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El minutero: El vigilante de los dineros

Superiberia

EL VIGILANTE DE LOS DINEROS

 

Lo que sucede en la administración ya rebasa lo kafkiano -entiéndase: lo absurdo- No se puede explicar de otra forma. Ayer se concretó  la defenestración de Iván López Fernández de la Contraloría General del Estado y se nombró en su lugar a Mauricio Audirac Murillo, pero el cambio sólo fue cosmético y trae más desconfianza que certeza. Tanto el que se va como el que llega arrastran señalamientos de corrupción. Desde el sexenio pasado a López Fernández se le atribuía la propiedad de un despacho contable -con la presunta sociedad de altos funcionarios de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan)- que cobraba grandes sumas de dinero a los alcaldes a cambio de enderezar las cuentas públicas.

 Ya en el sexenio próspero, con el cargo de contralor estos negocios proliferaron y se extendieron a funcionarios de segundo y tercer nivel que incurrían en desfalcos y necesitaba simularlos. Así, lograban pasar las revisiones de esa dependencia y eso lo hacía también con la bendición de los altos mandos pues formaba parte de la selecta burbuja que rodeaba al gobernante en turno, en especial el círculo de la vocera estatal, María Gina Domínguez. Sin embargo, desde mediados del año pasado fue echado de tal selecto grupo  y su protectora comenzó una campaña mediática  en su contra, desde la prensa bajo control de la Coordinación General de Comunicación Social.

 Sobre el asunto hay dos versiones. Una, que el enojo fue un botín mal repartido y la segunda que operó en contra de la candidata del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Shariffe Osman quien perdió la alcaldía de Emiliano Zapata, municipio que le encomendaron operar la mapachería electoral. La mayoría se inclina porque la teoría del que se embolsó sin repartir a los cómplices. Así se comenzó a anticipar su caída desde hace tres meses hasta que ayer le dieron el empujón final.  Empero, lo inaudito es que a ese cargo llegó otro ejemplar del mismo pelo -tanto físico como de hábitos-: Audirac Murillo, quien también ha sido acusado abiertamente de haberse enriquecido en el Orfis al que convirtió en una especie de báscula alterada, la cual pesaba a los funcionarios en base a los sobornos cobrados.

 No se debe olvidar que la llegada de este señor al Órgano de Fiscalización durante  el gobierno de la fidelidad fue resultado del llamado Pacto de Gobernabilidad firmado por el innombrable con el Partido Acción Nacional (PAN), dirigido en ese entonces por Alejandro Vázquez Cuevas, quien impulsó a Audirac porque era el contador favorito de los panistas, específicamente ligado al ex alcalde de Veracruz, Ramón Gutiérrez de Velasco, uno de los más cuestionados de la historia porteña por sus presuntos latrocinios al grado que los jarochos lo apodaron “JoseRatón”. Ahora los dos se reencontrarán en el seno del duartismo, ya como priistas, pues Audirac es el nuevo contralor y Gutiérrez de Velasco será diputado local por la vía plurinominal, curul que obtuvo tras haber traicionado al blanquiazul en las elecciones del 2012.

 También hay que rememorar el campanazo de prensa que se dio al inicio del presente sexenio cuando se procedió judicialmente contra 115 ex funcionarios municipales, entre ellos 33 ex presidentes municipales, que supuestamente habían cometido desfalco al erario por casi 70 millones de pesos. ¿Cuántos están en prisión?  Los que fueron detenidos son de municipios pequeños, serranos e indígenas, pero nunca se tocó a los ediles ladrones de ayuntamientos grandes que cometieron desfalcos millonarios.   

Aún con ello, lo más incongruente del  nombramiento de Mauricio Audirac, al frente de la Contraloría General del Estado es que los mismos que ahora aplauden su llegada al gabinete, apenas el año pasado lo acusaban ferozmente de corrupción cuando intentó buscar la reelección al frente del Orfis. En julio del 2012 desde las propias oficinas estatales se ordenó a diversos actores políticos que declararan en su contra y para ello se les facilitó información recabada sobre su fortuna personal y de supuestos negocios hechos con la revisión de cuentas públicas. Basta revisar la hemeroteca para encontrar titulares como “Mauricio Audirac es corrupto”, “Audirac, el rostro de la corrupción”, “Auditor acusado de enriquecimiento ilícito”, que se repetían en la prensa estatal.

 Una perla de ese entonces es la nota manejada por un portal digital -cuya propiedad atribuyen  los bien enterados a la vocera estatal- que fue titulada “Orfis, hangar de corrupción”. En ella se aseguraba que Audirac había comprado una aeronave para su uso personal lo que demostraba el enriquecimiento con el cargo de auditor.   Textualmente se publicó:  “Y decimos que es un hangar, porque las extorsiones y malos manejos que realiza el auditor general, Mauricio Audirac Murillo, le han permitido obtener ganancias millonarias al grado de poder comprarse una avioneta Cessna Aircraf con el registro XB CFV y la matrícula de vuelo TU206A U206-0564. Obviamente ese juguetito lo comparte con quien ha sido su compinche de triquiñuelas (sic), como lo es el subdirector administrativo del Orfis, Carlos Grajales García, quienes no dudan en tomarse fotos de los viajes que han realizado en su avioneta. 

“Muchas son las voces que piden, con justa razón y elementos de sobra, que no se relija (sic) a Mauricio Audirac Murillo, porque es algo similar a poner la iglesia en manos de Lutero (sic)”. Todavía hoy en día, diputados locales de todos los partidos, exigen cárcel y la devolución del dinero que robaron ex alcaldes como Juan Lavín, Juan Ramón Ganem, Sergio Ramírez Cabañas, Julen Rementería, entre otros, quienes se vieron envueltos en irregularidades dentro de sus gestiones, pero el Orfis, no ha sido capaz de detectar un sólo peso mal empleado, cuando los habitantes de esos municipios pueden señalar con gran facilidad la clase de ratas que tuvieron como autoridades”.  Hasta ahí el texto y se aclara a los lectores que se reprodujo sin cambiar mala redacción y las faltas de ortografía.

 En base a este tipo de  información filtrada desde las oficinas de la señora Domínguez Colío se nutrieron declaraciones de diputados locales del PRI, PAN y PRD, dirigentes partidistas, líderes religiosos y de logias masónicas, investigadores de la Universidad Veracruzana (UV) y  presidentes de cámaras empresariales, especialmente de la Asociación de Constructores del Estado de Veracruz (ACEVAC), de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) que pedían llevar a la guillotina a Audirac Murillo e impedir que permaneciera en un cargo público por ser un individuo con carencia de honorabilidad y honradez.

 La pregunta obligada es: ¿Todos estos detractores de Audirac en el 2012 sostendrán ahora sus dichos y reclamarán al gobernador haberlo nombrado al frente de la Contraloría del Estado? De no hacerlo quedarán desacreditados por incongruentes y convenencieros, y sobre todo serán cómplices de que un personaje tan cuestionado esté ahora a cargo de la vigilancia de los dineros del pueblo.

 En verdad  no tiene explicación el proceder del gobernante en turno para elevar al estatus de contralor de su administración a quien fue tildado de corrupto apenas el año anterior. Ya no se puede argumentar que los asesores le vieron la cara al mandatario, que lo engañaron, pues los señalamientos contra Audirac fueron públicos y aún más, salieron desde el propio Palacio de Gobierno. Y todavía lanza el discurso que “no hay espacio para la opacidad ni para la simulación”.  ¿Qué sucedió?, ¿Tan obvios son como para nombrar a un corrupto por otro corrupto? ¿Pensarán que los ciudadanos son retrasados mentales para no darse cuenta de la burla? Citando al clásico de las barriadas se diría que “hay que ser cochinos pero no trompudos”. ¿No creen?

 

LE PERDIERON EL MIEDO

 

Otro entuerto que continúa exhibiendo la  nula capacidad de negociación en los funcionarios estatales es el amago que el titular de la SEV, Adolfo Mota Hernández hizo contra los maestros disidentes que están en las calles defendiendo sus derechos y la educación pública. Amenazó con aplicar descuentos a las quincenas e incluso despedirlos si ayer jueves no se presentaban a las escuelas para reanudar clases. En balde puso el rostro duro y arqueó la ceja para que la advertencia tuviera seriedad pues los aludidos no le hicieron caso.  Fue como  un llamado a misa porque ayer siguieron las protestas de los docentes en todo el estado.

 Incluso bloquearon por varias horas las autopistas Veracruz-México a la altura de Nogales y la Xalapa-Veracruz a la altura de los accesos al recinto portuario mientras que en Orizaba rodearon el Palacio municipal, impidiendo el acceso a ediles y empleados. Es decir, los maestros no le obedecieron ni porque gesticuló intentando amedrentarlos. Vaya, en los últimos dos meses desde Palacio de Gobierno se han emitido como cinco anuncios de que las actividades escolares se reanudaban y es la hora que los maestros siguen en las calles. Es más, ayer mismo los representantes del Movimiento Magisterial Popular Veracruzano anunciaron que no dejarán las movilizaciones pese a las amenazas.

 Anticiparon que si la SEV pretende aplicarles sanciones volverán a colapsar la capital del estado con más de 30 mil maestros, los cuales ya se han reunido en dos ocasiones anteriores. La moraleja -que siempre trae enseñanza y ahora dada por los mismos protagonistas que tienen experiencia en instruir- es que los maestros le perdieron el miedo al Gobierno estatal mientras que desde el gobierno pretenden apagar la hoguera arrojándole bidones de gasolina. Y claro, no es malo que el pueblo pierda el miedo a las autoridades, al contrario,  es parte de la democracia pues la teoría política dicta que es el gobierno el que debe temer al pueblo, su patrón, no al revés.

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