LO RASURARON
Vaya situación que hay en el congreso local pues ahora los mismos diputados son víctimas de la censura mediática: lo que hacen o digan ya no es el tema principal a difundir, y mucho menos si contradice o cuestiona al Gobierno estatal al que están sometidos pese a que es un poder diferente e independiente. En la legislatura se aplica el mismo estilo que en el poder Ejecutivo donde la vocera próspera, María Gina Domínguez rasura todo lo que sea crítica o discordancia a la administración duartista.
La vocera estatal ya se apoderó del departamento de prensa del recinto parlamentario donde hace algunos días colocó a una de sus incondicionales como vocera de los diputados, la cordobesa Victoria Hernández, y por ende, el control de lo que se difunde ya está en la oficina de María Gina Domínguez. Un botón de muestra es lo sucedido el viernes pasado durante la comparecencia del secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita pues en el comunicado oficial se “desaparecieron” las preguntas y los temas incómodos de los diputados que lo cuestionaron.
Un caso específico tiene que ver con Córdoba pues el diputado Hugo Fernández Bernal, que estuvo presente en la misma, cuestionó a Bermúdez sobre el nombramiento del terrablanquense Francisco Portilla Bonilla como titular del Consejo Estatal de Seguridad Pública pese a que su paso en el Ayuntamiento de Córdoba estuvo marcado por la corrupción y la infiltración de la delincuencia en la policía municipal. Es más, le dijo que eso obligó a que el Gobierno estatal aplicara el esquema del Mando Único Policial para quitarle a Portilla el control de la corporación.
Aún con ese antecedente, hoy el terrablanquense está de nuevo en la nómina estatal como encargado de cuestiones de seguridad pública. Toda una incongruencia pero a la cual Bermúdez no quiso responder y le echó la pelota al gobernante Javier Duarte señalando que él fue quien nombró a Portilla Bonilla y entonces –se entiende- que será al mandatario a quien deban cuestionar por ese asunto. También el pomadoso funcionario se incomodó cuando Fernández Bernal lo cuestionó por el caso de Viridiana Bretón, la jefa de información de esta casa editorial e insinuó con tal de salir del apuro pues dijo que ellos (SSP) supuestamente resguardaban a la comunicadora en la hacienda Garnica cuando todo el tiempo estuvo ahí pero bajo protección de la Armada de México.
Ninguno de estos dos temas -que tuvieron impacto no solo en la zona Centro sino en el estado y a nivel nacional- apareció ni en el comunicado oficial ni en las versiones estenográficas del congreso estatal. Todo el boletín de la cordobesa Victoria Hernández está dedicado a Bermúdez y su mundo de fantasía donde presume que la delincuencia descendió más de la mitad y los veracruzanos gozan de paz y tranquilidad. Solo en un par de párrafos finales se refiere a los legisladores y menciona que hubo 21 de ellos que estuvieron presentes, entre ellos a Fernández Bernal. No más, es la nueva estrategia, la rasuradora llegó al Poder Legislativo.
Por cierto, pese a los malabares de la vocería la noticia principal de ese día no fue la perorata del funcionario sino la protesta de compañeros periodistas. Fue un pasaje folclórico pero que deja ver el deteriorado funcionamiento del sistema gubernamental en Veracruz. Un grupo de reporteros, fotógrafos y camarógrafos se plantaron frente al funcionario y acusaron las agresiones de que son objeto por parte de las corporaciones policiacas, mismas que en el duartismo se convirtieron en arietes contra la actividad periodística. Vaya, hasta ese punto –irrumpir en actos protocolarios- tienen que llegar los comunicadores porque los canales de atención gubernamental están cerrados.
Esa es una pequeña muestra de que las cosas no funcionan en el Gobierno próspero y si los reporteros se ven obligados a recurrir a tal estrategia para hacerse oír, entonces habrá que calcular el sentimiento de la mayoría de la población que no tiene tribunas para quejarse de los abusos de la policía bermudiana. ¿Cuál será el resultado de la manifestación reporteril? Ninguna pese a las minutas firmadas con los legisladores porque simplemente al Gobierno estatal y en especial a la titular de la SSP, les vale un cacahuate el ejercicio periodístico.
“¡Pinches medios!”, soltó el pomadoso Bermúdez Zurita sin notar que el micrófono estaba encendido y todos oyeron la frase de desprecio que retrata de cuerpo entero el sentir del Gobierno estatal hacia la prensa. Lo malo del asunto es que la valentía de los compañeros reporteros que se manifestaron seguramente les acarreará problemas porque al echarle a perder el lucimiento al funcionario se expusieron a que la vocera próspera los mande a despedir de sus trabajos o sufran robos extraños en sus domicilios, sean vigilados por los agentes bermudianos, detenidos injustificadamente, se les “siembre” algún estupefaciente y estén bajo acoso permanente de la Policía. Ese es el Veracruz actual.
Abriendo un paréntesis: un dato interesante que ayuda a ilustrar el contexto que se vive en la entidad se dio el pasado fin de semana en el Foro Internacional sobre Impunidad en Bolivia, convocado por diferentes organizaciones defensoras de la libertad de prensa y en el cual se informó que en los últimos veinte años han sido asesinados 670 periodistas en América Latina. Los países con más casos de agresión y acoso al trabajo reporteril son México, Argentina, Perú, Ecuador, Bolivia, Colombia y Brasil. En México, la región con mayor peligro para los comunicadores es Veracruz. Vaya fama que se ha ganado a pulso.
Regresando al tema inicial, también es certero que no hay un veracruzano – a excepción de los burócratas de alto rango- que confíe en la famosa nueva policía acreditada. El único que dice confiarle su vida y su familia es el propio Bermúdez Zurita pues para eso están entrenados sus nuevos agentes, para su resguardo personal y el de otros funcionarios estatales. El pueblo está ajeno a esa seguridad que dicen brindar los uniformados de la prosperidad y el viernes se comprobó porque la sede del congreso local parecía un bunker.
Decenas de gendarmes la rodeaban y otros tantos fueron distribuidos en varias cuadras sólo porque su jefe iba acudir a leer una retahíla de frases insulsas ante los legisladores.
Esto rebasa cualquier exageración y raya en lo pasmoso: en lugar de dedicarse a combatir a los delincuentes, los policías que se presumen súper preparados son usados como guaruras del funcionario. En fin, este lunes toca el turno de acudir a la legislatura al cuestionado y desacreditado procurador de Justicia, Amadeo Flores Espinosa y entonces, los diputados tienen otra oportunidad para mostrar tamaños políticos, hablando por los ciudadanos, denunciando lo que padecen y señalándole al compareciente sus omisiones y complicidades en muchísimos casos que afectan a cordobeses y orizabeños. ¿Se atreverán? Claro, no es una opción sino una obligación.
ESCUPIENDO AL CIELO
Otra situación dramática en las comparecencias por la glosa del tercer informe de Gobierno y que es imposible dejar pasar, fue la desagradable y hasta majadera retórica del cómico que despacha como secretario de Salud, Juan Nemi Dib, que ignoró las preguntas de los legisladores, se sujetó a leer un informe con datos inverosímiles pero peor aún trato de “desaparecer” casos que lastiman a los veracruzanos como el de la epidémica de males renales en la región de Tierra Blanca.
Nemi Dib, cordobés para infortunio de sus paisanos, emitió señalamientos insolentes pues aseguró que los enfermos y los que han fallecido por enfermedades del riñón son inexistentes y forman parte de una campaña política para dañar la imagen del Gobierno próspero. Sobrado, el histrión se burla de la enfermedad de cientos de personas. No hay quien le ponga un bozal, y entonces no queda otra que esperar que el escupitajo lanzado al cielo le caiga en el rostro.
En la zona de Tierra Blanca y gran parte del corredor cercano –algunos dicen que llega hasta la región de Córdoba- desde hace años hay un extraño brote de padecimientos renales que ha cobrado la vida de cientos de personas. Diversos estudios han ubicado a esta zona por arriba de la media nacional en casos de muertes por insuficiencia renal y por eso se han ordenado investigaciones para determinar la fuente de la enfermedad. Algunos señalan que es el agua contaminada por residuos químicos pero a la fecha no hay datos seguros.
Toda es una maraña de complicidades porque se ha culpado a la ex paraestatal Ferrocarriles Nacionales, hoy Ferrosur, de capital privado, de lavar contenedores que transportan tóxicos y los escurrimientos químicos van a dar al subsuelo y a los mantos freáticos. También se ha dicho que los agroquímicos usados para el cultivo de caña y otros señalan que la contaminación del río Blanco y sus afluentes, que atraviesan la zona son los causantes.
Lo cierto es que los enfermos y los decesos ahí están, nadie los puede borrar con una declaración. Los que hemos recorrido Tierra Blanca y sus comunidades, documentando periodísticamente decenas de casos de personas que padecen estos males y que muchas veces mueren por falta de atención médica, especialmente los que esperan la ayuda de la Secretaría de Salud en Veracruz, podemos afirmar que Nemi Dib es un mentiroso e irresponsable al tratar de reducir una tragedia a un asunto político. Los veracruzanos no se merecen funcionarios de este nivel.
No se sabe si el señor Nemi es musulmán o cristiano pero tanto en el Corán como en la Biblia se advierte que al desbocado se le colmará el plato dos veces. Aún con su osadía, no se le desea que él o alguno de sus seres queridos llegue a estar postrado por una afectación renal y cuando suplique al cielo por la sobrevivencia, alguien los acuse de tener intereses políticos y les nieguen la atención médica. Por otro lado, respecto a los legisladores enojados con las respuestas insolentes de Nemi Dib, éstos no tienen porqué decirse sorprendidos ante tal actitud ya que esa es su función: un payaso lanzando retórica. La distracción y el teatro es lo suyo. Para eso fue puesto allí y funciona de maravilla porque habla mucho y no dice nada.