Por: Andrés Timoteo / columnista
Desde hace dos años esta casa editorial, El Buen Tono, abordó el tema del puente que une los municipios de Chocamán y Tomatlán sobre la carretera federal Fortín-Huatusco, y al que definió como “El Puente de la Muerte” (la nota puede consultarse en esta liga:(https://www.elbuentono.com.mx/el-puente-de-la-muerte/) dando cuenta de los catorce accidentes que allí habían ocurrido durante el 2015 y el primer semestre del 2016.
“Basta con notar las cruces que rodean el puente para darse cuenta lo que allí ha pasado”, decía el texto publicado en este rotativo. Efectivamente, durante décadas muchas vidas que se han perdido en ese lugar. Tan sólo en lo que va este 2018, y concretamente en los últimos tres meses, al menos cuatro accidentes han ocurrido allí y dos personas perecieron, entre ellas una jovencita de la zona.
Por el alto costo en vidas humanas el puente está rodeado de leyendas, algunas con un toque macabro, aunque la realidad es que es un punto de alto riesgo para los automovilistas que circulan por esa vía. No sólo es estrecho y está en una curva muy cerrada, sino que se ha descuidado su mantenimiento, desde la señalización hasta lo más elemental como es el barandal de contención mínima pues una parte de éste se desprendió desde hace años y no ha sido reparado.
Tampoco hay iluminación, lo que es algo obligatorio en un tramo sumamente peligroso, sobre todo en temporada de neblina cuando la visibilidad es escasa en ese paraje. Nada se ha hecho, ni las medidas esenciales de precaución existen y el abandono oficial es manifiesto, pasmoso y criminal pues los accidentes no sólo son provocados por la mala infraestructura, escasa visibilidad o por la conducción temeraria de vehículos sino también por la negligencia de las autoridades.
Los abuelos recuerdan la construcción de ese puente a ‘cal y canto’, es decir a golpe de pico y pala hace un siglo. Muchos de los habitantes de la región trabajaron para levantarlo y, una vez terminado, representó un hito en su época porque hizo posible evadir el río Jamapa y unir a toda la región, desde Huatusco hasta Córdoba, además de hacer posible la conexión de la zona Centro con Xalapa, la capital del Estado.
Hoy sigue siendo un paso obligado para miles de conductores noche y día, pero con las trágicas consecuencias de la negligencia oficial. De milagro no se ha derrumbado, decían desde hace una década, un grupo de ingenieros que evaluó su estructura. Por esa razón, a iniciativa de varios ciudadanos integrados en el Comité “Unidos para Mejorar” se inició la recolección de firmas de apoyo de los habitantes, sobre todo de automovilistas, para exigir a las autoridades la construcción de un nuevo puente.
“¡No queremos más accidentes!” es el lema de los activistas encabezados por Ana María Fitta Cárdenas, Imelda Reyes García, Dolores Bobadilla Bañuelos y Efraín Melo Loyo, quienes el fin de semana se apostaron en La Ermita- el acceso a Toma-tlán- para solicitar firmas a los conductores, mismas que se anexarán al oficio dirigido a las autoridades. Dicho comité pone a disposición un correo electrónico para que los interesados puedan enviar su apoyo a la petición: puentesugerencias@gmail.com
Aunque es loable la iniciativa de los ciudadanos, cabe decir que su exigencia no tendrá fruto sino involucran a los alcaldes y los Diputados, locales y federales, de la región. El proyecto para un nuevo puente no es una obra estatal sino federal, pues la carretera está bajo esa jurisdicción y, entonces, la gestión para una obra de ese calado deber ser ante la federación.
¿Quiénes pueden hacerlo con eficacia y mayor posibilidad de que sea aprobado? Los diputados, sobre todo los federales, que comenzarán su función en septiembre: Juan Martínez Flores de Córdoba y Eleuterio Arrieta Sánchez de Huatusco. Ahí en ese proyecto, se medirá el talante y la voluntad de servicio de ambos.
La gestión de los Legisladores federales también tendrá que ser apuntada por los 12 alcaldes de la región quienes deberán superar sus diferencias partidistas para beneficiar a la ciudadanía con una obra tan urgente. Así, en las manos de los legisladores y presidentes municipales está el eliminar el “Puente de la Muerte”. Los ciudadanos deben exigirles a ellos que cumplan su función de ser servidores públicos, no zánganos mantenidos.
ANTRO-TENIENTE
Colegas reporteros de Xalapa cuentan a este espacio que nunca fue un secreto entre los viandantes nocturnos que en el bar “The Hunter” (El Cazador) se vendían estupefacientes al narcomenudeo, para el consumo de los “clientes”. Es más, recuerdan que en julio del año pasado un vigilante del acceso al bar -de los llamados “cadeneros”- fue baleado en el mismo lugar presuntamente por una discusión con distribuidores de esos productos. La noticia está en la hemeroteca.
No es algo raro en este tipo de antros, pero la clausura de ese antro genera polémica por la defensa política y mediática que sus propietarios realizan. Los dueños son, como ya se ha ventilado en la prensa, el esposo y cuñados de la diputada local, Cinthya Amaranta Lobato Calderón, quien ha migrado de Convergencia -hoy Movimiento Ciudadano- al PAN y ahora es la nueva adquisición de Morena.
La Legisladora ha asumido la defensa de “The Hunter” como si fuera un tema de su actividad parlamentaria. Ella liga el cateo realizado la semana pasada a dicho antro, y en el que supuestamente se encontró droga – ¡Oh sorpresa!, dicen burlones los reporteros xalapeños que conocen la historia del sitio- a su decisión de abandonar la bancada panista y sumarse a la morenista, en el último tramo del bienio en el cual la señora Lobado decidió convertirse en “opositora” del régimen.
Si hubo algo ilegal en la clausura del negocio familiar debe acudir a las instancias judiciales para exponerlo y combatir las sanciones aplicadas. Hay que recordar que el narcomenudeo no lo persiguen las autoridades estatales y entonces, el caso “The Hunter” tendría que ser dirimido en algún tribunal de la federación. Y la señora Lobato no para ahí, ahora ha lanzado otra “bomba” mediática.
Asegura que le van a sembrar “fosas clandestinas” en el cementerio privado de su familia, “Bosques del recuerdo”, vaticinando que a ella y sus parientes los acusarán del delito de desaparición forzada, algo grave que también debe llevar a las instancias judiciales para que no se quede en denuncia de saliva.
Pero a la hoy diputada morenista no hay que creerle mucho porque en su discurso arrasa parejo, sin reparar la magnitud temeraria de sus dichos. Ayer lanzó una injuria, acusando a la periodista y también diputada local, Marijose Gamboa de haberla amenazado y por lo que dice temer por su vida. ¿Creen que Gamboa va a perder su tiempo en esta señora? Claro que no.
Si alguien sabe de represión por oponerse al sistema es Marijose Gamboa y como víctima que fue nunca se atrevería a amenazar de muerte a alguien por sus ideas políticas. Lobato Calderón alucina o difama en el afán de hacer escándalo y ‘tirar’ hacia todas partes para ver qué alcanza. Esta “cazando” el escándalo para congraciarse con sus nuevos camaradas de Morena, pero al señalar injuriosamente a Marijose Gamboa de algo que ella misma ha combatido la exhibe en su mentira.
Además, una revisión a su carrera política basta para comprobar que Cinthya Lobato nunca ha sido una perseguida política y ni siquiera crítica moderada del régimen gubernamental. Nada la distinguió como opositora ni cuando militó y fue diputada por el Movimiento Ciudadano, en tiempos del innombrable, ni cuando se pasó al PAN y fue candidata a una diputación -contienda que perdió- en tiempos de Javier Duarte.
La señora no tiene idea de lo que son la persecución y los castigos políticos, y al lanzar al viento toda clase de especulaciones -hasta se queja de que le van a mandar auditorias financieras, por si las dudas- genera más sospecha que solidaridad. De paso, aprovecha los reflectores para atacar a la competencia -comercial y de cosas peores- del bar “The Hunter”.
Acusa al fidelista Reynaldo Escobar, dueño de decenas de antros también en Xalapa, de estar involucrado -por medio de un hijastro- en la clausura del centro nocturno. Vaya, nada más falta que acuse a la exalcaldesa Elizabeth Morales que es otra de las antro-tenientes en la ciudad y que le hace competencia al negocio familiar.
SÓLO DOS VERACRUZANOS
Hablando de otra diputada de Morena, esa sí legítima y honorable, es lamentable el fallo emitido por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para sustituir a Daniela Griego Ceballos de la curul Federal por el distrito 8 con cabecera en Xalapa, ganado en las urnas el pasado 01 de julio. Es de las pocas diputadas locales que hizo un papel decente en esta Legislatura, pero fue sancionada por no haber renunciado a tiempo como consejera del INE para postularse a la diputación federal.
Sin embargo, esto no compagina con el haber accedido a la diputación local tras un litigio parecido hace dos años. De mantenerse el fallo de la sala regional del TEPJF, entonces San Lázaro y los xalapeños perderán a una mujer de valía. No obstante, ella sí debería ser considerada para el próximo gabinete estatal, en el caso de no poder llegar al escaño parlamentario, pues su integridad y prestigio deben ser aprovechados. Vaya abismo, entre Daniela Griego y Cinthya Lobato, no hay nivel de comparación.
La buena noticia es que la profesora xalapeña Gloria Sánchez, militante de izquierda -también de las verdaderas- se convertirá en senadora por Veracruz, luego de que ayer el presidente electo de la República, Andrés Manuel López Obrador, ratificó que Rocío Nahle será titular de la Secretaría de Energía (Sener) y por ello dejará la curul de cuya fórmula es titular y será la suplente quien asuma la responsabilidad senatorial.
Lo que son las cosas, los dos únicos senadores que Veracruz tendrá son la maestra Gloria y el panista Julen Rementería pues Rocío Nahle y Ricardo Ahued son advenedizos, una de Zacatecas y otro de Hidalgo. Además, la maestra Sánchez Hernández fue pionera en el movimiento de López Obrador y estuvo en la lucha democrática mucho antes que Cuitláhuac García, Rocío Nahle y Manuel Huerta -quien tampoco es veracruzano sino defeño- además de otros beneficiados del quehacer político ajeno.