AGENCIA
Bari, Italia.- El viernes pasado, el Papa Francisco desafió a los líderes de las naciones más industrializadas del mundo reunidos en el G7 a priorizar la dignidad humana en el desarrollo y uso de la Inteligencia Artificial (IA), advirtiendo sobre los riesgos de que esta tecnología poderosa transforme las relaciones humanas en simples algoritmos.
Invitado por Italia para pronunciar un discurso en una sesión especial de la cumbre anual del G7, Francisco se convirtió en el primer pontífice en participar en esta reunión. Ofreció una perspectiva ética sobre la IA, una cuestión cada vez más relevante en las agendas internacionales, la política gubernamental y los consejos empresariales.
En su intervención, el Papa enfatizó que los líderes políticos tienen la responsabilidad de asegurar que la IA siga siendo centrada en el ser humano. Subrayó la importancia de que las decisiones críticas, como el uso de armas, sigan siendo tomadas por seres humanos y no delegadas completamente a máquinas.
“Condenaríamos a la humanidad a un futuro sin esperanza si quitáramos a las personas la capacidad de tomar decisiones sobre sí mismas y sus vidas, condenándolas a depender de las elecciones de las máquinas”, afirmó Francisco. “Tenemos que garantizar y salvaguardar un espacio para un control humano adecuado sobre las decisiones que toman los programas de Inteligencia Artificial: La propia dignidad humana depende de ello”.
El Papa se unió a otros países y organismos internacionales que han estado presionando por regulaciones más estrictas sobre la IA, especialmente después del auge de la Inteligencia Artificial generativa impulsada por tecnologías como el chatbot ChatGPT de OpenAI.
Francisco, quien también utilizó su mensaje anual por la paz para este año para solicitar un tratado internacional que regule de manera ética el desarrollo y uso de la IA, no repitió explícitamente este llamado en su discurso del viernes, pero dejó claro que corresponde a los líderes políticos liderar este esfuerzo.
Además, instó a los mandatarios a considerar la prohibición del uso de armas autónomas letales, conocidas coloquialmente como “robots asesinos”. “Ninguna máquina debería elegir jamás quitar la vida a un ser humano”, enfatizó.
Finalmente, dirigiéndose directamente a los líderes presentes, el Papa Francisco concluyó: “Depende de todos hacer un buen uso (de la IA), pero corresponde a la política crear las condiciones para que ese buen uso sea posible y fructífero”.