Por Andrés Timoteo / Columnista
EL ENCANTO ‘ON LINE’
La magia también es víctima de la pandemia Covid-19 pues oficialmente los aquelarres y encuentros masivos para consultar a los chamanes están suspendidos en Catemaco, la capital de la brujería. Hoy, primer viernes de marzo, tampoco habrá la asistencia masiva a la cueva de la Cuesta del Mexicano en Ixtaczoquitlán para celebrar el ritual prehispánico Xochitlallis. En ambos lugares la autoridad ha dispuesto de algunos eventos de forma virtual para evitar la aglomeración de gente y, por ende, el contagio del virus gripal.
Todavía hace un año se realizaron normalmente esos rituales para abrir ‘las puertas del encanto’ o recibir con danzas y ofrendas al nuevo año azteca pues declaratoria de emergencia sanitaria se dio hasta finales de mes. En este 2021, todo se hará virtual. Claro, eso en cuanto al ‘show business’ por la limitación, en teoría, de la movilización de personas hacia los puntos de culto.
Empero, en la realidad ni la pandemia ni cualquiera otra calamidad han logrado -ni logrará- interrumpir las ceremonias ancestrales para aprovechar la fecha recurriendo a la brujería, la blanca y la negra, a fin de obtener los favores del cosmos o las deidades -buenas y malas- para obtener esas cosas que mueven al ser humano y lo hacen creer en la felicidad: el dinero, la salud, el amor, la venganza, el poder, el éxito. Los verdaderos rituales brujeriles siempre se hacen en discreción.
Las ‘misas negras’ efectivas no son las que aparecen en las televisoras o en fotografías de prensa, sino las realizadas en el sigilo y la oscuridad de los sitios apartados. Siempre ha sido así. Ya no se diga del quehacer de chamanes y curanderos, y aunque estos no puedan sanar la Covid-19 tampoco se quedarán sin trabajo este día. Así, la pandemia limitó solo en parte -la mediática-promocional- el encanto del primer viernes de marzo.
Es cierto, los políticos tampoco podrán aprovechar la fecha a pesar de ser año electoral, aun cuando desde hace tiempo dejó de ser un campanazo publicitario el acudir a visitar los brujos de Catemaco como en los tiempos dorados del priismo que hasta los candidatos presidenciales iban religiosamente a los consultorios de los hechiceros quienes les hacían ‘limpias’ y les daban amuletos para el triunfo comicial. Esos tiempos ya se fueron porque también los brujos están desdorados en ese terreno.
Desde el año 2000 cuando profetizaron la victoria arrasadora del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y su candidato Francisco Labastida Ochoa, y éste fue derrotado estrepitosamente por el panista Vicente Fox Quesada, el prestigio de los brujos tuxtlecos quedó por los suelos y la clientela electoral se desplomó, a la vez que los hechiceros consolidaron la fama de charlatanes.
Pocos de ellos han logrado sobrevivir a tal declive y se han adaptado a los nuevos tiempos. Uno de ellos es Pedro Gueixpal Cobix quien presume tener el “poder del tigre” y es hijo del famoso Pedro Gueixpal Seba, ya fallecido y otrora Brujo Mayor de Catemaco. Desde hace más de diez años, Gueixpal Cobix abrió su propia página web para promoverse, realizar consultas ‘on line’ y vender sus amuletos, pócimas y talismanes. Además, en años recientes abordó de lleno las redes sociales pues tiene cuentas en Twitter y Facebook con el mismo fin.
Es, por decirlo de algún modo, un brujo moderno y hoy con la Covid-19 encima ya no le costará tanto adaptarse a la “nueva normalidad”. Esa es la ruta para los hechiceros, ponerse ‘en línea’ para hacer sanaciones, amarres y limpias espirituales, así como lanzar anatemas, maleficios y sortilegios a través de la web. ¿Quién lo iba a decir?
EL TERCERO Y CONTANDO
En la misma cuestión electoral, ayer el crimen organizado mató a otro actor político en lo que va del proceso comicial de Veracruz. El exalcalde de La Perla, Melquiades Vázquez Lucas fue asesinado a balazos por un grupo de sicarios frente al palacio municipal del lugar. El año pasado uno de sus hijos fue secuestrado y luego su cadáver apareció en un paraje en Maltrata, a orillas de la autopista a Puebla.
Vázquez Lucas pretendía buscar nuevamente la alcaldía por la alianza PRI-PAN-PRD y es el tercer precandidato asesinado en la entidad. Antes fueron Gilberto Ortiz Parra, precandidato de Morena a la presidencia municipal de Úrsulo Galván acribillado el 12 de febrero también por sicarios y tres días después fue Karla Enríquez Merlín, también aspirante morenista en Cosoleacaque, al sur del estado, quien fue victimada junto a su madre, la exalcaldesa y exdiputada local, Gladys Merlín Castro.
En ninguno de esos dos casos hay un trabajo serio de la Fiscalía General del estado para esclarecerlos a pesar de que las víctimas eran aliadas del partido en el poder y que el gobernante en turno, Cuitláhuac García Jiménez se comprometió a procurar justicia y castigar a los responsables. Nada ha sucedido y, al contrario, en su afán de anticiparse a las pesquisas, el propio García Jiménez partidizó el crimen de las Merlín alegando que fue producto del enfrentamiento entre grupos caciquiles de la zona.
Lo anterior porque los hermanos Cirilo y Ponciano Vázquez Parisi, quienes tienen en su poder el ayuntamiento desde hace más de una década, iban a ser enfrentados por Karla Enríquez Merlín como abanderada de Morena. Aunque todos están conscientes de la disputa caciquil, el gobernante estatal lo dijo abiertamente violando el protocolo judicial y tal vez sentando el precedente para que prosperen amparos e impugnaciones si se concreta la acusación contra los Vázquez Parisi.
El asesinato del exalcalde de La Perla también aconteció el mismo día en que la titular de la Secretaría de Seguridad Publica, Rosa Icela Rodríguez reconoció que el crimen organizado es un participante más en este proceso electoral que tiene el objetivo de imponer candidatos a modo, eliminar a los incómodos y presionar a partidos políticos e instituciones comiciales.
La funcionaria federal presentó la denominada “Estrategia de protección en contexto electoral” para resguardar a los candidatos de la embestida de la delincuencia. No obstante, ésta llega tarde porque los criminales ya están metidos de lleno en las elecciones. Hasta ayer había asesinado a 63 políticos en los estados de Veracruz, Oaxaca, Guanajuato, Guerrero, Morelos, Baja California y Jalisco. Bueno, 64 con Vázquez Lucas.
“PDO” Y ‘NARCO-CANDIDATOS’
Es cierto lo que dice Rodríguez Velázquez, la mafia impone candidatos, siembra el miedo y recurre a la violencia para mantener su influencia política, aunque no es algo nuevo pues lo ha hecho desde hace al menos tres décadas. En Veracruz, fue durante el gobierno del innombrable y luego con Javier Duarte cuando el crimen organizado se asentó como un actor muy influyente en los comicios procurador por el mismo partido en el gobierno, el PRI, y en especial por la banda de la fidelidad y el duartismo.
La secretaria Rosa Icela Rodríguez lo dijo sin tapujos: es una realidad el “Partido de la Delincuencia Organizada” (PDO), por eso ahora con Morena en el poder se esperaría que efectivamente haya una estrategia institucional para combatirlo e impedir que se ‘narcoticen’ las elecciones. Lo malo es que en el partido marrón también se recurre a viejas prácticas y muchos de sus mandamases ya tienen acuerdos con los maleantes. La emergencia criminal en el proceso electoral no es casualidad ni los asesinatos de candidatos o precandidatos son hechos aislados.
Coincidentemente, sucedió otro hecho que confirma el discurso oficial respecto a la injerencia de los maleantes en cuestiones electorales. Ayer se alertó sobre los “narco-candidatos” y uno de ellos ya fue detectado en Veracruz: la precandidata a la alcaldía de Chalma, al norte de la entidad, Rudy Montaño, fue detenida por formar parte de la banda que en días pasaos asesinó al presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en San Luis Potosí, Julio César Pérez Galindo.
Montaño iba a ser postulada por el Partido Unidad Ciudadana, de reciente creación y que lidera la exdiputada panista Cinthya Lobato. He ahí un ejemplo de que los comicios en Veracruz y los partidos mismos ya están empapados de ‘narco-candidatos’. El reto es identificarlos y atajarlos, y no hace falta mucha labor de inteligencia pues la gente misma los identifica, sabe quiénes son arropados por esa alianza perversa entre los políticos y los criminales.
OTRA VEZ MIXTLA
A pocas semanas de que se cumplan dos años del asesinato -también político- de la alcaldesa de Mixtla de Altamirano, Maricela Vallejo Orea, nuevamente el municipio es noticia por el jaloneo electoral y el desaseo financiero. Los lugareños acusan que el presidente del Concejo Municipal, Crispín Hernández Sánchez, usa recursos públicos para promocionar a su hermana, Norma Hernández, quien es precandidata a la alcaldía por Morena.
Se suponía que al desintegrar la comuna anterior también se sanearía la vida política del municipio alterada por el crimen de Vallejo y los concejales nombrados por el congreso estatal tendrían la tarea de apaciguar las cosas, corregir las anomalías administrativas y velar por los intereses de los ciudadanos, pero han hecho todo lo contrario.
No solo están acusados de desviar el erario sino ahora están metidos de lleno en las cuestiones electorales a fin de permanecer en el poder local. Allí, en Mixtla de Altamirano, se escribe otra historia de neocacizago familiar con la anuencia de Morena y palacio de gobierno. Mal fario de los mixtlecos porque encarcelaron a unos pillos que tenían secuestrada la presidencia municipal y llegaron otros igual de rateros y mañosos.