El Papa Francisco, de 88 años, fue hospitalizado el viernes en Roma debido a una bronquitis que le causaba dificultades respiratorias. Sin embargo, su evolución es positiva, según informó el sábado un portavoz del Vaticano.
“El Papa Francisco pasó una noche tranquila y durmió bien”, declaró Matteo Bruni, director del servicio de prensa del Vaticano. Agregó que el pontífice desayunó con normalidad, leyó los periódicos y continúa con sus exámenes y tratamiento médico.
Una salud frágil, pero una agenda activa
El sumo pontífice argentino había mostrado signos de esta afección desde la semana pasada, lo que le impidió leer su discurso completo durante su audiencia general del miércoles. Tras realizarse exámenes médicos, los especialistas confirmaron una infección en las vías respiratorias y fiebre leve, lo que motivó su internación. Se estima que podría permanecer en el hospital durante varios días.
A lo largo de los últimos años, Francisco ha enfrentado múltiples problemas de salud, incluyendo dolencias en la cadera, dolor en la rodilla y varias intervenciones quirúrgicas. En 2023, sufrió dos episodios previos de bronquitis, uno de los cuales le obligó a cancelar su asistencia a la cumbre climática COP28 en Dubái. Además, desde 2022 se desplaza mayormente en silla de ruedas y utiliza un bastón para mantenerse en pie en algunas ocasiones. Recientemente, también comenzó a usar un audífono.
La resiliencia del pontífice
A pesar de su estado de salud, el Papa Francisco ha mantenido una agenda intensa, participando activamente en eventos y audiencias. Su fortaleza y determinación han sido destacadas por seguidores y expertos, quienes señalan su compromiso inquebrantable con la Iglesia y sus fieles.
Por ahora, el Vaticano sigue de cerca su evolución y se espera que en los próximos días se brinden actualizaciones sobre su estado de salud. Mientras tanto, los fieles de todo el mundo expresan su solidaridad y oraciones por la pronta recuperación del líder de la Iglesia Católica.
