La Guadalupana fue festejada desde ayer por sus fieles radicados en París, no sólo los que son originarios de México sino de otras naciones que se congregan en esta ciudad para demostrar su fervor. Acompañados con música de Mariachi, los guadalupanos-parisinos entonaron las tradicionales Mañanitas y ofrecieron ramos de rosas en el templo de La Madeleine, donde se realizó una misa en idiomas francés y español.
Notredame de Guadalupe (Nuestra Señora de Guadalupe) le llaman en estas tierra a nuestra querida Morenita del Tepeyac y el festejo de este año –el número 22 pues desde 1990 la comunidad Guadalupana lo realiza– tuvo dos ingredientes diferentes. El primero es que se efectuó en la víspera del 12 de diciembre, la fecha solemne en México –aunque en el fondo el dato es relativo porque los mexicanos comienzan a organizar misas, peregrinaciones, carreras con antorchas y velaciones desde el primero de diciembre -.
El segundo es porque se cambió el lugar. En los 21 años anteriores, Las Mañanitas a la Virgen de Guadalupe, se daban en la catedral de Notredame de París (Nuestra Señora de París), que es el templo más importante de Francia por su resonancia histórica y su belleza arquitectónica, porque allí se instaló, desde 1950, una capilla con la imagen de la Guadalupana y la cual, hoy en día, es la que tiene más veladoras encendidas de todos los nichos. Una muestra de que los fieles guadalupanos también encienden veladoras al por mayor porque cada una lleva una petición, una súplica o un agradecimiento.
Sin embargo, este año no fue posible hacerlo en Notredame de París debido a que inicia el jubileo de la catedral parisina por sus 850 años de haber sido erigida. Para tal jubileo se hará este miércoles una ceremonia solemne que congregará a la élite clerical, política e intelectual de Europa con acceso restringido, y esa fue la razón por la que se tuvo que trasladar la fiesta guadalupana al templo de La Madeleine, ubicada también en el corazón de París.
La Madeleine es una hermosa construcción que simula a un antiguo templo romano y tiene una significación muy particular para el cristianismo europeo porque honra a María Magdalena (Madeleine es la adecuación francesa del nombre Magdalena), una de las mujeres que conoció y fue seguidora de Jesús en su vida terrenal. Es más, los evangelios apócrifos la ubican como su esposa, su compañera de vida. En estos textos se narra que tras la muerte de Jesús, María Magdalena huyó de Judea con ayuda de algunos apóstoles y llegó a las costas de Francia.
En el país galo, según los relatos no reconocidos por la Iglesia Católica, dio a luz a un hijo de Jesus, con el cual se habría iniciado la casta de los Merovingios, dinastía que fundó la ciudad de París y gobernó durante cientos de años a Francia. Es muy curiosa la escultura de mármol de La Madeleine que ocupa el altar principal de templo pues no sólo está rodeada de ángeles, algunos arrodillados –pose que en el imaginario humano se les da sólo cuando están en presencia de Dios o de la Virgen María- sino que también tiene el vientre abultado, como si estuviera embarazada.
En lo alto, los frescos plasmados en los muros, las bóvedas y las columnas que representan a los santos varones y sacras mujeres de la historia humana, rodean y observan a La Madeleine. Es decir, le dan el trato de divinidad. ¿Tal vez porque fue la esposa del Jesús o la madre de su hijo? Es un enredo histórico y también de dogmas pues en este templo se diviniza a María Magdalena aunque durante siglos la Iglesia Católica la castigó identificándola como la prostituta bíblica.
Pero sea una cosa u otra, La Madeleine fue cede del festejo a la morena del Teyepac que desató la nostalgia al canto de las Mañanitas y el himno de la Guadalupana. Las intérpretes fueron la michoacana Cristel Muñoz y la chihuahuense Alicia Leos, ésta última cerró la eucaristía con el clásico Ave María Gratia Plena.
Después de concluida la misa, el Mariachi entonó varias melodías mexicanas en las escalinatas del templo para el deleite de los presentes. Las notas del Son de la Negra, Cielito Lindo, El Rey y Guadalajara pusieron a cantar a todos y a grito de pulmón, no sólo siguieron la letra sino que, al finalizar la ronda, muchos lanzaron el tradicional ¡Viva México, cab…!
Fue la romería Guadalupana en el corazón de París, la recreación de un pedacito de México en suelo europeo y la fe, a flor de piel, hacia la divina señora que hace casi cinco siglos le dejó a los indios mexicanos – los “más pequeños de sus hijos”– aquel mensaje de consuelo que hasta la fecha llena el corazón de esperanza en los tiempos aciagos: “Que nada aflija tu corazón, ¿no estoy aquí yo, que soy tu madre?, ¿no estás bajo mi regazo?, ¿no estás en el cruce de mis brazos?. ¿Qué más necesitas?”
En París, la impulsora de la celebración Guadalupana es Sandra Lupercio, una mexicana originaria de Nuevo León pero que lleva muchos años radicando aquí y que logró que el festejo esté incluido en el Inventario del patrimonio cultural inmaterial de Francia. Desde hace dos años, el ministerio francés de cultura agregó el festejo al catálogo de patrimonio cultural no sólo por el número de fieles que congrega sino por la peculiaridad del mismo que incluye la música de Mariachi, los cantos típicos y los vestidos del folklore mexicano que muchos portan para asistir al mismo, y por supuesto, la bellísima imagen plasmada en estandartes de María de Guadalupe.
POSTALES A PEÑA
Una tercera particularidad que tuvo la fiesta Guadalupana en París en este año fue el activismo de muchas personas que desde aquí claman por la democracia y las libertades en México. Mientras el Mariachi deleitaba a los presentes, en las mismas escalinatas de La Madeleine se izaron dos mantas con las leyendas “Libertad de presos políticos” y “Alto a la represión”, dirigidas al gobierno del priista Enrique Peña Nieto.
Ambos mensajes exigen la liberación de los jóvenes que todavía siguen encarcelados tras las refriegas del pasado primero de diciembre cuando el mexiquense rindió protesta como nuevo mandatario del país y las corporaciones policiacas emprendieron una andanada de detenciones arbitrarias contra los manifestantes. A la par, también se distribuyeron entre los asistentes a la ceremonia religiosa – claro, afuera del templo– postales con la imagen impresa de María de Guadalupe que al reverso llevaban una oración especial.
“Misericordiosa Virgen de Guadalupe. Socórrenos pronto y visiblemente a nosotros tus hijos que estamos solos y sin consuelo, a nosotros que ya hemos perdido toda esperanza; ven a nuestra ayuda en esta gran necesidad porque sólo un milagro tuyo podrá preservarnos de las enormes tribulaciones y sufrimientos que nos esperan en este sexenio que ahora empieza”.
“Te rogamos, Virgen Milagrosa, que por gracia tuya nos sea concedido el milagro de que el ( se abre una línea para que cada quien le ponga el titulo que quiera, aunque el más decente y ortodoxo pueda ser “nuevo presidente”) Enrique Peña Nieto tenga a bien (y de nueva cuenta se da un espacio de cuatro líneas en blanco para que cada quien ponga su petición personal), pero sobre todo te rogamos Virgencita que la anteriormente mencionada persona –entiéndase Peña Nieto– promulgue inmediatamente la Ley General de Víctimas tal y como fue aprobada por el Congreso. Enseguida se coloca la firma de “tu hijo devoto”.
Estas postales llenadas por los mexicanos se recogieron en ánforas y hoy serán entregadas en la Embajada de México en Francia, por el poeta Javier Sicilia que ayer llegó a París y hoy también se reunirá con los diplomáticos mexicanos a quienes también les dará una carta suscrita por el Movimiento por la Paz con Dignidad y Justicia dirigida al mandatario federal en la se pide promulgar la citada ley que fue vetada por su antecesor, Felipe Calderón antes de concluir su sexenio.
Antes de su cita en la embajada mexicana, el escritor sostendrá un encuentro con diputados franceses que apoyan la causa democrática en México y la exigencia de justicia para las víctimas de la guerra contra el narcotráfico que desató el panista Calderón. Así hoy, grupos de mexicanos radicados en esta ciudad se concentrarán frente a la sede diplomática para arropar la petición de Sicilia.