EL DESPOJO DEL SIGLO
La semana pasada se concluyeron los dictámenes para modificar las leyes secundarias que hacen efectiva la reforma constitucional en materia energética y a partir de este lunes se llevarán a votación en el Congreso de la Unión para que entren en vigencia lo más pronto posible. El lector medio que poco entiende de términos jurídicos -dónde se colocan las trampas- debe saber que lo que están haciendo los diputados federales y senadores es simplemente el mayor atraco del siglo. Los señalamientos de que privatizarán las paraestatales Petróleos Mexicanos (Pemex) y Comisión Federal de Electricidad (CFE) son generales.
En detalle ambas serán convertidas en “empresas independientes” que se regirán por el mercado y la competencia con emporios internacionales, así la intención es desaparecerlas a corto plazo al no poder competir mundialmente. A la par, se confirma que mintieron los mismos legisladores del PRI y del PAN que en campañas electorales prometieron que reducirían las tarifas de electricidad y el precio de las gasolinas. Ni bajará el precio de la gasolina ni vendrán más bajos los recibos por el consumo de luz. Al contrario de acuerdo a los dictámenes que se aprobarán en los próximos días, van a eliminarse los subsidios en ambas. ¿Qué significa lo anterior?. Que ya no habrá tarifa especial para la temporada de verano cuando se eleva el consumo de energía eléctrica por uso de ventiladores, sistemas de aire acondicionado y refrigeradores.
Si alguien quiere usar esos aparatos deberá pagar más o freírse con el calor. Se acabaron también los apoyos a familias pobres, la que no pague el recibo a precio de mercado simplemente no tendrá luz ni para alumbrarse de noche. El gobierno no absorberá gastos de luz para escuelas o eventos de ayuda a familias necesitadas. Es decir, si alguien quiere poner un puesto de antojitos por la noche para que el dinero recaudado sirva en ayuda a una causa benévola tendrá que pagar el consumo de energía pues si no lo hace será perseguido judicialmente.
Asimismo los nuevos aparatos medidores para el consumo de energía eléctrica están empatados con tarjetas de prepago, como las usadas en la telefonía celular y quien tenga crédito podrá tener luz y el que no, deberá recurrir a las velas de cera o a los ocotes encendidos como lo hacían los abuelos. Estos medidores y el sistema de prepago ya se están aplicando en muchas partes del país y obviamente no incluyen subsidios por lo que el precio del fluido eléctrico se eleva automáticamente entre 30, 50 y 80 por ciento sin reparar que el usuario sea pobre o tenga una familia numerosa.
En el tema de las gasolinas y el diesel tanto la Secretaría de Hacienda como los abusivos legisladores que engañaron a los ciudadanos -entre ellos el senador priista Héctor Yunes Landa que en Córdoba juró que se acabarían los incrementos del combustible- ya aceptaron que los “gasolinazos” se mantendrán hasta el 2018 y después se prolongarán hasta la consumación de los siglos. Sin embargo, lo anterior no es lo más grave, hay otra media devastadora en materia de explotación de yacimientos de gas y petróleo. Los parlamentarios impusieron la figura de “ocupación temporal” de tierras por parte de las empresas extranjeras que perforarán pozos y montarán estructuras. De esta forma, si un campesino o una familia indígena tiene una parcela ejidal pero que en bajo ese terreno se descubre una reserva de gas o crudo, tendrán que irse de ahí para que las empresas puedan explotar el yacimiento.
La desocupación de los terrenos será por las buenas o por las malas. O sea, no podrán ampararse legalmente ni resistirse físicamente porque les enviaran a la policía o al Ejército para echarlos. Por supuesto la ley no será como en Estados Unidos donde el dueño del terreno con yacimientos petrolíferos se hace millonario al obtener una participación de las utilidades. No, acá si bien les va obtendrán una minúscula indemnización de unos cuantos pesos -no dólares en los que se venderá el gas o el petróleo que saquen de sus tierras- y la “ocupación temporal” durarán de veinte hasta cincuenta o cien años.
Tal vez sus nietos o tataranietos, si es que viven o si la familia no es exterminada por los sicarios a sueldo de las empresas petroleras, podrán reclamar el regreso a sus terrenos varias décadas después. Y claro serán zonas prácticamente inhabitables por la polución ya que hay otro punto muy peligroso en materia sanitaria y ecológica porque los legisladores avalaron la utilización del método de facturación hidráulica o “Fracking” que es la utilización de agua mezclada con productos químicos para fracturar el subsuelo rocoso con el fin de extraer el hidrocarburo. El método es más barato para los inversionistas pero mortífero para las personas.
APATRIDAS Y SINVERGUENZAS
Las secuelas del uso del “Fracking” no sólo es el incremento de temblores o sismos por la fractura de la capa del subsuelo sino el envenenamiento de mantos acuíferos subterráneos, arroyos, ríos y lagos, la expedición de gases tóxicos a la atmósfera, la contaminación sonora y el uso masivo de agua que se tomará de fuentes que deberían ser para el consumo humano, animal o para la agricultura. Además en otros países donde ya se aplica el “Fracking” se ha documentado un incremento de hasta un 60 por ciento de enfermedades cancerígenas entre los pobladores.
Como si no fuera suficiente priistas y panistas decidieron incluir en los dictámenes la autorización expresa para que empresas particulares instalen más plantas de energía nuclear, a la cual dieron la denominación de “energía limpia”, lo que es un franco retroceso pues mientras en países como Alemania, Francia y Japón se están fijando fechas para cerrar sus plantas atómicas por ser consideradas de alto riesgo en México se abre la puerta al fantasma de la contaminación radiactiva. Vaya como si no bastará la experiencia de catástrofes como la de Chernóbil en Rusia, Tres Millas en Estados Unidos o el reciente en Fukushima, Japón.
Todo lo anterior es un escaso recuento de lo que le espera a los mexicanos como la famosa reforma energética y no se incluyeron otras aristas que ya se han citado anteriormente como la finalización de los ingresos petroleros para construir escuelas, hospitales, carreteras, otorgar becas y apoyos mensuales a las familias pobres y ancianos ni desarrollar infraestructura pública. Como siempre se ha dicho, este robo a la nación y atentado contra la salud y bienestar de más de 105 millones de mexicanos tiene nombre y apellidos: el copetón Enrique Peña Nieto y sus cómplices del PRI, PAN, algunos del PRD, así como el PVEM y el Panal, están por regalarle la gallina de los huevos de oro a los extranjeros.
Entre los diputados y senadores del esos partidos que se aliaron para traicionar al pueblo, resalta el cordobés Juan Bueno Torio quien es secretario de la Comisión de Energía en la Cámara de Diputados y durante toda la semana defendió vehementemente esos dictámenes nefastos para los mexicanos. Los ciudadanos están en su derecho de reclamarle públicamente a Bueno Torio -quien lleva veinte años viviendo de la nómina pública- su felonía.
No obstante, el señor es tan cara dura que seguramente los mandará a que “demanden a Dios” como groseramente respondió a los familiares de los niños quemados por la explosión de un ducto de Pemex en junio del 2003 en el poblado La Balastrera del municipio de Nogales. Por igual, los diputados federales Leticia López Landero, su hermano Tomás López, el orizabeño Juan del Bosque y el huatusqueño Victor Serralde –o como se llame ese señor mil caras- también merecen que el pueblo los increpe, los señale con la punta del dedo pero sobre todo que los castigue con el voto en las elecciones venideras, a ellos y a sus partidos. No hay adjetivos más acertados para describirlos que apátridas y sinvergüenzas.
IGUALES QUE HITLER
Hay una noticia que indigna al mundo: la masacre de familias enteras en la Franja de Gaza por parte del ejército de Israel que desde hace quince días inició un bombardeo sobre poblaciones palestinas bajo el argumento de que combate a grupos terroristas. Son ya unos mil palestinos muertos, principales civiles y sobre todo niños, mujeres y ancianos, y hay un silencio mortal de las otras naciones. Los gobiernos de Estados Unidos y de los países europeos así como la ONU son tibios, ni han condenado la masacre ni han optado por sanciones contra los judíos criminales como hacen con otros países cuando cometen atrocidades.
Ni siquiera la ONU ha reaccionado con severidad ante la destrucción de una escuela-refugio que administraba y que fue blanco de los misiles israelíes. Ante el silencio cómplice de los gobiernos de países poderosos en toda Europa hay marchas de protesta contra el genocidio del pueblo palestino. En Francia, durante toda la semana, musulmanes y no musulmanes, activistas de todas las nacionalidades y hasta legisladores franceses de izquierda han salido a las calles para repudiar la matanza en la Franja de Gaza. El sábado pasado se realizó la manifestación de repudio más grande en París.
Vaya las vueltas que da la historia, hoy los judíos –esos mismos que hace dos mil años crucificaron al profeta Jesús- actual igual que Adolfo Hitler que mandó a miles de ellos a los campos de concentración y los quemó en sus hornos. Hoy Hitler reencarnó en los israelíes que matan a familias enteras sobre las cuales arrojan bombas. El mundo al revés, la cruel broma de la historia.