LA MISMA MAROMA
“Chango viejo no aprende maroma nueva”, dice la sabiduría popular y aplica perfectamente a lo que el ex gobernante estatal, aquel que no debe ser nombrado, realiza para robarse la elección estatal que se efectuará en el mes de julio. Nada nuevo, las mismas prácticas mapachiles que utilizó durante su fatídico sexenio. Todo a lo burdo, un desastre en las formas y dejando huellas en toda la escena del crimen. Vaya, hasta el observador más despistado puede deducir quién es el autor del chanchullo. Por ejemplo, la estrategia para desinflar la alianza entre los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) tiene su tufo personalísimo.
La manipulación de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a costa de billetazos claro, es su estilo. Los bien enterados señalan que ya está el cañón del dinero apuntando hacia las tres magistradas de la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que desahogarán la impugnación presentada contra el veredicto estatal y para ello, los hilos comenzaron a estirarse a través del poderoso diputado sonorense, Manlio Fabio Beltrones, viejo amigo de una de las magistradas para que se respalde el fallo del tribunal veracruzano. Nada nuevo, así llegó el innombrable en el 2004 y así se avaló la cuestionada elección del 2010. Lo que no se puede ganar en las urnas se gana en la mesa de los magistrados. De ahí la exigencia de las dirigencias nacionales del PAN y PRD para que sea la Sala Superior del TEPJE la que desahogue la impugnación y no la Salta Regional.
Otra muestra más de los viejos trucos, lo sucedido el fin de semana cuando un par de supuestos militantes perredistas denunciaron penalmente al dirigente de ese partido, el orizabeño Juan Vergel Pacheco por desvíos de las prerrogativas financieras. Uno de ellos, el ex alcalde de Ciudad Mendoza, Sergio Rodríguez Cortés, quien desde el 2010 se declaró priista-fidelista, a inicios de la presente administración estatal fue funcionario estatal unos meses –salió peleado con su jefe, el secretario de Trabajo, Marco Antonio Aguilar Yunes, pues refutaba todas sus órdenes bajo el argumento de que su jefe era el innombrable, no el gobernador actual Javier Duarte-, el año pasado fue a operar el fraude mapachil en una zona de Chiapas pues el innombrable se ofreció como estratega electoral al candidato a la gubernatura de la alianza PRI-PVEM, Manuel Velasco.
Presionó a los indígenas de algunas comunidades rurales, se robó un par de urnas, sobornó a líderes opositores y tras el triunfo de Velasco, el mendocino quiso colarse al gabinete chiapaneco pero ni siquiera le recibieron la currícula. No lo aceptaron y tuvo que regresarse a Veracruz, y ahora está en la faena de jorobar a los perredistas. A muchos de ellos les presume personalmente que viene del parte “del mero jefe” –el innombrable, pues- y está detrás de la guerra contra la alianza –junto con Daniel Nava- y el golpeteo a los líderes del Sol Azteca. Las huellas son tan burdas. Otro esquirol en el asunto es el ex diputado local, Manuel Bernal, protector de quien interpuso la querella.
Bernal fue el legislador más fidelista en la pasada legislatura, alzó la mano para aprobar la bursatilización del 20 por ciento del Impuesto sobre la Tenencia Vehicular que endeudó a 200 municipios hasta por treinta años, avaló la contratación de créditos multimillonarios cuyo dinero se hizo humo y se desapareció cuando el resto de sus compañeros requería su firmas para promover las controversias constitucionales para frenar el latrocinio de la fidelidad. Se declaró enfermo por influencia porcina, tanto que no podía mover la mano para estampar la firma. Bueno, al menos escogió bien su enfermedad porque lo porcino le queda al dedillo.
Además de una enorme cuenta bancaria, dicen sus allegados, Bernal Rivera habría recibido de la fidelidad un rancho ganadero y una regiduría en el Ayuntamiento de Xalapa para su hija, María Teresa Bernal Vázquez de la fidelidad. En realidad nadie sabe el tamaño de su fortuna hecha durante la fidelidad pero no de sus hijos presumía en una borrachera navideña que la familia ya tiene para vivir cómodamente hasta la cuarta generación. Vaya, esa sí es una historia de fidelidad y ahora de prosperidad. De ahí que sin tapujos Bernal salió a la prensa para reclamar a la dirigencia estatal del PRD que acepte el fallo del tribunal electoral que deshizo la alianza con los azules.
Para completar el sainete del simio con la misma maroma, está el uso de los grupo Movimiento de los 400 Pueblos que se apodero de la Plaza Sebastián Lerdo de Xalapa para evitar que se acercaran a Palacio de Gobierno los panistas y perredistas que ayer domingo salieron a protestar por la intromisión estatal. Un grupo de choque listo para agarrarse a golpes, son los mismos que se usan cada vez que necesitan atacar a los “enemigos” del régimen llámense panistas, perredistas, periodistas o luchadores sociales. La maroma es la misma, se insiste. Por lo mientras, la manifestación azul y amarilla se concentró en el Paseo de Los Lagos y no fue menor. Ese es un termómetro y seguramente la liga se estirará lo más que se pueda.
Lo anterior porque las dirigencias nacionales del PRD y el PAN también sacaron el arma adecuada: el amago para romper el Pacto por México que es presumido por el copetón Enrique Peña Nieto como su andamiaje político ante la ola de cuestionamientos que rodeó su asunción al poder. Habrá que imaginarse el golpe al nuevo Gobierno Federal si es que se cumple la amenaza, y desde ahora ya están en predicamento los priistas veracruzanos y su simiesco operador que no pudo hacer un truco nuevo y menos burdo. Están por estropearle el oropel al copetón, y por ello, aunque algunos lo ven improbable hay quienes afirman que desde el altiplano se obligará a retroceder en el fallo judicial que intentó atajarle el paso a la alianza opositora. Sea una cosa u otra, quedará mal el despachante de Palacio de Gobierno.
LAS RESES DE AYER
En el mismo tema, vale la pena recordar que en el 2004, el entonces senador con licencia Gerardo Buganza Salmerón se declaro “gobernador moral de todos los veracruzanos”, luego de arremeter contra las autoridades y los tribunales electorales del estado y Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJE), a los que acusó de ayudar al PRI a “robarse” la elección para renovar la gubernatura. Señaló que los tribunales “perdieron la confianza de miles de veracruzanos” y prometió que darían una “batalla campaña jurídica y política hasta donde tope para reclamar la victoria”. En un mitin realizado en septiembre de ese año frente a Palacio de Gobierno en Xalapa, el ex candidato a la gubernatura, acompañado por el ex gobernador de Chihuahua, Francisco Barrio Terrazas que en ese tiempo era el coordinador de la bancada panista en la Cámara de Diputados, se lanzó contra el gobernador Miguel Alemán y lo tildo de “viejito tramposo”.
Le espetó que “al robo de urnas debe añadirse el robo a las finanzas públicas” y le advirtió que movería cielo y tierra para “mandarlo a la cárcel” por usar el dinero público para financiar la campaña del candidato del tricolor, el innombrable pues, al que también llamó “ladrón”. Mientras apretaba el Santo Rosario en una de sus manos y con la otra señalaba a la oficina del gobernador, gritó: “¡Nos han robado estos priistas y criminales! Ah, lo que son las vueltas de la vida y sobre todo las volteretas del bolsillo y de las ambiciones personales, pues a nueve años de distancia esas palabras suenan muy lejanas. Nunca hizo nada y terminó trabajando para el partido que acusaba de haberlo robado.
El pasado jueves salió a dar la cara por ese instituto, asegurando el gobierno estatal no tiene injerencia en el tribunal que invalidó la alianza opositora para los comicios que se realizarán en este año ni tampoco se entromete en la vida interna de los partidos. Canturreó que el Gobierno estatal le apuesta a la legalidad y a la democracia. Y todavía más, llamó a los perredistas a aceptar el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado (TEPJE). Sin duda el duartismo mandó a su peor carta a defender lo indefendible. La conseja popular dice que para tener la lengua larga hay que tener la cola corta, y Gerardo Buganza no tiene calidad moral para criticar lo que él mismo hizo antes. Con la cara sucia, este funcionario hace efectiva la sentencia de que “las reses de ayer son los carniceros de hoy”. Un espectáculo lastimero de este señor.
EL ROBO-LUCIONARIO
Finalmente se cumplió lo que se anticipaba, el PRI se deshizo de los postulados revolucionarios pues modificó los estatutos que protegían a las clases más pobres y la custodia de la riqueza petrolera. El fin de semana los delegados que participan en la mesa temática Programas de Acción con rumbo a su asamblea nacional, que se realizará los primeros días de marzo, aprobaron en una primera instancia la apertura de candados que impedían que los legisladores del tricolor avalaran la aplicación del Impuesto al Valor Agregado en medicinas y alimentos así como la privatización de Petróleos Mexicanos.
Ya sólo será cuestión de que en la asamblea nacional alce la mano el resto de la borregada para oficializar el asunto. Deberían aprovechar la encerrona para también eliminar el segundo nominativo al nombre del partido para que sólo quede como Partido Institucional, ya que el adjetivo “revolucionario” no le sirve. Así podrían llamarse sólo PI aunque también si quieren conservar la “R” pues de una vez que se suelten la cabellera y cambien un par de letras a la palabra para que sea “Robo-lucionario”. Les ajusta por lo que van a hacer con el petróleo y con el IVA a los más pobres. ¿No creen?