
Agencias
El Papa Francisco, conocido por su sencillez y compromiso con una Iglesia más humilde, nunca recibió un salario por su labor como líder espiritual y jefe de Estado del Vaticano. En el documental Amén: Francisco responde, el propio Papa explicó que no le pagaban nada y que, cuando necesitaba dinero, lo pedía. A pesar de no contar con sueldo, el Vaticano cubría sus necesidades básicas como vivienda, comida y atención médica.
Aunque algunos portales estimaban que su patrimonio personal podría ser de unos 100 millones de dólares, esta cifra se refiere a los bienes institucionales del Vaticano, no a una riqueza personal del Papa. Francisco vivió en la Casa Santa Marta, un lugar más austero que el Palacio Apostólico, rechazando los lujos y llevando una vida sencilla acorde a sus principios.
El Vaticano, como Estado, tiene un patrimonio de más de mil millones de dólares, que incluye bienes inmuebles, obras de arte y activos culturales. Sin embargo, durante su pontificado, Francisco impulsó reformas para que esa riqueza se utilizara en beneficio de los más necesitados, promoviendo la transparencia y la ética en la administración financiera de la Iglesia.
Aunque no recibía un sueldo, el Papa manejaba recursos para diversas causas, como ayudas a los afectados por desastres naturales y apoyo a los sin hogar en el Vaticano. También realizaba regalos costosos, como rosarios y otros obsequios. A pesar de todo esto, mantenía una vida modesta y gestionaba sus gastos de manera eficiente, como se evidenció en un anecdótico recuerdo de su llegada al Vaticano, cuando trajo consigo solo 100 euros y se encargó personalmente de pagar sus cuentas.
