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El minutero

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AL MAESTRO CON CARIÑO…

 

En pleno Martes de Carnaval –Mardi Gras, dirían los franceses- y muy de mañana, ocultándose a los ciudadanos a quienes darían el hachazo, aprovechando la distracción del jolgorio carnavalesco y rodeados de cientos de policías que incluso se introdujeron al recinto, vestidos de civil, los diputados locales avalaron la llamada “armonización” en materia educativa: Es decir, aprobaron la nueva Ley de Educación para el estado de Veracruz, acorde con los cambios que en la misma materia se dieron a nivel federal. La famosa Reforma Educativa, pues, un regalo envenenado para los maestros -con cariño-y que también lleva una buena dosis tóxica para padres de familia y contribuyentes.

Sin foros de consulta previos, sin discusión ni debate en el recinto parlamentario, la propuesta enviada por el gobernante estatal se aprobó por la mayoría de los legisladores, sólo tres desentonaron en ese acuerdo -el petista Fidel Robles Guadarrama, Cuauhtémoc Pola del Movimiento Ciudadano, y el priista-panista-verdecologista, Renato Tronco, quien anda en rebeldía porque el PRI, pretende abandonar a su hermano que busca repetir en la candidatura por la alcaldía de Las Choapas donde habrán elecciones municipales extraordinarias-. El resto, incluyendo perredistas, alzó la mano para avalar la nueva ley educativa.

 En esta ocasión fue poca la efervescencia magisterial pues ya era un hecho consumado aunque los maestros pueden tomar nota de todos los diputados del PRI, PAN, PRD, Panal y PVEM que votaron a favor, conservarlos en la memoria y cobrarles la afrenta cuando vengan nuevos comicios y los busquen para solicitarles el voto y su trabajo electoral para sus proyectos. La terca memoria los conducirá al desquite contra esos que los traicionaron a nivel local y también contra  los parlamentarios veracruzanos que también los apuñalaron en la cámara federal.

 Ley de Educación fue elaborada al pedido del gobierno federal y en ella, quitando la retórica, se contiene tres trampas para el magisterio, para los padres de familia que tienen a sus hijos en las escuelas y para el bolsillo de los veracruzanos en general, son los obsequios emponzoñados, ya se dijo, obsequiados en la fiesta carnavalesca. En primer lugar, se criminaliza la protesta y se intenta encadenar a los maestros en las aulas pues advierte sanciones  “a quienes suspenda clases sin motivo justificado”. 

 Dicha advertencia tiene dedicatoria a todos los mentores que recurren a la movilización para defender sus derechos pero en especial es una venganza contra todos aquellos que durante el 2013 pusieron en jaque al gobierno duartista  –no hay que olvidar que durante varias semanas el cordobés Javier Duarte de Ochoa no pudo entrar a despachar en Palacio de Gobierno por temor a la turbamulta magisterial – y ahora vino la revancha y se quiere sembrar miedo laboral para evitar nuevas protestas y corretizas a los funcionarios públicos. ¿Lo aceptarán los afectados?

 

MÁS BUROCRACIA, MÁS ZÁNGANOS

 

Por otro lado, dicha ley establece que lo que ya se había anticipado: la manutención de las escuelas correrá a cargo de los padres de familia y da pauta para que las autoridades evadan tal responsabilidad. En su artículo 72, incluido en el capítulo que pomposamente le llaman “Participación Social en la Educación”, se establece que las asociaciones de padres de familia tienen por objeto colaborar –es decir, aportar recursos- con las autoridades en el mejoramiento de los edificios escolares y en otras acciones que se emprendan para el beneficio de los alumnos.

 Asimismo, en el segundo apartado de ese artículo, les fija participar en la aplicación de cooperaciones “en  numerario, bienes y servicios que se deseen para los establecimientos escolares”. O sea, todo gasto que generen las escuelas serán cargados a los padres de familia, aunque al final de ese artículo introdujeron un párrafo falaz que señala que las disposiciones anteriores son de “carácter voluntario” y no representan un pago a cambio de la contraprestación del servicio educativo. Eso fue para no reavivar las llamas de las movilizaciones de protesta pero todos saben hacía dónde conduce el texto legal. 

No obstante, en la ley se introducen las figuras de los Consejos de Participación Social en la Educación que  tienen como objetivo azuzar la participación de la población en cuestiones educativas. Traducción, serán los que arreen a todos para asumir los gastos de las escuelas. Habrá un consejo estatal, consejos municipales y hasta consejos escolares para que nadie se escape de la dentellada. ¿A poco creen que en verdad  los dejarán inmiscuirse en temas de plazas magisteriales, calidad educativa y planes de estudios?

La tercera trampa es la creación de un entuerto llamado Instituto Veracruzano para el Desarrollo Profesional y la Evaluación Educativa (IVDPEE) que, según la redacción de la ley, se encargará de asignar plazas, evaluar maestros y alumnos, es decir, controlará todo. Sólo es más burocracia cargada al bolsillo de los veracruzanos en un contexto de crisis económica.  El nuevo instituto lleva directivos y un consejo formado por 12 personas que cobrarán muy bien. Tan sólo en la cúpula de ese instituto estarán unas veinte personas y la nómina superará el millón de pesos, sin contar con empleados administrativos, asesores, gastos personales, bienes inmuebles y demás antojos que se adosarán a la ya deprimida economía de los contribuyentes.

 ¿Y para hacer qué?, lo que le corresponde a la Secretaría de Educación de Veracruz y al desocupado titular Adolfo Mota Hernández. Crear otro órgano educativo es duplicar acciones, mantener flojos y jorobar a los contribuyentes.  Ahora, eso de que en la asignación de plazas habrá transparencia e imparcialidad es como para tirarse de risa porque todos saben que los que reparten los contratos a voluntad son los líderes sindicales, comenzando por la familia Callejas, a través de un títere que se llama José Ojeda Rodríguez, a quien han mantenido en los últimos sexenios al frente de la Subdirección de Recursos Humanos de la SEV. 

Mientras por el lado de los políticos y funcionarios uno de los que maniobraba para el tráfico de las plazas era el esposo de la ex vocera estatal. ¿Alguien sabe si continua ahí o lo destituyeron junto con su cónyuge? En fin, nada nuevo vendrá, solo más burócratas pues los que manejarán el famoso IVDPEE serán los mismos que en los últimos años han medrado de la política educativa y  regenteado a su burocracia. Son los que hacen y deshacen con los contratos magisteriales, las cuotas de los maestros y el presupuesto público.

 

PRI CARNAVALESCO

 

En el tema político, ayer, también  en pleno Martes de Carnaval, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) cumplió  85 años. Es el partido más longevo del país aunque si se consideran los parámetros mundiales, entonces se trata de un chicuelo frente a los viejos institutos partidistas de otras naciones con democracias maduras.  Los priistas los celebraron en un contexto de recuperación de los cotos de poder aunque no del prestigio ni mucho menos de la confianza ciudadana. El tricolor está despachando de nueva cuenta en Los Pinos luego de que regresó al poder con el copetón Enrique Peña Nieto.

Empero, a pesar de su retorno al poder presidencial, el partido tiene niveles de aceptación extremadamente bajos, sobre todo la figura presidencial que en la ortodoxia priista es la columna vertebral. Es decir, el presidente de la República es el partido mismo. Y si bien la situación del PRI no es ideal en el plano nacional, en el local es lastimoso, de pena ajena. El duartismo ha generado un partido bufonesco -¿o fue al revés?- y la fama pública del gobernante en turno es mucho peor que la del mexiquense Peña Nieto.

Todos,  propios y ajenos, cuestionan y señalan el desempeño del gobernante en turno, quien está diezmado políticamente y tiene al estado quebrado. En lugar de ser un activo partidista devino en lastre y es tanta su impopularidad que los sondeos demoscópicos anticipan que el tricolor perdería la gubernatura en los comicios del 2016. Las encuestas exponen que si en este momento se realizaran las elecciones estatales el Revolucionario Institucional no sólo perdería la gubernatura sino la hegemonía en el Congreso local y la mayoría de los 212 ayuntamientos.

 El desprestigio anda en el mismo nivel- por los suelos- respecto a los que actualmente dirigen al tricolor y el caso es digno de la farsa carnavalesca pues la presidenta del Comité Directivo Estatal, Elizabeth Morales ni es priista ni en su vida ha hecho trabajo de base. Pero lo más gracioso es que la ex alcaldesa de Xalapa ha evidenciado en público su pobreza intelectual, política y moral.  La señora no representa a los militantes de base sino a los cabecillas de facciones corruptas y además es una analfabeta sin las nociones básicas de cultura general.

 La muestra más ominosa para sus mismos correligionarios fue la pifia -imperdonable para un político que se diga profesional- de equivocar el nombre de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el fallido candidato presidencial que fue asesinado en marzo de 1994  pero que es el ícono más reciente del priismo, una de sus referencias frescas del contexto histórico, y por lo tanto, sólo un reverendo burro -con una disculpa ofrecida a los animales de cuatro patas- pudo haber olvidado o desconocido su nombre. Esa fue Elizabeth Morales quien en una plaza adosada a una de escultura lo renombró como “Don Aldo”.

Esa es la líder de los priistas veracruzanos, la misma que dejó al ayuntamiento de la capital del estado sumido en la corrupción y la bancarrota mientras que su legado para con la ciudad fue la inseguridad, la basura, el caos vehicular y la fealdad urbana. Esa es la triste realidad para la militancia tricolor que ahora están bajo la conducción de personajes que no son referencia de triunfos electorales ni mucho menos de congruencia política, más bien son bufones dignos de la sorna. Son la cara del PRI veracruzano, el PRI duartista, el PRI de carnaval.

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