El origen de la expresión “chupar faros” como sinónimo de muerte se remonta a épocas de conflictos armados en México, como la Revolución Mexicana o la Guerra Cristera. En esos tiempos, los cigarros Faros eran populares por su bajo costo y se utilizaban durante los fusilamientos de prisioneros de guerra. Antes de ser ejecutados, se les permitía a los condenados fumar su último cigarro, lo que dio origen a esta expresión que perdura en la cultura mexicana hasta hoy.
La historia de los cigarros Faros es interesante, ya que comenzaron a producirse en 1918 (aunque algunos creen que durante la Revolución Mexicana) y eran fabricados por la Cigarrera del Centro en Irapuato, Guanajuato. Durante la Revolución, estos cigarros eran conocidos por su papel de arroz que daba un sabor dulzón al fumarlos. A lo largo del siglo XX, la industria tabacalera mexicana se redujo considerablemente, siendo la marca Faros una de las pocas que ha perdurado hasta la actualidad.
Hoy en día, los cigarros Faros han evolucionado, con un diseño llamativo que los distingue en el mercado. Sin embargo, la expresión “chupar faros” sigue siendo utilizada como una forma coloquial de referirse a la muerte de alguien en México, recordando así su origen en tiempos de conflicto y su asociación con el acto final de fumar antes de ser ejecutado.