Es importante observar lo que pasa en Grecia que hoy registra una crisis financiera sin precedentes pero que a la vez está dando una lección a todo el mundo de democracia participativa.
Algunos se preguntarán por qué ocuparse de un país tan lejano a México cuando aquí hay muchos problemas a tratar y la respuesta es que no solo es importante sino también didáctico el atender lo que sucede en ese país porque es similar a lo que acontece en el resto de los países pobres llamados pomposamente “en vías de desarrollo”-, la mayoría de ellos sometidos a la dictadura económica de las naciones ricas.
La diferencia es que Grecia vuelve a refrendar su posición en la historia como cuna de la democracia, es decir, del poder de las mayorías –no hay que olvidar las lecciones de historia que todos aprendimos en la escuela sobre el origen más remoto de la palabra misma acuñado hace más 2 mil 500 años en las ágoras helénicas con eso de “demos”, el pueblo y “kratos” , el poder: el poder del pueblo- Otra vez Grecia vuelve a enseñar el camino al resto de los pueblos en materia de la soberanía de las mayorías. Lo ha hecho dos veces en este 2015.
El pasado 26 de enero los griegos se indignaron tras siete años de crisis económica y de estar sometidos a políticas económicas casi exterminadoras que fueron impuestas desde los que dirigen la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), y en las urnas electorales rechazaron a todos los candidatos oficialistas, eligiendo a uno postulado por la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), el comunista y ateo Alexis Tsipras, al cual convirtieron en primer ministro.
Un hecho histórico que resultó un aguijonazo para los líderes financieros del mundo que querían un títere a la cabeza de Grecia.
La bandera electoral de Tsipras fue que el pueblo no debe continuar bajo el castigo de las medidas de austeridad que disminuyen los salarios, los ahorros, las pensiones, la educación, los servicios de salud y otras prestaciones sociales. Y claro la respuesta de los grandes acreedores de Grecia fue obligar al gobierno de Tsipras para aceptar sus dictados y olvidarse de sus compromisos con los electores y por eso condicionaron hasta mañana martes 30 de junio el continuar con la ayuda financiera del país o de lo contrario suspenderla definitivamente si no acepta sus mandatos en materia económica.
Le dieron un ultimátum al gobierno griego: ayuda monetaria a cambio de castigar más a la población, restando más de 8 mil millones de dólares al gasto gubernamental –para aminorar pensiones, subsidios educativos, de salud y también privatizar lo poco que queda- o irse al abismo, con el que espanta a todos los países pobres.
Y cuando todos pensaban que habían doblado al gobierno de Tsipras, éste hecho mano de la cátedra milenaria de su nación: la democracia.
Que el pueblo decida, y convocó para el 5 de julio un referendo para que sean los ciudadanos griegos y no el gobierno, los que decidan si aceptan o no las nuevas medidas de austeridad que imponen los organismos internacionales.
“Nos quieren arrodillar por eso hay que rechazarlo pero que el pueblo decida”, dijo el primer ministro y fue otro aguijonazo para los que se han adueñado de la economía mundial.
Por ejemplo el ministro alemán Wolfgang Schäuble afirmó sin tapujos que con la convocatoria a un referendo, el gobierno griego rompió negociaciones y ahora debe atenerse a las consecuencias.
Es el mundo de cabeza porque para estos tipos es una ofensa dejar que el puedo decida sobre medidas económicas.
Si bien es cierto que un repudio de los griegos a las medidas de austeridad que exigen el Banco Europeo y el FMI, aumentará la crisis del país, se caerá en déficit de pagos y vendrán otras calamidades, también es cierto que esa decisión de los griegos será un cuchillo clavado en el corazón del proyecto neoliberal de los que quieren controlar las finanzas mundiales y someter al pueblo a la miseria para que unos cuantos se enriquezcan.
Una salida de Grecia de la llamada zona económica europea y la declaratoria de déficit de pagos será un golpe mortal para la llamada “zona euro”.
Por una parte debido a que el Banco Central Europeo tendrá que adoptar medidas para proteger a los acreedores de Grecia que se quedarán sin cobrar y exigirán su dinero a la Unión Europea, segundo porque el impacto en las economías vecinas podría convertirse en un huracán que tumbe las principales bolsas del mundo y tercero porque el riesgo de que otros países en la misma situación de Grecia se revelen y sigan el ejemplo, dando más estocadas mortales a los ricos del planeta.
Por eso los analistas mundiales se atreven a pronosticar el colapso de la zona económica europea, un país pobre lo desmoronaría.
Y se repite. ¿porqué es importante para México y para Veracruz un tema aparentemente lejano o muy global?. Porque la cátedra es sobre democracia participativa, porque es lo que debería suceder en todos los lugares: consultar a los ciudadanos sobre medidas que impactarán a todos y no dejarles esa decisión a los gobernantes que la mayoría de las veces se corrompen, tomas decisiones para hacer negocios con el erario a costa de perjudicar al pueblo o de plano se arrodillan ante los más poderosos para castigar a sus representados.
Así por ejemplo, debió haber un referendo para preguntarle a los cordobeses si querían o no la instalación de parquímetros que en el puerto de Veracruz y Poza Rica los llaman “ladrones de un solo brazo”. En poco tiempo los cordobeses se estarán dando de topes contra la pared por dejar que les impusieran esos aparatejos. También debió haber una consulta popular para ver si los porteños, boqueños y medellinenses aceptaban que se privatizara el Sistema de Agua y Saneamiento (SAS) y que la transnacional brasileña Odebrecht –cuyo dueño está encarcelado por corrupto allá en ese país sudamericano- la beneficiaria de la concesión por treinta años.
Por supuesto debió haber una consulta a todos los veracruzanos sobre los 80 mil millones de pesos de la deuda pública que contrataron desde la fidelidad hasta este sexenio, y también si los ciudadanos autorizaban o no la bursatilización de impuestos y participaciones federales.
De la misma forma, a nivel nacional el referendo debió ser el camino para decidir la privatización de Pemex, de la CFE, de la educación pública y de otros bienes nacionales que ya están en proceso. Grecia y su enseñanza democrática deben ser el espejo donde México y Veracruz se tienen que mirar.
Ya no es posible que los ciudadanos dejen a los gobiernos y a los funcionarios corruptos el manejo de sus destinos.
Ojo, lo que sucede en el mundo impacta en cada municipio, en cada colonia y en cada hogar por muy lejos o recónditos que se encuentren.
En la llamada aldea globalizada los castigos a los más pobres se imponen desde las principales ciudades del mundo y afectan el bolsillo del ciudadano más humilde.
La buena noticia es que también gracias a la globalización los ejemplos, como en Grecia, para voltearles la jugada a esos pendencieros están al alcance de todos.
La decisión es imitarlos o seguir arrodillados. Ahora sí como dirían los sarcásticos: ¡aplíquenles la griega!
LA PLAGA HIPOLITANA
Ya se dijo alguna vez: las palabras invocan, convocan y provocan y las expresadas en su homilía del pasado domingo 21 de junio por el arzobispo de Jalapa, Hipólito Reyes Larios –”PRI-pólito” para la flota de curas que lo conocen desde hace muchos años- abrieron las puertas del infierno mediático a donde lo arrojaron todas las feministas que se duelen porque calificó a las madres solteras como una “plaga”, cuyo significado es un grupo numeroso de animales o una enfermedad que infecta, invade y destruye.
Eso son para el religioso orizabeño todas las mujeres que se embarazan y dan a luz sin tener una pareja estable. Después del pandemónium que en las redes sociales desató esa frase, el ensotanado recurrió, como lo hacen los políticos que no conectan la lengua con el cerebro, a echarle la culpa a los medios de comunicación con la cantaleta de que “malinterpretaron sus palabras”. Y ayer mismo en un comunicado el vocero de la arquidiócesis jalapeña, Manuel Suazo, en lugar de ofrecer una disculpa pública a las mujeres comparadas con enfermedades o animales dañinos, se volcó contra la prensa.
El portavoz de Reyes Larios en enredó en sus explicaciones y afirma que el arzobispo no dijo que las madres soleras fueran una “plaga” sino una “epidemia”, ¿pues qué no es lo mismo?. Este padrecito cree que la opinión pública es tonta. De paso se lanzó contra los periodistas y los medios de comunicación a los que, en su comunicado dominical, los acusa de “inyectar veneno” y tener la “mente enferma” por hacerle una campaña negativa al arzobispo jalapeño. El señor vocero diocesano no solo responde con el estomago sino que ese equivoca al culpar a los medios de comunicación de los dislates verbales de su jefe en la curia.
Mejor debería aconsejarle a Reyes Larios que cierre la boca y se modere para no sacar a relucir su misoginia, intolerancia y discriminación. No es digno de un representante de Dios. Pero hay que destacar que al desbocado arzobispo lo tundieron en las redes sociales -Twitter y Facebook- donde pululan los irredentos y en las reflexiones que los usuarios de la web hicieron hay unas sumamente inteligentes y documentadas, que no tienen desperdicio.
Por ejemplo, una comentario de un feisbukero parece surgido de uno de los libros irreverentes del escritor chileno Alejandro Jodorosky -que parece que en el apellido lleva el veneno que pone en la pluma pues bien que “jode” a los personajes que desmenuza literariamente entre ellos a las figuras evangélicas- al asegurar que Reyes Larios prácticamente se mordió la lengua al comparar a las madres solteras con las plagas.
El emperifollado arzobispo, dice, parece no conocer la historia bíblica que habla en la forma en que fue concebido el profeta Jesús, cuyo verdadero padre no era el carpintero José sino alguien que se llamaba Espíritu y se apellidaba Santo. Si no hubiera sido por José, que le hizo el favor a María de desposarla para que no fuera acusada de pecadora, la madre de Jesús habría sido una madre soltera– o sea parte de la plaga hipolitana- e incluso se hubiera enfrentado al riesgo de ser lapidada por la muchedumbre escandalizada o ser enviada a los guetos reservados a las mujeres licenciosas, la mayoría de ellas madres solteras.
Los relatos bíblicos son más valiosos por las enseñanzas que por su santidad -la cual está sujeta a una cuestión intangible e ilegible que es la fe- y el tema sirve para ponerle un tapón a la boca del arzobispo Hipólito Reyes Larios que deberá pensarlo dos veces antes de abrir la boca para decir disparates desde el pulpito. Ah, y aquí no vale ese refrán a modo de que “el come padre, revienta”. Amen in saecula saeculorum.