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Veracruz.- En redes sociales han circulado imágenes y videos que muestran un acto insólito: una persona, aparentemente en situación de calle, despojando de sus prendas a un muñeco conocido como “El Viejo”. Este personaje, tradicionalmente elaborado con ropa de vestir y relleno de aserrín, es una parte fundamental de las celebraciones de fin de año en Veracruz, donde se le llena de cohetes para quemarlo y despedir simbólicamente el año viejo.
La escena, que rápidamente se viralizó, estuvo acompañada de comentarios que destacaban el ingenio popular: “No estrena el que no quiere” y “Ya salió la ropa para el 24 y el 31”. No es para menos, pues la ropa que visten estos muñecos suele ser sorprendentemente decente: camisas de manga larga y pantalones de vestir, prendas que muchas personas de escasos recursos no siempre tienen acceso a usar.
La tradición de “El Viejo” es profundamente veracruzana, originada en 1875 durante una manifestación de trabajadores portuarios. Desde entonces, ha ganado arraigo en otras entidades del sureste mexicano como Oaxaca, Chiapas, Yucatán y Tabasco. Sin embargo, su lugar de origen indiscutible sigue siendo Veracruz. Para este año, incluso se planea un desfile organizado por la Secretaría de Turismo y los ayuntamientos conurbados, lo que refuerza su importancia cultural.
Lo curioso del caso es que las imágenes también fueron ubicadas en Santa Marta, Colombia, sugiriendo que la tradición no solo ha cruzado fronteras geográficas, sino también culturales. El ingenio mexicano de despedir el año con “El Viejo” ahora parece compartir espacio con actos de sobrevivencia y necesidad, llevándolo a nuevas narrativas fuera de su contexto original.
