Córdoba.- La fantasía por obtener dinero rápido a través del narcotráfico y la corrupción, son factores que están atentando en contra de la familia.
Por ello, se debe fortalecer la unidad, la concordia y el amor entre los integrantes de este núcleo social para no caer en “espejismos”, afirmó el obispo de la Diócesis de Córdoba, Eduardo Patiño Leal.
Tras celebrar la tradicional misa dominical en la iglesia de San José Obrero, donde recibió a los participantes de la “Marcha por las familias”, Monseñor insistió en que lo importante es: “Amar a nuestra propia familia, fomentar valores para que la hagan fuerte, fortalecer la unidad, la concordia para tenerla en reconstrucción, que les permita no olvidar que a través del pecado se pueden herir a las personas y a la propia unidad del hogar”.
Expuso que el Evangelio que se leyó en la eucaristía dominical, advirtió tener cuidado y precauciones de no caer en: “Fantasías y espejismos que fomenta el demonio o espíritu del mal, actitud que se va metiendo en todo ser humano. Pues es muy fácil confundir el bien con el mal o viceversa, lo que hace que fácilmente pueda caerse en la tentación”.
“Como lo señala el texto de San Mateo, donde el demonio pedía a Jesús convertir las piedras en panes, o dejarse caer de una altura en forma temeraria”, ya que el demonio usa textos de la Biblia para seducir o engañar.
Por ello, reiteró que ante estos momentos donde es muy fácil dejarse llevar por la tentación, al buscar dinero “mal habido” a través del narcotráfico, se debe tener presente que este tipo de situaciones forman parte del pecado, que causa daño a las familias al secuestrar, desaparecer, herir o asesinar personas. Lo mismo sucede con la corrupción, la cual dijo, es otra tentación en donde hay acceso al manejo de dinero como puede ser a través de una escuela, empresa, Gobierno o política, hechos que han perjudicado a muchas personas que quedan en la pobreza y esto luego desune a la sociedad, porque ya no se confía en la gente. Señaló que al vivir la Cuaresma es importante vencer la tentación a través de la palabra en unión familiar, sobre todo al recordar que lo que crea tristeza en las personas es el pecado y la separación que hace que se sientan desprotegidos y enfermen.