“Un oso no tira un pacto”, confió el jueves Manlio Fabio Beltrones, coordinador de los diputados priistas, después de la primera protesta del bloque PAN-PRD en San Lázaro, en lo que va del sexenio.
En mancuerna, blanquiazules y perredistas abandonaron el recinto, llevándose tras de sí a los del Partido del Trabajo y de Movimiento Ciudadano (MC).
Habían perdido la votación para incorporar en la sesión el debate del escándalo azuzado el miércoles por Gustavo Madero, dirigente de Acción Nacional, al presentar en la PGR una denuncia contra Rosario Robles, titular de la Sedesol, y el gobierno de Veracruz, por presunto uso electoral de los programas sociales.
El pleno se partió en dos. De un lado los 223 diputados del PAN, PRD, PT y MC que votaron por discutir el caso. Y del otro los 233 del PRI, Verde Ecologista y Nueva Alianza, que lograron parar la intención opositora.
Si bien el asunto se pospuso para el martes, en la práctica, durante la reiterada petición de abordar el tema se lanzaron duras críticas contra Rosario Robles.
Dos fueron particularmente cáusticas. La del panista Fernando Rodríguez Doval, cuando hizo memoria: “Los que somos del DF conocemos muy bien a la secretaria y sabemos que esta señora es la campeona del clientelismo electoral, ya la padecimos aquí”.
Y la de la perredista Lizbeth Rosas Montero, quien al pronunciarse en contra de su ex presidenta de partido, habló de parar ya “el uso faccioso de recursos públicos en campañas, a través de una persona que hemos padecido en los últimos años y no podemos dejar que esto siga sucediendo”.
Ningún legislador salió a la defensa de la ex jefa de Gobierno capitalino, requerida además por los senadores para que comparezca por las presuntas mapacherías.
Convertida en el primer blanco del gabinete, Robles fue recriminada hasta por los coordinadores del PAN, Luis Alberto Villarreal García y del PRD, Silvano Aureoles.
“Hemos manifestado un buen número de legisladores de distintos partidos, acciones y hechos similares en estados como Coahuila, Tamaulipas, Tlaxcala, Aguascalientes y Quintana Roo”, dijo el panista.
El líder parlamentario perredista reclamó a su ex correligionaria: “Se habló de una nueva forma de actuar y en los hechos está resultando una reedición corregida y aumentada del pasado autoritario”.
Y aunque Beltrones desestimó que “el oso” del bloque PAN-PRD pudiera romper el Pacto por México, el riesgo comenzó a pronunciarse.
La queja de la diputada panista y veracruzana Mariana Dunyaska García resulta sintomática: “Están más vivas que nunca aquellas viejas prácticas que caracterizaron a este partido, las cuales, además de irresponsables e irrespetuosas, hoy ponen en serio riesgo su llamado Pacto por México”.
Sí, hay molestia entre las bases parlamentarias, un descorazonamiento que llevó a la gente de Madero a elevar el tono contra el gobierno.
Ese fue el caso de Villarreal García y del vicecoordinador blanquiazul, Jorge Villalobos, quien sin atajos expresó lo que la dirigencia de su partido esperaba, al considerar que el cese de los presuntos responsables del mal uso de los programas sociales era insuficiente: “Eso no basta, nosotros creemos que debe haber, primero, un pronunciamiento de parte del Presidente de la República”.
Pero la respuesta formulada ayer por Peña dejó atrás su estilo conciliador con la oposición y envió un mensaje a los priistas de que deberán cobijar a la ex perredista.
“Rosario, no te preocupes. Hay que aguantar. Porque han empezado las críticas, las descalificaciones de aquellos a quienes ocupa y preocupa la política y las elecciones (…) A nosotros nos ocupa y nos compromete acabar con el hambre de México”, reviró el mandatario en un tono que no le habíamos escuchado.
Los perredistas insistieron. El dirigente del PRD, Jesús Zambrano, arropó a su homólogo del PAN y luego de las declaraciones de Peña exigió la separación del cargo de Robles.
El vicecoordinador de los diputados perredistas, Miguel Alonso Raya, alertó: “Vamos a apretar y a insistir en que el gobierno debe intervenir a fondo y que no es con buenas intenciones como vamos a sostener el Pacto por México”.
Sí, por primera vez el Pacto peligra porque en ambas partes se rompió la lógica de privilegiar el acuerdo. De un lado la advertencia del Presidente de que no está dispuesto a dejar pasar la andanada contra Rosario.
Y del lado opositor, los números adversos. Y es que las encuestas han comenzado a descorazonar a panistas y perredistas, al advertir que la colaboración con el gobierno de Peña únicamente le dará votos al PRI.
Un oso no tira un pacto. Pero todo indica que las elecciones sí van a tambalearlo. Y que se acabó la luna de miel.