México, D.F.- La corrupción que se expandió como la humedad entre los funcionarios, legisladores y directivos del PAN, se ha hecho presente a todos niveles y, para desterrarla, primero debe reconocerse abiertamente.
Los casos denunciados en los 12 años en los que el blanquiazul gobernó el país se cuentan por decenas; lo mismo pasa en entidades donde ahora son gobierno e incluso con sus líderes en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República.
El PAN, que llegó a la Presidencia de la República, gracias a su lucha contra la corrupción del PRI, pero puso un pie en Los Pinos y se contagió de inmediato.
Desde los desvíos de fondos de los Amigos de Fox, el grupo que catapultó al guanajuatense a la Presidencia, hasta las acusaciones de enriquecimiento ilícito contra él y su familia, incluidos contratos directos de los hijos de su esposa, Martha Sahagún Jiménez, con Pemex, pasando por las autorizaciones de salas de apuestas y sorteos del ex titular de la Secretaría de Gobernación, Santiago Creel, a empresas de medios, especialmente Televisa, justo cinco días antes de lanzarse como precandidato del PAN a la Presidencia, todo ese sexenio estuvo plagado de irregularidades ligadas a la corrupción.
Del de Calderón Hinojosa, ni hablar. El mismo ex Presidente, familiares y amigos, acumulan una enorme lista de denuncias penales por enriquecimiento ilícito, desvío de fondos públicos, sobrecostos de proyectos, empresas fantasmas y más.
Ahí están, sólo por poner algunos ejemplos, el caso de los contratos con Pemex de la familia del desaparecido Juan Camilo Mouriño; el nepotismo y enriquecimiento de la ex jefa de la Oficina de la Presidencia, Patricia Flores Elizondo, una de las mujeres más cercanas a Calderón.
Este año, ya fuera de Los Pinos, siguen los escándalos del blanquiazul relacionados con la corrupción.
Mientras tanto, el PAN es visto por los ciudadanos como el partido que gobernó México 12 años y que, para desgracia del país, resultó ser igual de corrupto que el tricolor.
