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El minutero: Con el estómago

Superiberia

CON EL ESTÓMAGO

 

Ya se mandó a encarcelar a los tuiteros, ya se ordenó las palizas a jóvenes del Movimiento #YoSoy132 aquí mismo en Córdoba, ya  se desalojó violentamente a maestros del zócalo xalapeño y de paso se instruyó golpear activistas, estudiantes y periodistas que allí se encontraban en las vísperas de la ceremonia del Grito de Independencia. Lo más reciente fue arremeter a toletazos y con gases lacrimógenos contra los productores cañeros para retirarlos de la autopista Córdoba-Veracruz que mantenían bloqueada en demanda de ser atendidos en su situación de crisis. Es un gobierno estatal que declara la guerra a sus gobernados que lo cuestionan o le exigen acciones. 

Habrá quienes aleguen que el caso de los productores cañeros era asunto federal y la decisión de desalojarlos con violencia fue ajena al  Estado aunque tal excusa no alcanza a  justificar la incapacidad del gobierno local para dialogar y negociar antes de ordenar él o permitir el uso de la fuerza pública. Es la inercia que recorre a Veracruz con un gobierno débil e intolerante, carente de la capacidad para maniobrar políticamente y sobre todo para  tomar decisiones de Estado en lugar de “decisiones de estómago”.  La teoría política señala que el mandatario que agrede o permite que agredan a su propio pueblo no es digno de tal investidura.

El gobernante que se protege del pueblo no es digno de representarlo. El que engaña al pueblo no es digno de ser su porta-voz y el que vende al pueblo sólo merece la furia del mismo y ser borrado de la historia. Es una especie de resumen sobre la experiencia histórica del ejercicio gubernamental. Un mal gobernante, dicen los teóricos, se puede identificar fácilmente cuando no obedece a quien se debe ni se atreve a mirarlos de frente. Se oculta de ellos y golpea de noche como los malhechores, así como le gritan los educadores en todas sus marchas.

 ¿Qué más se puede esperar? Que ahora venga una segunda embestida contra los maestros sublevados. Ya en los medios locales allegados a palacio de gobierno comenzaron a clamar otra vez por la “aplicación de la ley”, al igual que organismos empresariales y civiles de papel que ruegan porque el garrote sustituya al diálogo. Vaya, hasta los diputados priistas del Congreso local piden que se despidan y castigue a los maestros en protesta. ¿No que estaban dialogando?  Es el dominio del estómago.  

 Por cierto, el pasado martes 24 de septiembre cuando se dio el desalojo de productores cañeros de la autopista Córdoba-Veracruz otra vez se puso a prueba a los medios informativos de la entidad. El bozal colocado desde la Coordinación de Comunicación Social del Gobierno del Estado funcionó en la mayoría pues hablaron de “saldo blanco”, “cero heridos”, “operativo limpio” y a la vez desplegaron una campaña para difundir que la movilización de los agricultores estaba infiltrada por panistas y perredistas -vaya, sólo los que forman parte del PRI tienen permiso de convertirse en representantes de los cañeros- y demás tonterías para justificar el uso del garrote y los gases lacrimógenos.

 El Buen Tono fue uno de los pocos medios informativos que contaron la verdad de esa represión, como lo cita el analista del periódico La Jornada, Julio Hernández en su columna Astillero del miércoles en la que señala que la agresividad contra los cañeros veracruzanos es un hecho que no puede desligarse al movimiento magisterial. “Fue un golpe magistral: se los digo cañeros para que me entiendan, profes y demás”. (http://www.jornada.unam.mx/2013/09/26/politica/004o1pol?partner=rss). Así, la represión se convierte en una constante con el objetivo de acallar las voces críticas.

 

DOS AÑOS SIN APARECER

 

El pasado 17 de septiembre se cumplieron dos años de la desaparición del reportero Gabriel Manuel Fonseca Hernández, colaborador del periódico El Mañana en Acayucan, al sur del estado. Cuco, como le conocían sus familiares, amigos y compañeros de trabajo, es uno de los cuatro  reporteros que no aparecen en Veracruz. Los otros son Evaristo Ortega Zárate “levantado” por elementos de la policía estatal en Xalapa en abril del 2010, Cecilio Rodríguez Domínguez  de Chinameca y del que no se sabe desde el 12 mayo del 2012  así como  Sergio Landa Rosado que laboraba en el Diario de Cardel, plagiado el 23 de enero de este año. 

Compañeros y parientes de Fonseca Hernández se manifestaron solicitando a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) que informe sobre la evolución de las pesquisas para dar con su paradero, las cuales están a cargo del agente del Ministerio Público, Marco Antonio Pérez Guzmán. La respuesta de la dependencia fue el silencio. Pedirle eficiencia y honestidad a la fiscalía a cargo de Amadeo Flores Espinosa es perder el tiempo. Si no ha procurado justicia para los nueve reporteros asesinados en lo que va del sexenio duartista mucho menos lo hará en el caso de los que no aparecen. 

Ya ni se diga de la patosa Comisión Estatal de Protección a los Periodistas cuyos integrantes ni siquiera se han tomado la molestia de emitir un pronunciamiento por los compañeros ilocalizables. Da flojera referirse a estos señores que se convirtieron en burócratas y disfrutan de las prebendas financieras a cambio de formar parte de la decoración del duartismo, aunque son tan chafas -y sinvergüenzas- que ni si quiera sirven para simular. También en la prensa poco a poco se ha ido diluyendo la noticia de los compañeros desaparecidos y apenas un par de periódicos recordaron el caso de Fonseca Hernández y dieron voz a sus familiares y amigos que siguen buscándolo.

 Veracruz continúa con el nominativo de tierra hostil, una de las más peligrosas del mundo, para el ejercicio periodístico. La injerencia del crimen organizado influye en silenciar el quehacer informativo pero también aporta su parte  la intolerancia y represión sistemática de funcionarios y políticos. No es necesario citar la enorme montaña de atropellos cometidos desde el poder estatal contra rotativos y periodistas.

 

LLORÓN Y RAJÓN

 

Por cierto, una anécdota que ilustra parte de lo que acontece en Veracruz con los medios informativos se conoció en Europa y tiene que ver con el propietario de un periódico en la zona centro que buscó a los organismos internacionales para denunciar el acoso del gobernante  estatal y de su vocera, María Gina Domínguez, los cuales le cortaron la publicidad oficial y se negaban a pagar adeudos por la venta de espacios. Es más, este empresario también declaró, según el dossier integrado por las organizaciones, que fue objeto de amenazas y temían tanto por él como por sus reporteros por quienes, juró, estaba dispuesto a dar la vida, así como por defender la libertad editorial de sus rotativos. 

Sin embargo, más tardó el gobernante en volver a sacarle la chequera que el quejoso de olvidarse de todos los supuestos agravios. Peor aún, algunas semanas después de que declaró, a lágrima tendida, frente a los visitadores de los organismos europeos, ordenó despedir casi a toda la plantilla de reporteros de uno de sus diarios -a sugerencia, se supone, de la vocera próspera- acusándolos de estar ligados a actividades poco decentes. A esos mismos de los que dijo “daría la vida por ellos” los lanzó a la calle tan pronto y le tronaron los dedos desde Palacio de gobierno.

 Eso sí, sin un sólo peso de indemnización y además de la difamación abierta de que estaban involucrados en cosas ilícitas. Los lectores recordarán que los reporteros despedidos realizaron una marcha por las calles de la ciudad exigiendo contra el citado empresario periodístico. Ah, y el llorón no es el pariente político del gobernante en turno,  otro que también plañó a moco tendido e incluso pagó una inserción en la revista Proceso acusando a la vocera estatal de todos sus males. Vaya que son historia para avergonzar a todos. ¿No creen?

 

AGOSTO EN SEPTIEMBRE

 

Nadie puede decir que la llegada del señor Erick Lagos Hernández a la Secretaría de Gobierno sea algo improductivo. Claro que no, al menos en lo económico. Ese despacho y todas sus direcciones se convirtieron en máquinas de hacer dinero: cochupos y mordidas van y vienen para agilizar todo trámite. Los diezmos y veintiezmos así como la venta de todo lo que se pueda vender es el motor con el que se mueve la maquinaria burocrática y de eso no  escapan ni siquiera las oficinas más pequeñas. Un botón de muestra es  la Dirección de Acción Social encargada de organizar las guardias de honor ante el monumento a Miguel Hidalgo en el parque Los Berros de Xalapa.

 Ahí hacen un buen negocio pues las coronas florales que se colocan ante la estatua del héroe patrio se venden y revenden a quienes acuden a realizar su guardia. Así, los arreglos que llevaron unos funcionarios -y que ellos pagaron-  se reutilizan para revenderlos a otros y una corona puede ser revendida hasta tres veces en un sólo día. La cuota mínima es de 250. El reciclaje-vendimia de coronas florales era un rumor pero ayer quedó comprobado por los reporteros que cubren esos eventos al percatarse que el arreglo de flores que colocaron los integrantes de la Logia Masónica de Jalapa era la misma que horas antes habían portado los integrantes del Comité Directivo Estatal del PRD.

 Al cuestionar a los masones sobre tal peculiaridad éstos dijeron que el arreglo se los habían vendido los mismos encargados de la logística del evento. De esta forma, todos los días del mes que se realizan las famosas guardias el personal de la Secretaría de Gobierno literalmente hizo su agosto en el mes de septiembre. Por supuesto todo lo anterior es con su respectivo “salpicón” al titular de la dependencia pues Lagos Hernández no da paso sin huarache y poner todo a la venta es algo que aprendió muy bien de su maestro y hacedor, el innombrable de la fidelidad.

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