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Nacional.- El pozole, uno de los platillos más emblemáticos de México, cobra especial protagonismo durante las celebraciones del Día de la Independencia. Este tradicional guiso de maíz y carne, con sus variantes rojo, verde y blanco, une a las familias mexicanas en torno a la mesa.
Originado en la época prehispánica y transformado con el tiempo, el pozole no solo es un manjar culinario, sino también un símbolo de identidad y unidad. Preparado en hogares y ofrecido en restaurantes de todo el país, este platillo refleja la diversidad regional y el orgullo nacional.
Cada bocado de pozole, en medio de los festejos patrios, es un tributo a la rica historia de México y a la comunidad que se forma alrededor de este plato.