SOLIDARIDAD
Desde este espacio va nuestra solidaridad para la compañera Viridiana Bretón Feito, jefa de información de esta casa editorial, que atraviesa una situación delicada por la descomposición en materia de seguridad pública que se registra en la zona centro. Nuestra solidaridad también para con los demás colaboradores y propietarios de El Buen Tono, que hoy, otra vez está en situación de riesgo por su labor informativa, por decir la verdad. Lo que sucede ahora no es la primera agresión contra el rotativo, todos saben que en noviembre del 2011 sufrió un primer atentado, cuando sus instalaciones fueron incendiadas.
Ese ataque sigue impune pese a que el gobernador, Javier Duarte de Ochoa, empeñó personalmente su palabra para investigarlo y castigar a los responsables. El Buen Tono navega a contracorriente desde su nacimiento y el vendaval es fuerte. Lo que sucede en el gremio periodístico es grave porque las amenazas contra Bretón Feito no son las únicas, hay otras que se han mantenido en silencio con el fin de no arriesgar a los que la recibieron, y además, están aquellas que se han hecho públicas, como el acoso contra las compañeras Silvia Núñez, Sandra Segura y Norma Trujillo en el puerto de Veracruz y Xalapa.
Repudiamos que la autoridad no ofrezca las garantías suficientes para el quehacer informativo, que se haga omisa para atender el clima de terror y violencia –del cual los ciudadanos dan testimonio, pues lo viven día a día- y que insista en medidas insuficientes y fallidas en materia de seguridad pública, principalmente en la zona centro. Exigimos también que se garantice la seguridad personal y profesional de Viridiana Bretón y de todos los compañeros comunicadores que han sido objeto de amagos por ejercer su profesión.
En el caso de Córdoba, no es posible que la tierra del Gobernador sea la tierra de nadie. Indigna que el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez, pregone que se abatió la delincuencia y niegue lo que padecen cotidianamente los cordobeses. Irrita también que el procurador Amadeo Flores Espinosa congele investigaciones y conceda impunidad en lugar de acercar justicia. Y por supuesto, indigna que la paquiderma Comisión Estatal para la Protección de Periodistas, cuyos integrantes acuden a tomarse la fotografía con los funcionarios estatales, sólo les adornen los boletines en lugar de exigirles eficacia.
Ante la falta de autoridad –porque hay un entorno de gobierno fallido- la sociedad debe unirse para alzar su voz en defensa de los periodistas. Es peligroso tolerar que la prensa esté bajo acoso. No se debe permitir que se callen las voces que la mantienen informada porque entonces, vendrá la oscuridad y con ella, lo terrible. Ánimo Viridiana, ánimo colegas de El Buen Tono, ánimo compañeros periodistas de Veracruz. Nuestro pensamiento y nuestras oraciones están con ustedes.
¿HACIENDO LAS COSAS BIEN?
“En los últimos tres años Veracruz volvió a ser de los veracruzanos”, dice uno de los anuncios publicitarios que el gobernante en turno exhibe en los medios electrónicos con motivo de su tercer informe de gobierno. Se refiere a la cuestión de la inseguridad y violencia, y se entiende que Javier Duarte de Ochoa alude al sexenio de la fidelidad, confirmando que en ese tiempo, Veracruz no era de los veracruzanos y que su antecesor, el innombrable, permitió que eso sucediera.
Ese es el mensaje, y en el mismo, el gobernante actual se autoexhibe, pues fue secretario personal del innombrable, después su subsecretario de Finanzas, más tarde titular de esa dependencia –vaya, hasta lo llamaron en esa época “El padre de la bursatilización”-, más tarde lo hizo diputado federal por el distrito de Córdoba, y finalmente lo sentó en Palacio de gobierno como su sucesor, “haiga sido como haiga sido”. Entonces, sabe muy bien ese cuento de que Veracruz no era de los veracruzanos. ¿No creen?.
Méritos por tener información de primera mano no se pueden restar, y si dice en su publicidad que “desde el principio actuó con firmeza por la tranquilidad de nuestra gente”, y presume que está “haciendo las cosas bien”, entonces le falta coronar esa buena voluntad promoviendo que se castigue a quien en su momento facilitó que el territorio estatal le fuera arrebatado a los veracruzanos. Lleva tres años, y no lo ha hecho; al contrario, se pasea del brazo en los desfiles del Carnaval de Veracruz con quien debería estar rindiendo cuentas. Por lo tanto, no está haciendo las cosas bien y sus arengas en los spots no pasan de ser mera alharaca.
Además la realidad es lapidaria y desmonta, palabra a palabra, el discurso de Duarte de Ochoa. En materia de inseguridad, salvo la conurbación Veracruz-Boca del Río, donde la Armada de México está a cargo de las labores policiacas y de Tránsito, el resto de la entidad sigue en situación vulnerable. En Córdoba, su tierra natal, como se dijo líneas arriba, es territorio donde la autoridad no existe. También en otros puntos como Isla, Cosamaloapan, Coatzacoalcos, toda la zona norte, Cardel e incluso Xalapa, la capital de la entidad, se ha perdido la tranquilidad. No hace bien las cosas, pues.
OCURRENCIAS
Siguiendo en el tema del tercer informe duartista, éste se dará en un contexto de emergencia, ahora en cuestiones meteorológicas, que registra la entidad. El desbordamiento de ríos y arroyos en varios municipios, especialmente en el sur, trajo nuevamente escenas de afectaciones repetidas en otros años, cuando los ciclones se ensañaron con el territorio veracruzano. Hay una situación de emergencia, y aún así, el gobernante sigue con el proyecto de desembolsar varios millones de pesos para costear tres “informes regionales” de su tercer año de administración.
Muchos se preguntan si no sería mejor recurrir a un acto republicano y de solidaridad con los damnificados suspendiendo esas onerosas comilonas para ocupar el dinero en ayudar a las familias perjudicadas. Ya las televisoras, las radiodifusoras, los periódicos y los portales electrónicos están saturados de la publicidad que habla de supuestos logros del duartismo. Entonces, ¿por qué no dejarlo ahí y usar las carretadas de dinero que se dispusieron para los aquelarres de Coatzacoalcos y Tuxpan en acercar ayuda a los damnificados?
Mantener el capricho los costosos “informes regionales” será edificar un monumento a la incongruencia porque los helicópteros se utilizarán para trasladar a los funcionarios e invitados especiales a la encerrona informativa en lugar de ayudar a rescatar personas, transportar evacuados y llevar víveres. Será patético escuchar al gobernante en turno hablar en Coatzacoalcos sobre la semaforización de las alertas como un logro de su administración cuando, cerca de allí, habrá miles de damnificados dependiendo de la caridad. Con brindis y viandas canturreará su política de protección civil, pero a unos metros de su pachanga, estará la tragedia.
Seguramente, dicen los que saben, no se suspenderá ninguno de esos caprichosos eventos porque el rectificar no es parte del proyecto político vigente. No hay un gobierno del pueblo, ni de jóvenes. ni para obreros, ni campesinos; no es un gobierno de cultos, ni siquiera lo es de oligarcas o de expertos en el quehacer político. Es de ocurrencias y pifias. Lo evidente está a la vista: no hay hombre fuerte en la administración y se acabó la ortodoxia de que el segundo al mando es el titular de la Secretaría General de Gobierno, pues ahora la que ostenta el mandato de facto es la errática vocera que lo lleva de pifia en pifia. ¡Vaya calidad!
En tanto, al Procurador se le escapan “los chivos expiatorios”, al cómico de la Secretaría de Salud le brotan casos de cólera que intentaba esconder bajo la cama, al actual de Finanzas le saltan los empresarios para cobrarle adeudos y a su predecesor lo tuvieron que tumbar porque siquiera supo hacer el mapachismo electoral. Al Secretario de Educación lo persiguen los maestros, al de Desarrollo Agropecuario le reclaman los campesinos, al de Comunicaciones se le caen puentes y desgajan carreteras, a la de Protección Civil se le acumulan los muertos por la falta de prevención, al de Turismo y Cultura se le intoxican los que comen lo que preparan sus empresas en el WTC, contratadas burdamente por el tráfico de influencias, y así consecutivamente.
Es la calamidad andante, y con ella, se llegó la fecha de la encerrona en la fortaleza de San Juan de Ulúa para hablar sobre lo que el gobernante en turno hizo en su tercer año de administración. No hay que esperar gran cosa, si acaso notar la forma en que se magnifican las minucias, se ocultan las omisiones y se pondera lo inexistente. La noticia será la anécdota, no el contenido. Las presencias y ausencias. Si Duarte asiste al Congreso local o prefiere esconderse del reclamo popular, ahí estará el dato de los que asistan o no a la encerrona en la fortaleza de San Juan de Ulúa, los que vengan del altiplano, los que se inclinen al besamanos –hay panistas y perredistas haciendo fila desde ayer- y la paliza que les den a los que protesten.