues nada, que como para poner un gran tapón a la boca de los detractores del actual presidente, solo le bastó organizar un desfile de Reyes para echarse nuevamente a la bolsa a los Orizabeños. No cabe duda, algo (o debiera decir mucho) aprendió en su pasada administración, los aplausos, los gritos de “qué bueno que regresaste” el gran número de asistentes al desfile, y por encima de todo la sonrisa de miles de niños nos hablan del buen sabor que dejó en su pueblo y para rematar el éxito del acto, hasta el clima decidió cooperar con él, mostrando un cielo estrellado y sin la lluvia que se había pronosticado.
Por lo pronto el optimismo reinó en toda la ciudad, presagiando un futuro esplendoroso para la señora de los Puentes, pues estamos seguros que las promesas de campaña acerca de las obras que quiere realizar, seguramente serán cumplidas y para envidia y ejemplo de los municipios colindantes estaremos viviendo otro gran desarrollo de nuestra querida Orizaba.
¡Bien por el munícipe! nos está demostrando que no toda la clase política es necesariamente corrupta, y que cuando se quiere trabajar sin ánimos de lucro personal, se puede cambiar el destino de un pueblo.