LA DANZA DE LOS JUDAS
Hoy como nunca antes el Partido Revolucionario Institucional (PRI) rueda cuesta abajo en Veracruz. De los 212 candidatos que presentará en la contienda para renovar las alcaldías, apenas cuarenta de ellos podría alcanzar la victoria, según las previsiones demoscópicas. Es decir, sólo el 18 por ciento de todas las postulaciones tiene posibilidades de ganar, aunque algunos afirman que el porcentaje podría ser menor y los eventuales triunfos sólo se darían en zonas rurales donde funcionaría la compra de votos, operada por los cacicazgos locales.
El miércoles se reconfirmó que el tricolor irá en coalición con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en 177 municipios, y la noticia fue difundida como si en verdad fuera algo que pudiera revertir o al menos conjurar los aciagos pronósticos. Todos saben que el PVEM es un mero satélite fantasmal, hoy bajo el control del innombrable exgobernante, que no aporta votos ni buena fama. Así, el PRI está mal, de malas y se junta con los malos.
Pero los priistas son tan caradura que pese a la crisis que atraviesan no guardan decoro ni mesura. Prueba de ello son los impresentables que ha postulado, algunos de ellos verdaderos Judas como Luis Díaz Barriga –ligado al exalcalde Francisco Portilla- en Córdoba, Alejandro Montano –poderoso secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Miguel Alemán, señalado por sus nexos con el crimen organizado- en Xalapa y Tomás Carrillo Sánchez –exsubprocurador de Justicia en la fidelidad y la llave que le abrió la puerta al narcotráfico en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río- en Cosamaloapan.
También el ‘chapulín-cachirulo’, Fidel Kuri Grajales que ahora ya no será postulado en Boca del Río, donde no logró comprobar su residencia –quiso sorprender a las autoridades con documentos apócrifos y una firma sacada con engaños a una jefa de manzana- sino sería el candidato en el puerto de Veracruz donde el Ayuntamiento, que encabeza el empresario priista Ramón Poo Gil, si le entregó un comprobante de residencia. Claro, su postulación será impugnada en los tribunales.
Los biógrafos de Kuri Grajales juran por la Sabana Santa de Turín que el regenteador de los Tiburones Rojos lleva 25 años viviendo en la conurbación Veracruz-Boca del Río, pero entonces, ¿cómo es que fue diputado Local y Federal por el distrito de Orizaba?, ¿engañó a sus paisanos de las Aguas Alegres o a las autoridades electorales? Su credencial de elector vigente lo ubica como habitante de Santa Gertrudis, el fraccionamiento de los nuevos ricos en Orizaba a donde se mudó apenas unos quince años atrás, cuando la fortuna comenzó a sonreírle –léase: cuando se metió a la política electoral y a otros negocios menos púdicos-.
Antes habitaba una casa ubicada sobre la avenida Sur 31, esquina Colón Oriente, donde era vecino de la familia Domínguez Ferráez, entre ellos Alonso Domínguez, exdiputado por el PVEM, y anteriormente su domicilio era la casa paterna en la prolongación Oriente 6 de la colonia Barrio Nuevo. Es más, la casilla en la que ha votado los últimos años es la 2743 Contigua, que instalan siempre en la colonia Barrio Nuevo –se deduce que a esa sección electoral pertenece Santa Gertrudis-.
Ahí sufragó hace menos de dos años, el 7 de junio de 2015 cuando contendió por la diputación Federal y hay material en la hemeroteca que lo demuestra. Entonces, que nadie salga engañado, Kuri Grajales es un chico de barrio, lo que no es un delito ni mucho menos algo peyorativo, pero siempre está presto para timar a quien se le ponga enfrente.
De la misma forma que les vio la cara a los ciudadanos de Orizaba, ahora pretende sorprender al Organismo Público Local Electoral (OPLE) para entrar como “cachirulo” a los votantes jarochos. ¿Kuri boqueño o porteño? Sueltan la carcajada los orizabeños consultados sobre el embrollo. “Pero que se vaya a donde quiera, de todos modos nunca hizo nada por la ciudad ni por el Distrito”, agregan.
Otro es Balfrén González Montalvo, quien está postulado por Álamo Temapache, donde ya fue Presidente municipal en el trienio 1994-1997, además de haber sido Diputado Local en la 61 legislatura. González Montalvo encabeza un grupo de choque de la CNC local que no le pide nada a Antorcha Campesina ni al Movimiento de los 400 Pueblos –con los que ha tenido refriegas por las invasiones de tierras- y es un verdadero cacique de horca y cuchillo.
En Omealca se habla que el candidato será Pedro Montalvo Gómez, también exalcalde de ese lugar (2000-2004) y exdiputado Local y Federal. El tricolor lo apoyará pese a que está siendo investigado por los desfalcos millonarios que cometió en la Comisión Estatal de Aguas de Veracruz (CAEV) y en el Instituto de Espacios Educativos donde habría desviado más de 500 millones de pesos.
EL DEMONIO MAYOR II
Sobre el libro “Disposición Final” que se comentó en una columna anterior, éste contiene otra anécdota reporteril paralela y que involucra a otro grande de las letras, al colombiano Gabriel García Márquez, quien ejerció un tiempo el periodismo y tenía ese olfato para la noticia. Ceferino Reato relata en su obra que García Márquez viajaba en un vuelo trasatlántico cuando identificó entre los pasajeros a Mario Firmenich, el líder de la guerrilla urbana Montoneros, de Argentina.
Era 1977, cuando ya la Junta Militar tenía ya un año de que había dado el Golpe de Estado, el 24 de marzo de 1976 y derrocado a la presidenta María Estela Martínez de Perón, conocida como Isabelita Perón y quien suplió a su esposo, Juan Domingo Perón, en 1974, tras su muerte. “A diez mil metros de altura y en mitad del océano Atlántico”, García Márquez entrevistó durante dos horas al líder guerrillero y a la vieja usanza: cuaderno, lápiz y memoria.
“A García Márquez le impresionó el líder guerrillero, al que describió como ‘un gato enorme’. ‘Lo primero que impacta es su corpulencia de cemento armado. Lo segundo, su increíble juventud: 28 años. Ojos vivaces e intensos, risotada fácil que se abre sobre dientes marmóreos y raleados, patillas de pelo áspero, rojo y frondoso, y bigotes tan cuidados que podrían, lo más bien, ser postizos. De todos modos, tanto por el físico como por el comportamiento, basta con verlo una sola vez para entender por qué es tan difícil desacovacharlo: parece un enorme gato’”.
En la charla, el colombiano lo acorrala para obtener una primicia: “por eso que comienzo la entrevista tratando de pincharlo, de irritarlo”, y la consiguió. De viva voz el líder de Montoneros le dice que la guerrilla estuvo al tanto que se prepara un Golpe de Estado desde al año anterior y hasta habían calculado la cifra de ‘bajas’ en la organización.
“Desde octubre de 1975, bajo el gobierno de Isabel Perón, nosotros sabíamos que se gestaba un golpe militar para marzo del año siguiente. No tratamos de impedirlo porque al fin y al cabo formaba parte de la lucha interna del movimiento peronista. Pero hicimos nuestros cálculos de guerra y nos preparamos para sufrir mil quinientas bajas en el primer año. Si no eran mayores, estaríamos seguros de haber ganado. Pues bien: no han sido mayores. En cambio, la dictadura está agotada, sin salida, y nosotros tenemos un gran prestigio entre las masas y somos una opción segura para el futuro inmediato”, le reveló.
Tales expectativas no se cumplieron y el líder de la guerrilla urbana se equivocó. La organización Montoneros fue arrasada por la violencia del aparato estatal. Sus principales dirigentes fueron asesinados brutalmente y él mismo tuvo que huir al exilio, radicando en Italia, primero, y luego en Cuba. Sin embargo, a García Márquez le dio la primicia: la guerrilla lo que se avecinaba en Argentina y lo aceptó, esperando que la destitución de un gobierno constitucional por el Ejército los beneficiara. Tal confesión quedó para la historia.
“¿Desde dónde fechamos esta entrevista?”. Y él (Firmenich), haciéndome un cordial gesto de saludo, me responde: ‘Desde donde te parezca’. Que es como decir: desde ningún lugar. Más tarde, mientras me voy, repasando mentalmente aquella conversación, me doy cuenta de cuál es la verdad: Mario Firmenich es el hombre más extraño que haya encontrado en mi vida”, escribió García Márquez al final de esa nota que fue reporteada “a diez mil metros de altura”. El 17 de abril de 1977 se publicó en el periódico italiano L’Espresso.
LOS SEÑORES DE LA GUERRA
Hablando de demonios, la Semana Santa 2017 cierra con horrores. El gobierno de Estados Unidos lanzó sobre territorio de Afganistán, una súper-bomba con 10 toneladas de explosivos –no nucleares, según se dijo- con nombre técnico Explosivo Aéreo de Ordenanza Masiva (MOAB, por sus siglas en inglés) pero llamada en el argot bélico como “Madre de Todas las Bombas”.
Y lo hizo en pleno Jueves Santo, lo que demuestra que los señores de la guerra no descansan ni en días sagrados ni de asueto. Los rezos, viacrucis y demás oficios para recordar al martirio de Jesucristo no los detiene en su afán de matar gente. Dicen que esa mega-bomba fue para destruir pertrechos subterráneos del Daech o Estado Islámico, el grupo terrorista asentado en países del Medio Oriente, pero el artefacto tiene una capacidad de destrucción de 1.6 kilómetros a la redonda.
Entonces, habrá que recurrir a los cálculos del horror: ¿Cuántas personas mató?, ¿cuántas de ellas eran terroristas y cuantas civiles, es decir inocentes que no tenían que ver con esa organización?, y ¿Cuántos niños, ancianos y mujeres fueron pulverizados con esa súper-bomba?
Afganistán es un país mártir. Lleva 16 años en guerra en la que han muerto 20 mil personas –cifras oficiales, y por lo tanto disminuidas-. Tan sólo el año pasado perecieron mil niños por el conflicto armado, especialmente los bombardeos de Estados Unidos y sus aliados que en el 2016 arrojaron mil 337 bombas sobre el país. Debido a la guerra, 2.6 millones de afganos huyeron del país y están refugiados en naciones vecinas. Viven hacinados, hambrientos y a merced de traficantes, extorsionadores y mercenarios asesinos. El infierno en la tierra, pues.
Hoy todos le aplauden al presidente norteamericano Donald Trump por bombardear Siria –donde Estados Unidos arrojó 12 mil bombas en el 2016- y Afganistán. Incluso periodistas y opositores políticos que hace apenas unos días lo criticaban, ahora lo vitorean porque eso es lo que quieren: un señor de la guerra en la Casa Blanca, que guíe los destinos de una nación y una economía basados en la belicosidad, en la agresión al otro, para someterlo y arrebatarle lo que tenga de valor.