AGENCIA
Internacional.- El reciente rescate de un bebé gorila en el aeropuerto de Estambul, Turquía, ha sacado a la luz el tráfico ilegal de animales exóticos, una problemática que amenaza la supervivencia de miles de especies, incluidos los grandes simios. La cría, hallada dentro de una caja de madera vestida con una playera y envuelta en una cobija, es un recordatorio de la constante caza furtiva y comercio ilícito que afecta a estas criaturas.
Tres mercados que ponen en riesgo a los gorilas
La disminución de ejemplares de gorilas en el mundo se relaciona con tres mercados principales:
1. Mascotas y zoológicos: La venta de gorilas como animales de compañía o atracciones en zoológicos sigue siendo una práctica lucrativa.
2. Consumo de carne: El consumo de carne de simio, visto como un símbolo de estatus en África occidental y central, representa la mayor amenaza para los gorilas.
3. Comercio de partes del cuerpo: La venta de cabezas, cráneos y extremidades de simios para prácticas rituales o medicinales está en auge en países como Camerún, Estados Unidos, Nigeria y China.
Una especie en peligro
Según la World Wildlife Fund (WWF), los gorilas tienen una tasa de reproducción baja: una cría por vez, cuidada durante años, lo que los hace extremadamente vulnerables a la caza y la destrucción de su hábitat. Actualmente, solo el 17 por ciento (%) de su población vive en áreas protegidas, mientras que actividades como la minería, tala de árboles y explotación petrolera siguen destruyendo su entorno natural.
Estudios recientes estiman que el 60% de los gorilas están en riesgo. En África ecuatorial, se descubrieron más ejemplares de los que se creía, pero la amenaza persiste debido a la demanda internacional.
El tráfico de crías de gorilas y otros simios se ha sofisticado. Un informe de la Iniciativa Mundial contra la Delincuencia Organizada Transnacional reveló que desde 2015 se han documentado 593 anuncios en redes sociales y WhatsApp para la venta de crías, cuyos precios oscilan entre 100 mil y 550 mil dólares, dependiendo de la especie.
Para capturar una sola cría, los cazadores matan entre seis y siete adultos, además de que muchas de las crías no sobreviven al maltrato, las heridas y enfermedades. Este comercio, además de cruel, contribuye a la propagación de enfermedades zoonóticas como el Ébola y la viruela del mono.
El rescate del bebé gorila en Turquía es una oportunidad para intensificar los esfuerzos globales contra el tráfico de especies exóticas. Es vital fortalecer las leyes internacionales, garantizar la protección de hábitats y promover la educación sobre el impacto de estas prácticas.
La lucha por preservar a los gorilas no solo es crucial para su supervivencia, sino también para mantener el equilibrio de los ecosistemas y prevenir riesgos sanitarios globales.
