LOS DEMOÑOS
Se terminó la Semana Santa dejando atrás las aparentes buenas intenciones, los simulados rezos, el falso arrepentimiento y las dudosas redenciones. La llamada clase política ahora está lista para enfrascarse en la reyerta electoral que renovará las comunas municipales y las curules en el congreso local. Con el inicio del mes de abril restan tres meses para que los veracruzanos acudan a las urnas y de ahora en adelante lo cotidiano serán el batidillo de lodo, los piquetes de ojos, las zancadillas, los escupitajos, las sacadas de lengua, los pellizcos y sombrerazos. En pocas palabras, se soltarán los demonios y demoños.
Sin embargo, pese a la gama de colores en el grillerío político –tricolores, azules, verdes, naranjas, rojos y demás-, sólo hay dos fuerzas que en realidad disputarán los cargos de representación popular, los panistas y los priistas. Estos últimos están en una especie de prueba obligada a superar ya que por un lado tienen que demostrar ante el nuevo gobierno federal encabezado por el copetón Enrique Peña Nieto que no están diezmados y son capaces de sacar adelante los comicios. El predicamento viene de los malos resultados que entregaron a su partido en los comicios del 2012 al perder la votación estatal frente a los panistas y morder el polvo en los los distritos más importantes del estado.
Por otro lado, las elecciones estatales del 7 de julio serán una especie de referéndum sobre la administración estatal que llega a la mitad del sexenio. La votación que se emita a favor o en contra de los abanderados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) será también una calificación para el gobierno del estado. Por eso, metido en tal camisa de fuerza, el priismo no tuvo empacho en invocar al demonio del sexenio pasado y traerlo a operar electoralmente –traducción: a hacer mapacherías para robarse la elección- y también a dar golpes de timón en la nominación de candidatos.
De ahí que de un manotazo se cerró el paso a muchos aspirantes a las candidaturas distritales y municipales, incluidos a los que se decían recomendados de Palacio de Gobierno, para imponer abanderados externos, especialmente provenientes del sector empresarial y hasta de los medios de comunicación con el fin de exorcizar el fantasma de la derrota. Así, Córdoba, Fortín de las Flores, Veracruz y Boca del Río, son ejemplos de que al no tener buenos gallos el tricolor echó mano de candidatos de la iniciativa privada y la prensa.
En el caso de los empresarios, este sector siempre se ha identificado más con el panismo que con el priismo aunque no es la primera vez que el tricolor recurre a un candidato de los hombres del dinero pues hay casos en los que ha obtenido buenos resultados como sucedió en Xalapa donde Ricardo Ahued Bardahuil, dueño de la cadena de tiendas de artículos baratos de plástico Casa Ahued, ganó la alcaldía y después a la diputación federal. En el caso de los medios de comunicación, el PRI se había inclinado a postular a propietarios de medios de comunicación como el pozarricense Marcos López Mora y José Luis Oliva Radio, dueños de radiodifusoras o Alejandro Montano Guzmán, ex secretario de Seguridad Pública y propietario del periódico Milenio El Portal, que a periodistas verdaderos.
En esta elección, el tricolor lleva cuatro abanderados de los medios informativos en Coatzacoalcos, Veracruz y Misantla. El PAN por su lado –hasta lo que se sabe en este momento ya que faltan algunos municipios y distritos donde habrá designación directa- lleva dos, uno en Tierra Blanca y el puerto de Veracruz. ¿Serán garantía de triunfo? Al igual que en el caso de los empresarios no hay nada escrito mucho influirá en su forma de postularlos a través de dedazo, el dinero que se inyecte en la campaña y claro, verse favorecidos, en el caso de los priistas o luchar, en el caso de los opositores, de las mapacherías de los de enfrente.
También esta semana se espera la segunda convocatoria del PRI para las candidaturas a las alcaldías y eso traerá un nuevo reacomodo tanto en el organigrama del gobierno estatal como en el congreso local y la Cámara de Diputados a nivel federal pues se espera el segundo salto chapulinesco de funcionarios y legisladores En el congreso local se habla de doce diputados priistas que dejarán botada la chamba para dar la maroma hacia la nominación por las alcaldías.
“SIN LLENADERA”
Un caso interesante es el de la diputada Isela Domínguez González pues pretende ser nominada en el municipio petrolero de Cosoleacaque, aunque esa misma candidatura la pretende el diputado federal, Ponciano Vázquez Parisi, hijo del extinto pistolero Cirilo Vázquez Lagunes y hermano del actual alcalde de ese mismo lugar, Cirilo Vázquez Parissi, quien llegó a la alcaldía apoyado por el PAN pero se convirtió al priismo. Los observadores del quehacer político aseguran que la diputada Domínguez terminará regresando a su curul pues al parecer los dados están cargados hacia los herederos de quien fue llamado durante mucho tiempo como El Cacique del Sur, señor de horca y cuchillo.
Los Vázquez son una familia que se ha enquistado en los cargos políticos del sur del estado, saltando de un partido a otro. Las hermanas Regina y Fabiola Vázquez Saut –medias hermanas de los Vázquez Parisi- se han turnado la alcaldía y diputación federal de Acayucan en los últimos diez años tanto por el PAN como por el PRI. Actualmente Fabiola es alcaldesa y Regina, conocida como La Paloma del Sur, es diputada federal, ambas por el tricolor. En tanto, los tíos de ellos, Jesús Vázquez González y Abel Vázquez Hernández, hermanos del Cacique del Sur, buscan las diputaciones locales. Jesús Vázquez sería postulado en el distrito de Acayucan por el PRI y Abel Vázquez en Coatzacoalcos por el Partido de la Revolución Democrática.
En el año 2007, Jesús Vázquez fue nominado por el PAN en ese mismo distrito de Acayucan pero perdió. En esos mismos comicios, su sobrino Cirilo Vázquez Parisi contendió también por el blanquiazul y ganó la diputación en Cosoleacaque. En Coatzacoalcos la postulación de Abel Vázquez ha generado una revuelta interna en el sol azteca pues los militantes rechazan a tal personaje ligado a uno de los cacicazgos más sangrientos que ha tenido el sur del estado y perteneciente a una familia saltimbanqui de la política.
Pero no sólo en aquellas tierras hay hermanos dispuestos a eternizarse en los cargos públicos sino también en la zona Centro se cuecen habas. El pasado fin de semana, los hermanos Tomás y Leticia López Landeros, ambos diputados federales –uno por el PRI en Zongolica y otra aparentemente por el PAN en Córdoba. Se dice “aparentemente” porque la señora es la diputada panista más priista del estado- filtraron a los medios informativos que buscarán las candidaturas de esos partidos a la alcaldía de Córdoba.
El chaterrero Tomás López ha sido diputado local y federal por Zongolica donde nunca ha vivido y se hartó de representar a una región serrana y pobre por lo que ahora quiere ser alcalde de Córdoba pese a que la postulación ya está definida para empresario Salvador Abella. Es la cuña para sacar privilegios, la estrategia de agitar las aguas para obtener alguna jugosa prebenda -algún contrato millonario o algún puesto de consuelo para él o su grupo-. A su vez, la señora López Landero se dice dispuesta a “sacrificarse” una vez más y contender por la presidencia municipal representando al panismo. Como dijera el innombrable, los López al igual que los Vázquez “no tienen llenadera”.
Otros hermanos que están listos para la contienda electoral y si es necesario para una guerra filial son Tonatiuh y Cuauhtémoc Pola Estrada que serían nominados en el distrito de Veracruz. El periodista Tonatiuh, que acaba de dejar la conducción del noticiero matutino de Telever será abanderado por el PRI y Cuauhtémoc, abogado y ex dirigente estatal del Partido Movimiento Ciudadano (PMC), lo será por ese instituto.
La comidilla en los últimos meses ha sido el pleito familiar entre ambos hermanos gemelos pues la incursión del conductor televisivo a la política partidista desató disputas entre la familia Pola Estrada, conocida ampliamente en el puerto de Veracruz por el activismo ecologista de la mamá, la doctora Isabel Estrada de Pola. El pronóstico será que al final se repetirá la historia fraticida -electoralmente hablando- de Caín y Abel.