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EL MINUTERO GANANCIA ELECTORAL

Superiberia

GANANCIA ELECTORAL

 

A una semana de que se efectuaron los comicios intermedios –se les llama así porque son a mitad del sexenio presidencial- y aún con la proporción del abstencionismo –un 52 por ciento en promedio nacional-, el proceso electoral dejó situaciones nuevas e incluso esperanzadoras para el país. 

 

En cuanto a la democracia participativa se puede hablar de una ganancia electoral, especialmente porque  la ciudadanía encausó su indignación hacia las urnas en algunas regiones y expresó su hartazgo del tripartidismo, o sea de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD).

 

Esos ciudadanos tampoco se dejaron engañar por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) con el que se disfrazaron muchos priístas. Es cierto, el  partido verde repuntó y en algunos distritos fue el complemento que dio el triunfo a las formulas del tricolor pero en general fueron victorias compradas a precio muy alto. 

 

El PVEM tuvo que violar infinidad de veces la ley, burlar al árbitro electoral y recurrir a cuanta maniobra chapucera para arrastrar sufragios. Claro, lo pudo hacer porque el Instituto Nacional Electoral (INE) lo permitió pero no son triunfos auténticos sino salidos del dinero.

 

Aun así, el repudio al tripardisimo y a sus satélites quedó evidenciado con los triunfos de candidatos independientes que fueron siete en total, uno –el más destacado- fue el de Jaime Rodríguez “El Bronco” en la gubernatura de Nuevo León, así como los de tres alcaldes, un diputado federal y uno estatal, este último Pedro Kumamoto, un joven de 25 años que solo recibió financiamiento oficial por 18 mil pesos para su campaña en el  distrito 10 de Jalisco y ganó.

 

Los casos anteriores rompieron tres grandes mitos que durante muchos años el sistema partidista se empeñó en arraigar en la conciencia colectiva. El primero que las grandes televisoras como Televisa o TV azteca así como otros medios electrónicos masivos –la prensa que se transforma en vocero por los convenios publicitarios- ya no son garantía de imposición de representantes populares. 

 

El Bronco en Nuevo León y el resto de candidatos independientes no solo enfrentaron el silencio o la censura de esos medios sino también las campañas de lodo para desprestigiarlos que los mismos desplegaron y aún así ganaron.

 

El segundo mito roto es que con poco dinero se puede ganar una campaña electoral. Las carretadas de dinero  -incluyendo dinero público y proveniente del crimen organizado- ya tampoco son suficientes para hacer triunfar a un candidato – si no miren el caso de la oaxaqueña Carolina Gudiño  en Boca del Río donde hubo dinero muy maloliente-.

 

En Jalapa Urbano también el candidato de Morena, Cuitláhuac García ganó el distrito con solo 250 mil pesos invertidos, los cuales  solo 20 mil fueron de apoyo del partido y el resto lo reunió con la ayuda de simpatizantes. Es decir, se gastó la quinta parte del tope de un millón 250 mil pesos y en términos reales el 0.31 por ciento de los 80 millones de pesos que ocupó Erick Lagos Hernández, exsecretario de Gobierno, para ganar sus 72 mil votos en el distrito de Acayucán.

 

Con el caso de estos candidatos que gastaron lo mínimo se tiene la punta de la madeja para obligar a los legisladores a reducir el financiamiento de los partidos políticos y de las campañas electorales porque se demostró que con pocos recursos es posible sacar adelante una campaña comicial. 

 

El tercer mito eliminado, que más bien es algo que vuelve a traerse a la palestra es que ser joven y contestatario entusiasma a la ciudadanía para abrazar la democracia participativa y alejarse de los partidos tradicionales con candidatos tibios.

 

Se cae la ortodoxia política de “no barrer para atrás” y de garantizar impunidad al que deja el cargo. No, todos los candidatos independientes –claro, los que llegan a cargos de gobierno- anticipan que revisarán cuentas y llevarán a la cárcel a sus antecesores por haberse robado el dinero público. 

 

Eso es lo que quiere la población: justicieros que vengan a poner en su lugar a los corruptos y no ser  cómplices ni garantizar la  impunidad. 

Un cuarto punto que es importante destacar es el papel de las redes sociales, o sea las campañas en la web  y la interacción de los cibernautas –tuiteros y feisbukeros-.  

 

Obvio, estos no se quedaron en su casas frente a la computadora ni redujeron su activismo al teléfono celular.

 

No, su intervención en las campañas de los independientes o de los triunfos de muchos candidatos de Morena , tuvo consecuencias en  actos físicos, no solo virtuales. Es decir, alentaron a los ciudadanos a salir a las urnas de votación y ellos mismos acudieron a sufragar. 

 

De ahí se tiene que, sin duda,  una carrera electoral también puede ser ganada en las llamadas cibercarreteras de la información. Esas serían las ganancias de la jornada electoral del domingo anterior.

 

Sin embargo hay algo en lo que todos deben tomar precauciones y es que la mafia de la política ya  le echó el ojo a esas candidaturas independientes, y si Televisa no logra inflar lo suficiente al gobernador de Chiapas, Manuel Velasco para convertirlo en el sucesor de Enrique Peña Nieto, nadie dude que vaya a fabricar su propio “Bronco” para el 2018. 

 

También muchos vivillos y vividores que navegan de partido en partido, ya vieron en esas candidaturas independientes otro camino para seguir enchufados al presupuesto, y en Veracruz ya suman varios los que se han anotado: Renato Tronco, Ricardo Ahued, Héctor Yunes, Francisco Garrido y Gerardo Buganza. Pura bazofia.

 

Finalmente hay que destacar que así como hace varias semanas se hablaba de que en las elecciones municipales de España comenzó a concretarse la movilización ciudadana en espacios de poder y que los ayuntamientos de Barcelona y Madrid –la alcaldía de la capital española quedó definida la semana pasada para Manuela Carmena impulsada por la asociación política ciudadana “Ahora Madrid” y que puso fin a dos décadas de predominio del derechista Partido Popular- quedaron en manos de activistas que formaron parte del Movimiento de los Indignados, así en México se puede presumir que se dieron los primeros pasos para seguir ese ejemplo.

 

Los diputados, alcaldes y el gobernador independientes citados son parte de esa indignación que optó por no solo conformarse con el grito y la marcha sino con castigar en las urnas a los malos gobiernos y los partidos políticos llenos de corruptos. En Veracruz también se pueden presumir pinceladas de esos nuevos tiempos en Jalapa y Coatzacoalcos ganados por el Movimiento Regeneración Nacional contra todo pronóstico formal pues sus candidatos ni siquiera eran considerados rivales de importancia por priístas y panistas. Y claro, Veracruz y Boca del Río donde no ganaron independientes ni  los triunfadores tampoco son gente de izquierda o siquiera liberales pero si fueron acompañados con el voto de castigo que logró expulsar a la maligna fidelidad de la conurbación. ¡Bravo por eso ciudadanos indignados!.  Que esto solo sea el comienzo.

 

A PASEARLOS  EN BURRO

 

Así como los aspirantes a convertirse en diputados federales han estado bajo escrutinio público en los últimos tres meses es tiempo de poner bajo revisión a los que dejarán la representación distrital en poco más de tres meses.  De acuerdo al calendario electoral, la 62 legislatura federal concluirá funciones el 31 de agosto y el día primero asumirán las curules los representantes que fueron electos el pasado 7 de junio. Por eso, ya  ya superada la etapa del fulgor electoral ahora tiene que tener espacio la evaluación de los actuales diputados federales.

 

La zona centro de la entidad tiene seis legisladores, cuatro de ellos electos por la vía de representación uninominal y dos plurinominales. Los primeros son Leticia López Landero y su hermano Tomás López Landero que son diputados por Córdoba y Zongolica, Juan del Bosque por Orizaba –que en realidad es el suplente del actual alcalde de La Pluviosilla, Juan Manuel Diez Francos, quien pidió licencia para repetir como edil- y Víctor Serralde Martínez – o como se llame- por Huatusco.

 

Los dos legisladores plurinominales son el panista Juan Bueno Torio, originario de Córdoba y que en los últimos veinte años ha vivido del presupuesto público brincando de diputaciones a senadurías o a cargos en el gobierno federal, y el priísta Ricardo Aldana Prieto, originario de Orizaba y tesorero del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM).  En total son tres diputados del PAN y tres del PRI, o sea que está la representación popular está equilibrada en términos de colores, si así se quiere ver.

 

Pues bien. ¿Qué hicieron estos seis diputados por los habitantes de sus distritos?. El ciudadano debe hacer una reflexión sobre eso porque no solo es elegirlos y enviarlos al Congreso de la Unión sino que la democracia participativa exige también pedirles cuentas. ¿Alguien podría nombrar una cosa importante que alguno de esos seis haya hecho?, ¿alguna gestión que haya logrado y que merezca reconocerse?, ¿algún presupuesto que haya tramitado para mejorar las condiciones de la región?.  Si alguien lo sabe que lo comunique porque hasta ahora solo se han recibido de ellos traiciones y chanchullos.

 

Los seis aprobaron sin chistar la reforma educativa que despojó de derechos a los maestros y abrió la puerta para privatizar la educación. Los seis votaron a favor de la reforma energética que privatizará la industria petrolera del país y generará el despojo de tierras a miles de campesinos así como conducirá a  la desaparición de programas y obras públicas a mediano plazo porque no habrá ingresos petroleros para financiarlos.  Los seis levantaron la mano para avalar  la reforma fiscal que genera la persecución del fisco a los contribuyentes menores pero que protege a los grandes evasores que son los multimillonarios del país.

 

Esos  seis diputados votaron a favor la reforma en telecomunicaciones para beneficiar a grupos de poder, a los grandes empresarios de los medios de comunicación, pero que debilita  a pequeños medios y especialmente a los  comunitarios. Los seis  ahora están por avalar la reforma a la Ley de Aguas  que privatizará ríos, arroyos y manantiales y reducirá el consumó por cada habitante a solo 50 litros y esos cincuenta litros tendrán que comprarlos a las empresas privadas a las que se entregarán todos los organismos operadores de los sistemas de distribución del liquido. ¿Qué bueno dejaron estos diputados felones para el pueblo?. ¿Acaso no son dignos de montarlos a un burro y pasearlos por las calles?.

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