ENFIESTADOS
El pronóstico se cumplió y fue motivo de fiesta para los priistas. Ayer finalmente se concretó la asunción del minanteco Ranulfo Márquez Hernández al frente de la delegación estatal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) luego de varias semanas de vaticinios positivos y negativos. El popular Tonicho, sobrenombre como se le conoce desde su juventud por su afición al beisbol, llegó al cargo más disputado pues desde allí se operan los triunfos de los proyectos electorales. Como todos saben, la Sedesol maneja recursos multimillonarios y los padrones de hordas de necesitados que son potenciales electores a cambio de migajas.
Dicha secretaría no tiene como objetivo el combatir la pobreza de los mexicanos sino administrarla para asegurar los “sufragios del hambre” y así lograr que los políticos se mantengan en cargos de elección popular. Siempre ha funcionado así y desde ayer arribó a la delegación en Veracruz un verdadero “mapache electoral”, experto en los chanchullos para chantajear al pobre, retorcer los esquemas de apoyo, rasurar a los opositores de los padrones de ayuda, aunque se estén muriendo de hambre y cooptar a los disidentes con recursos públicos. Nadie debe de extrañarse con lo anterior pues durante todo el sexenio de la fidelidad, Tonicho así se desempeñó.
Tanto al frente de la entonces Secretaría de Desarrollo Regional (Sedere) – hoy transformada en la versión estatal de la Secretaría de Desarrollo Social – como la de Protección Civil, ejerció una operación mapachil para hacer que el tricolor ganara elecciones. No hay que olvidar aquellas famosas grabaciones que se filtraron en vísperas de las elecciones intermedias del 2007 sobre una reunión en las instalaciones de la Academia Estatal de Policía, ubicadas en El Lencero, donde se planeó toda la operación para atropellar el voto ciudadano –comprado, condicionado, amenazado y hurtado de ser necesario-. A esa reunión acudió el ex gobernante estatal, aquel que no debe ser nombrado y sus principales colaboradores en el Gobierno estatal, incluido Márquez Hernández que encabezaba la secretaría de Protección Civil.
Luego de que salieron a la luz los contenidos de la encerrona, los partidos de oposición presentaron denuncias penales contra 14 funcionarios estatales, además del innombrable y Márquez Hernández, se acusó penalmente al secretario de Finanzas -¿adivinen quién era?-, al director de Prevención y Readaptación Social, Zeferino Tejeda Uscanga, al del Registro Público de la Propiedad, Edel Álvarez Peña –hoy magistrado estatal por obra y magia de la fidelidad-, al coordinador del Centro C-4, Gustavo Tronco Quevedo, el titular del fondo de Desastres Naturales, Ricardo Landa Cano –cercano a Márquez Hernández y de quien se dice, pronto se incorporará al esquema de la Sedesol- así como a Luis Arturo Ugalde, secretario particular del innombrable y al secretario general de Gobierno, Reynaldo Escobar Pérez.
También fue denunciado el entonces presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Jorge Carvallo Delín, hoy presidente de la Junta de Coordinación Política en el congreso local. Las querellas ni tuvieron desperdicio ni cayeron en terreno infértil pues hubo sustento y eso hizo que la mayoría de los denunciados, tramitaran sendos amparos judiciales para evitar ser detenidos o presentados a declarar, aunque al final el proceso judicial se detuvo por negociaciones cupulares con el panismo. En ese año fue un escándalo mediático cuando se comprobó que el innombrable y su secretario de Gobierno, Escobar Pérez estaban amparados por temor a las acciones judiciales.
En las grabaciones difundidas se mostró la capacidad de operación de Márquez Hernández pues informaba de una red de mapaches en todo el territorio estatal que utilizarían 12 mil 800 teléfonos públicos habilitados supuestamente para recibir comunicaciones sobre contingencias climatológicas pero cuyo fin era el chanchullo electoral, además de instalaciones, recursos y materiales de las secretarías de Protección Civil y Seguridad Pública. Toda la maraña para el fraude electoral. Por eso, ayer le hicieron fiesta a Márquez Hernández al llegar a la Sedesol y en el evento asistieron cómplices, ex cómplices y futuros cómplices – es decir, todos los que aspiran a cargos de elección popular en este año y necesitarán de las artes y los oficios de Tonicho para conseguir parte de los sufragios-.
Finalmente, Márquez Hernández tiene chamba de nueva cuenta y los bien enterados aseguran que tuvo que renegar ante varios peñanietistas de su ex patrón, el innombrable, además de recurrir a la recomendación de viejos conocidos, entre ellos la ex dirigente nacional del tricolor y actual embajadora en Brasil, Beatriz Paredes, que abogaron por él para que fuera incorporado a dicha delegación. Desde el altiplano, aseguran, lo tienen “bajo observación” pues le desconfían bastante dado el sello de la fidelidad que porta en la frente y eso hará que en realidad no tenga bastante margen de operación hacia intereses de su antiguo clan. En pocas palabras, llega acotado y así estará.
EL PAPÁ DE LOS POLLOS
César Leal Angulo, falleció ayer y con él se va parte de la historia del panismo estatal. Originario de Sinaloa pero avecindado en Córdoba donde se casó con Maribel Porres Bueno, integrante de una de las llamadas “familias acaudaladas” de la región, hermana del magnate Othon Porres Bueno y tía del diputado federal, Juan Bueno Torio, al sinaloense le tocó iniciar el comité directivo de Acción Nacional en una época en la que los triunfos se peleaban en la calle, en la época de la dictadura priista. Pese a ello, Leal Angulo no fue un político doctrinario sino pragmático, pues cambiaba de opinión, consignas y banderas cuando era necesario.
Así, se le recuerda esa frase explosiva y célebre que hizo en 1997 cuando al final del chirinato se mencionaba al entonces secretario general de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares como posible candidato a la gubernatura. “¿Yunes gobernador?, ¡qué Dios guarde la hora!”, lanzó a los medios informativos pero trece años más tarde, en el 2010, personalmente acudió a levantarle la mano cuando fue nombrado abanderado a la gubernatura por el PAN, su partido.
En el año 2000, en plena efervescencia por la posibilidad de que Acción Nacional se hiciera de la Presidencia de la República con su candidato Vicente Fox, escribió un libro de panegíricos llamado “Fox Populi” y se sumó a su equipo de promotores, unido al ex presidente nacional de ese partido, Manuel Espino, quien fue echado del panismo por órdenes de Felipe Calderón. El sinaloense-cordobés fue premiado con una embajada en Grecia durante el sexenio foxista y luego una senaduría plurinominal en el sexenio calderonista.
También Leal Angulo hizo escuela entre los azules de la aldea y a él se le deben muchas pesadillas que los veracruzanos han sufrido en muchos de sus alumnos que resultaron verdaderos pillos. Se le reprocha la herencia de “pollos” – como les llamaba el mismo a los discípulos que formó- a los que les crecieron espolones y al poco tiempo se le rebelaron y lo echaron de la dirigencia estatal del PAN. El más aventajado fue Alejandro Vázquez Cuevas, quien mantuvo durante años – y todavía retiene a través de títeres- el control del Comité Directivo Estatal.
Otros “pollos” son Alfonso Vázquez, hermano del famoso Pipo, Abel Cuevas Melo, hasta el pasado lunes delegado estatal de la Sedesol y aspirante a la alcaldía de Xalapa, Agustín Basilio de la Vega, ex diputado federal y durante dos sexenios delegado de la SCT, Bernardo Téllez, ex dirigente de ese partido, Manuel Molina enquistado dos sexenios en la delegación de Semarnat, René Messeguer, Alejandro Salas y Jesús Moreno Frías, este último abandonó al partido y se fue al PRI hace tiempo. Y claro, en la zona Centro hay herencias de aquella formación en el propio Bueno Torio, en Gerardo Buganza, que saltó a la fidelidad y hoy está en el gobierno próspero, por citar los más tormentosos. En fin, Leal Angulo se va dejando una herencia que muchos criticarán y otros -sus “pollos”- encomiarán pero nadie le puede disputar que, como hombre de su tiempo, supo jugar en el tablero del ajedrez político.
