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EL MINUTERO

Superiberia

Independientemente de todas las acciones ilegales para condicionar el sufragio en las elecciones pasadas y la injerencia directa del crimen organizado, hay que revisar el comportamiento de los electores en aquellos lugares donde fueron blanco de maltrato y agresiones directas desde palacio de gobierno. El resultado es sorprendente ya que en algunos casos se practicó el masoquismo político pues los lugareños votaron por sus verdugos, aunque en otros recurrieron al ‘voto de castigo’.

Por ejemplo, en Maltrata donde varios pobladores fueron apaleados días antes por granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública que también encarcelaron a varios solo por exigir que se buscara a un joven que había sido secuestrado -todo sucedió días antes de los comicios-, se votó por el candidato priista Leopoldo Gómez y se castigó a la candidata morenista Bibiana Brenis dejándola cuatro a uno en las papeletas. En Comapa, donde también en vísperas de la jornada electoral enviaron policías a matraquear a los lugareños que hacían una protesta en Huatusco, ganó el priista León Cantón.

Sin embargo, debido a las maniobras desde Jalapa, concretamente desde el congreso local por parte del presidente de la Junta de Coordinación Política, Javier Gómez Cazarín, le robaron el triunfo para dárselo al panista Gabriel Lagunes, hermano de la diputada local Nora Lagunes, pareja sentimental del legislador tuxtleco. Ahí el abanderado de la alianza MORENA-PT-PVEM, Leonel paredes no era el candidato de palacio de gobierno sino el cuñado del famoso “diputado Carón” para el cual forzaron las cifras y rellenaron las urnas con poco más de 200 votos para que sea el próximo edil, pero tiene el repudio de los lugareños.

En Orizaba, a pesar de que se intervino la policía municipal, se le acusó de delitos, se detuvo a varios agentes y por semanas se mantuvo desarmado al resto de los efectivos, los ciudadanos decidieron votar por la coalición PAN-PRI-PRD y en especial volvieron a elegir a Juan Manuel Diez para un tercer periodo edilicio sobre el neo-morenista Víctor Castelán Crivelli. En Rafael Delgado se votó por una tercera vía, el candidato de Fuerza por México, Isauro Ambrosio Tocohua y ese pequeño municipio de la zona montañosa central es muy representativo.

Lo anterior porque hubo ¡12 candidatos a la alcaldía!, y la morenista Ahidee Bautista tuvo de su lado el aparato municipal y en especial el apoyo del delegado de la Secretaría del Bienestar, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, padrino político de la alcaldesa del lugar, Isidora Antonio Ramos, los habitantes ejercieron el voto de castigo, pero sin recurrir a los mismos de siempre sino que optaron por un partido nuevo. No hay que olvidar que Rafael Delgado fue uno de los 17 municipios ganados por Morena en el 2017, aunque la presidenta municipal, Antonio Ramos, resultó una calamidad.

Apodada “Doña Peja”, está señora tiene un desastre en la administración municipal, está acusada de robarse el erario y además ha maltratado hasta el cansancio tanto al resto de la comuna como a sus mismos gobernados a quienes les niega audiencias, obra pública, información sobre las finanzas y los amenaza abiertamente. “Doña Peja” y Huerta Ladrón mordieron el polvo.

Otro ayuntamiento que perdió Morena en estas elecciones y que también es un caso especial es Molocán, al sur del estado, ganado en el 2017 pero que en este 2021 fue recuperado por el Revolucionario Institucional y concretamente por el líder petrolero Omar Augusto Ricardez Chong quien será alcalde por tercera ocasión. Pese a la ‘ola guinda’ que inundó el sur veracruzano, los programa sociales que condicionaron el sufragio, que desde palacio de gobierno se maniobró para abortar la alianza opositora “Veracruz VA” y la intervención de un consorcio periodístico, no pudo ganar el candidato de Morena, Lenis Domínguez Ramos.

Vaya, en Moloacán los morenistas -incluyendo a funcionarios estatales y líderes partidistas – hasta hicieron campaña lucrando con la memoria de las dos alcaldesas fallecidas a causa de la Covid-19, Victoria Rasgado y Carmen Prieto -¡pedían el voto a nombre de las difuntas!- pero ni con eso lograron que los ciudadanos les refrendarán su confianza y a Morena lo mandaron al cuarto lugar en la
votación.

SÍNDROME DE ESTOCOLMO

Casos contrarios son los de Jalapa, Minatitlán y Mixtla de Altamirano, solo por citar algunos, donde el Síndrome de Estocolmo –al enamorarse de sus verdugos- afectó a sus habitantes. En el primer municipio, la capital del estado, la policía estatal aporreó a maestros y taxistas en los días previos a los comicios, además de que la ciudad es un desbarajuste con el gobierno municipal del morenista Hipólito Rodríguez y pese a ello los jalapeños votaron al candidato marrón, Ricardo Ahued por amplio margen. Y no solo a él sino que reeligieron a los cuatro diputados -dos federales y dos locales- que son unos holgazanes y vividores.

En Mixtla de Altamirano hicieron ganadora a Norma Estela Hernández Sánchez, hermana del presidente del Concejo Municipal, Crispín Hernández, a pesar de que este señor resultó un ladrón y que anduvo, pistola en mano, amenazando a todos los lugareños para que votaran por su pariente. Ahí, en ese municipio serrano, se consolidó una mini-monarquía a instancias del congreso local y del gobierno del estado pues el hermano le heredará la silla a la hermana. Es la “moronga marrón”, pues.

La diputada federal con licencia, Carmen Medel Palma, fue electa alcaldesa de Minatitlán a pesar de que no hizo nada a favor de sus coterráneos desde San Lázaro. Al contrario, pese haber sufrido el asesinato de su hija Valeria Cruz Medel, perpetrado en Ciudad Mendoza en noviembre del 2018, la señora se negó a atender las peticiones de seguridad de los minantecos y defendió con todo la estrategia del gobierno federal y estatal en dicho rubro aunque su municipio es uno de los más violentos del país.

De igual forma, negó la “ola” de feminicidios y con la llegada de la pandemia de Covid-19 -y eso que es médico– nunca quiso levantar la voz en San Lázaro por los enfermos y los fallecidos. Se mantuvo silente ante el escamoteo de equipo de protección para los médicos y enfermeras, y tampoco dijo nada cuando faltaban camas en hospitales, oxígeno y respiradores mecánicos. ¡Y sobre esa desidia los minantecos la convirtieron en su próxima alcaldesa! Ahí se cumple lo que dijo el poeta Guillermo Aguirre y Fierro: “los peces, que sucumben por la boca,/entusiastas votaron por la foca”.

CAÍN(NA) Y ABEL

Todos están embarrados pero solo a uno se le quiere sacrificar. Es lo conveniente para el futuro de la especie marrón. En las aves esa conducta se llama ‘cainismo’ cuando los padres matan al polluelo más débil que no tiene posibilidades de sobrevivir o cuando la cría más fuerte se encarga de eliminar a sus hermanos en el nido. El término es en referencia al texto del Génesis en el que Caín mata a Abel porque lo envidiaba, ambos fueron los primeros hijos de Adán y Eva, y el sobreviviente y del que la humanidad es descendencia es el
hermano asesino.

Así sucede en la Ciudad de México con primer peritaje que hizo público la empresa noruega Det Norske Veritas sobre el accidente en la Línea 12 del Metro que costó la vida a 26 personas. La causa fue la mala construcción de origen y las políticas incorrectas del gobierno de Marcelo Ebrard para ahorrar costos y tiempo afectando la seguridad de ese transporte. Y es precisamente Ebrard uno de los polluelos de Andrés Manuel López Obrador que será sacrificado para salvar a la actual jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, nuera del mandatario y quien es su preferida para sucederlo en el 2024.

Por supuesto que Ebrard no es una víctima inocente sino que es el principal culpable del accidente por haber manipulado política y financieramente un proyecto que involucraba vidas. El destino lo alcanzó y con ese accidente -y ahora con el informe de los expertos nórdicos- sus posibilidades de obtener la candidatura presidencial dentro de tres años son casi imposibles. Su rival, Sheinbaum no desperdició el tiempo y practicó el ‘cainismo’ para tratar de librarse de culpas y a la vez eliminar su rival más fuerte.

Aún así, Sheinbaum tampoco es inocente. Ella disminuyó el presupuesto para dicho sistema de transporte, colocó a una incondicional a cargo del mismo que nunca hizo caso de las advertencias ni dio mantenimiento a la línea colapsada. Ella es tan culpable como Ebrard y como su antecesor inmediato, Miguel Mancera, aunque este último no está en la carrera presidencial y entonces su responsabilidad no tiene el mismo impacto mediático.

Los veracruzanos se preguntarán, ¿qué nos incumbe lo que suceda con las investigaciones sobre el accidente en el Metro? La respuesta es todo porque en ese embrollo se juega la sucesión presidencial. El tabasqueño se quedó sin un heredero y la otra está herida. Solo un capricho de él y sla imposición a mansalva -contra toda lógica- desde el poder presidencial la harán llegar a la carrera sucesoria del 2024. De no ser así, la segunda polluela marrón ya está muerta políticamente.

Habrá que esperar que salten los herederos emergentes -ya anda uno por ahí, el senador zacatecano, Ricardo Monreal, enemigo también de Sheinbaum y de toda la estructura nomenclática que la apoya, es decir las tribus más radicales- y ver en qué termina el culebrón. 

Por lo pronto, los mexicanos están viendo una reedición actualizada del asesinato de Abel a manos de Caín, aunque según el relato bíblico el arma de aquel crimen fue la quijada de un burro y en esta ocasión se trató de una trabe del metro.

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