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EL MINUTERO DE-BATIDOS

Superiberia

La crónica pudo llamarse: el debate que no fue. Esto porque el encuentro entre los aspirantes a la diputación federal por el distrito de Córdoba realizado el miércoles pasado estuvo más que tedioso. 

No se debatió ni se expuso, y en algunos casos solo se leyeron, las propuestas de campaña. No hubo punto de comparación ni replica ni contra-replica. Vaya, ni siquiera chipote con sangre que eso hubiera divertido a la opinión pública.

 

Sin embargo, aun con eso fue un ejercicio interesante por algunos aspectos. Primero porque el candidato de la alianza formada por los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Verde Ecologista de México (PVEM), Marco Antonio Aguilar Yunes acudió al mismo a diferencia de sus homólogos en otros distritos que se han rehusado a asistir a los debates para no enfrentar los cuestionamientos y ser exhibidos en sus fallas cuando se desempeñaron como servidores públicos.

 

No hay que olvidar que en los dos primeros debates que el Instituto Nacional Electoral (INE) realizó en el puerto de Veracruz y Boca del Río, los días 21 y 22 de abril, las abanderas priístas-verdes, Ana Guadalupe Ingram y Carolina Gudiño, respectivamente, salieron tundidas por la serie de críticas en su contra. 

 

Ninguna pudo defenderse de los cuestionamientos y se presume, según los expertos, que ambas  habrían perdido varios puntos en la preferencia ciudadana por esa golpiza recibida en los debates.

 

De ahí que los asesores de ambos partidos, el PRI y el PVEM, recomendaron al resto de los candidatos en los demás distritos no acudir a esos debates, sobre todo a los candidatos que tienen una larga cola que les pueden pisar. 

 

Por ejemplo en los distritos de  Jalapa Urbano, Jalapa Rural y  Coatepec, los abanderados Elizabeth Morales, Adolfo Mota y Nohemí Guzmán se han negado a presentarse a los debates pues se saben impopulares por su mal desempeño como funcionarios públicos. Elizabeth Morales fue alcaldesa de la capital del estado, Guzmán fue secretaría estatal de Protección Civil y Mota de Educación.

 

Y como “”el miedo no anda en burro”, como dirían los viejos del pueblo, después de ver la tunda recibida por las candidatas boqueña y porteña mejor suspendieron todo debate. 

 

En Córdoba,  si bien Aguilar Yunes se aventuró a debatir  no salió raspado pues el encuentro resultó más que ligero.  Las escaramuzas que hizo el abanderado del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Arnulfo Vázquez, para criticar y cuestionar a los otros contendientes no tuvieron eco. 

 

Quizás lo más lúcido para el priísta Aguilar Yunes fueron sus coloridos calcetines que, según los jocosos, se los puso para la buena suerte y le funcionaron porque nadie lo golpeó en verdad.

 

Del panista Juan Gerardo Perdomo solo se puede decir que está lejos de ser un buen orador. Malo para la dicción y peor  para la retórica, lo que comprueba que las artes de la diatriba no se trasmiten a través de los genes. 

 

El padre, Juan Fernando Perdomo Bueno hasta cantaba y lo hacía bien, aunque no haya ganado una única elección en su vida pese a que saltó de partido en partido. Habrá que ver si el junior Perdomo no hereda la mala suerte del papa de no ganar contiendas electorales.

 

Otra anécdota del debate fue la presencia de Juan Carlos Castro como candidato del Movimiento Ciudadano. ¿Cómo?, ¿Todavía está vigente en la política ese señor?. Ya fue  diputado local por el PAN después se alquiló con el gobierno estatal  para restarle al postularse como candidato a la alcaldía por el partido fidelista AVE y ahora está en el Movimiento Ciudadano. No cabe duda que este individuo “no tiene llenadera”,  como decía el exgobernante estatal, el impresentable.

 

Un punto a destacar que si es lamentable es que ninguno de los candidatos más fuertes, -entre los que se disputará la diputación y que son  el panista Perdomo y el priísta Aguilar Yunes- haya tomado en serio el tema de la inseguridad que asola a Córdoba y la región. Ambos recurrieron a lugares comunes y palabrería hueca. 

 

Ninguno hizo un señalamiento puntual ni una propuesta válida. No se cuestionó ni se presentaron propuestas para el tema del Mando Único Policial y el operativo “Blindaje Córdoba” que son un fracaso, no se dilució el tema de la impartición de justicia, no se dijo nada de las decenas de desaparecidos que hay en la región ni de la ola de secuestros y ejecuciones. En pocas palabras, los dos pintan para ser malos representantes de la población que está bajo metralla.

 

¡A ENSEÑAR!

Hoy viernes los maestros están de fiesta, es su día y ¡Oh milagro!, el gobierno estatal anunció que el pago del bono de gratificación por la fecha y la quincena respectiva están debidamente depositados en las cuentas de los maestros ¡desde ayer jueves!. Es decir, un día por adelantado. ¡Qué regalo tan generoso!, pues los profesores ya no tendrán que salir a las calles, realizar plantones o bloquear oficinas para exigir a gritos su sueldo.  ¿No son bondadosos los del gobierno estatal ?.

 

Pero las buenas noticias no acaban ahí porque también se anunció que mandaron acuñar medallas en oro y plata –aunque sea  de pirita, el  “oro de los tontos” y de alpaca, la plata de los otros tontos- para premiar a los maestros que tengan más años dando clases. Esas medallas las otorgarán en la comida oficial a realizarse en Jalapa mientras que las dirigencias de los sindicatos magisteriales también preparan sendas pachangas para agasajarlos. Al menos en la región de Jalapa, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) a través de la sección 56 organizó anoche un baile popular con la Sonora Dinamita y los Ángeles Azules, además de rifar coches.

 

Se sabe que la sección 32 el SNTE que comandan los líderes charros Juan Nicolás Callejas Arroyo y su hijo Juan Nicolás Callejas Roldán están repartiendo premios en efectivo. Se dice que más de 20 millones de pesos se distribuirán entre sus agremiados. ¿Por qué tantos buenos tratos?. Sencillo, porque es temporada electoral. Ahora los dirigentes corruptos y los funcionarios públicos esconden los colmillos, los palos, las macanas, los gases lacrimógenos, las vallas metálicas y las redadas policiacas. Hoy  se trata de darles circo a los maestros y enamorarlos para que voten o se vuelvan promotores del sufragio en favor de los candidatos del partido oficial.

¿Caerán en la trampa los maestros?. Tal vez,  si son masoquistas. Los educadores no deben olvidar que con la aprobación de la nueva Ley de Educación –avaladas por los priístas, los verdes, los panistas, los panalistas y algunos perredistas en el 2013- ya no tienen segura su plaza magisterial ni sus derechos laborales están a salvo.

 

En cualquier momento los pueden echar a la calle sin cobrar un solo centavo. ¿Olvidarán ese atentado contra su sobrevivencia económica?.

Los maestros también deben recordar las veces en que fueron desalojados con violencia de las plazas públicas como sucedió en el parque 21 de Mayo en Córdoba por orden del alcalde  Tomás Ríos que los acusó de “afear” el espacio público o el violento desalojo en septiembre del 2013 de la plaza Sebastián Lerdo de Tejada, hoy plaza Regina Martínez, en Jalapa, donde hasta utilizaron perros de ataque contra los profesores que además recibieron una paliza. 

 

Y qué decir cuando les echaron la caballería a maestros jubilados que protestaban frente al congreso local o cuando los contingentes policiacos  los retuvieron en carreteras negándoles su derecho al libre tránsito.

 

¿Acaso le perdonarán tales agresiones votando por los candidatos de los partidos que los traicionaron?. ¿Los maestros se atreverán a votar por el exsecretario de Educación de Veracruz, Adolfo Mota Hernández que hoy busca la diputación por el distrito de Jalapa Urbano?, ¿lo harán por Ana Guadalupe Ingram, la candidata en el puerto de Veracruz, que siendo presidenta del congreso local avaló las reformas educativas que tanto los dañarán?, o ¿sufragarán por todos los que en su momento ni siquiera alzaron la voz para reprobar las palizas que les mandaron a dar con la policía y en cambio les llamaban delincuentes, anarquistas, agitadores, aviadores y perezosos?.

 

Hoy en el Día del Maestro, el gobierno los apapacha y engolosina con regalos porque saben que los 140 mil maestros que hay en Veracruz son una verdadera fuerza política. No solo son personas pensantes sino que han demostrado su capacidad de activismo para promover el voto a favor de determinado candidato.  

 

No olviden que muchos de ellos ya nutrieron al Partido Nueva Alianza (Panal) y son capaces de convertirse en operadores electorales eficientes –por ellos se encumbró en su momento Elba Esther Gordillo en el SNTE, por la fuerza magisterial que controlaba-.

Los educadores veracruzanos pueden, si se lo proponen, convertirse en fieles de la balanza. Es decir, pueden inclinar el triunfo o la derrota hacia un candidato. 

 

Pueden, si así lo quieren, cobrarles la factura a sus líderes sindicales vendidos y a los funcionarios de los gobiernos federal y estatal que tanto los ha vejado. Hoy es el tiempo del desquite, del voto de castigo y con ello también pueden dar una enseñanza  a todos los demás ciudadanos: que no son gremio borrego, que tienen memoria y que reprobarán aquellos que los traicionaron.

 

Miles de ellos demostraron que tienen dignidad y que desde las calles siguen enseñando a las nuevas generaciones cómo defender sus derechos pero hoy se requiere que todos en Veracruz también esperan una nueva cátedra de  democracia participativa para la jornada electoral del 7 de junio. El maestro puede poner en su lugar y escarmentar a los malos políticos y a los malos gobernantes, solo basta con decidirse.

 

¿Y ABIGAIL?

 

Regresando al tema de la seguridad pública y a uno de los casos que ha generado la indignación generalizada, se comenta en los  círculos abogadiles que al fiscal del estado, Luis Ángel Bravo Contreras, se le comenzó a hacer “bolas el engrudo” con el que pensaba pegar y cerrar el caso de la adolescente  Columba Campillo, secuestrada y asesinada en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río. 

No le alcanzaría ese pegamento para sostenerlo, afirman los litigantes, y entones el asunto podría derivar –como ya ha sucedido-  en la liberación de algunos –si no es que todos- de los acusados. En primer lugar está la forma de detener a la supuesta autora intelectual de plagio, Ileana Mortera  en Puebla.

 

A Mortera la intervinieron con violencia con el señalamiento inicial de  conducir un vehículo con reporte de robo, la sometieron, golpeando a su hija, y sin observar los protocolos legales para aprehender a un sospechoso de un crimen. 

 

La misma implicada declaró el pasado miércoles ante un juzgado que fue maltratada y recibió amenazas directas por parte de los policías mientras que otro de los detenidos,  Eduardo González Castellanos tampoco no ratificó su declaración inicial alegando tortura y amenazas.

 

Los abogados consultados estiman que tan solo la forma en que se efectuó la detención de los acusados y de sacarles confesiones de auto-culpa por medio de la tortura se tendría los elementos para que prosperen los amparos ante la justicia federal y el caso se le venga abajo. Eso sería otro revés para la fiscalía estatal y por supuesto, dejaría en la impunidad el crimen.

 

Otro punto que echa chispas en la investigación es el hotel donde los plagiarios tuvieron retenida a Columba Campillo. El fiscal pretende mantenerlo en secreto pero al hacerlo convierte en sospechosos a todos los hoteleros de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río de haber permitido que sus habitaciones sirvan como “casas de seguridad” para bandas de secuestradores. Los empresarios del ramo deben exigir que el funcionario revele  esa información para salvaguardar su fama personal.

 

De no hacerlo, cualquier turista o visitante que acuda a hospedarse los hoteles porteños o boqueños estarían en grave peligro porque no sabe si en la habitación de al lado se encuentra una persona secuestrada y que el hotel que escogió para dormir es un nido de delincuentes. 

 

El asunto no es menor y si se aplica la lógica del duartismo para impartir justicia, entonces todos los hoteleros de la conurbación son culpables de colaborar con los secuestradores hasta que no demuestren lo contrario. Así de simple.

 

Por cierto, miente el fiscal Bravo Contreras al afirmar que la celeridad en la detención de los supuestos asesinos de la joven Columba Campillo no obedeció a que ésta pertenecía a una familia adinerada de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río y que la dependencia a su cargo desahoga por igual todos los expedientes  de este tipo. Lo contradice el caso de la quinceañera cordobesa Abigail Bautista Luna que habitaba en la colonia antorchista donde fue violada y asfixiada por un albañil de nombre Alfredo Tepepa García, vecino del mismo lugar.

 

Ese horroroso crimen sucedió el 27 de junio del 2014 y a un mes de que se cumpla el primer aniversario del hecho, el homicida no ha sido capturado pese a que están vigentes el Mando Único Policial y el operativo “Blindaje Córdoba”. Aún con las marchas de los vecinos de la citada colonia y las peticiones de justicia hecha por  los familiares de la pequeña, la fiscalía parece que se desatendió de la investigación.

 

La impunidad es total en el crimen de Abigail. ¿Por qué será?. Todo apunta a que la víctima era pobre y sus deudos no tienen las influencias políticas ni económicas suficientes para destrabar el anquilosado aparato judicial. Así, la Fiscalía del estado tiene
dos raseros para procurar justicia: uno para los pudientes y otro para los desfavorecidos.

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