ANUNCIOS DE TRAPO
Dos hechos sucedieron en esta semana que calibran la angustia ciudadana en la zona centro. Uno fue la marcha que un grupo de personas hizo durante el desfile por el 193 aniversario de la histórica batalla de mayo de 1821 que si bien fue incipiente y de escasa participación, es representativa del sentir de todos los pobladores que lamentan la paz perdida en los últimos tres años. Hubo muchos que se abstuvieron de intervenir y solo miraron de lejos la caminata pero eso no significa que no compartan la misma exigencia ante la ola de secuestros, asesinatos, extorsiones, robos en comercios, amenazas y asaltos violentos.
Es la primera expresión de algo que crecerá, el primer paso de la ciudadanía que está harta de no ver resultados de las autoridades. Los manifestantes fueron prudentes, si, pero también fueron valientes porque no cualquiera se atreve a convocar ni marchar exigiendo el combate a la delincuencia en una zona infestada de criminalidad. Eso es algo a remarcar. El otro suceso fue una protesta más directa que se realizó en Amatlán de los Reyes –vaya coincidencia pues en la famosa refriega de 1821 también hubo héroes amatecos que se sumaron a la defensa de Córdoba- por la ola de inseguridad y violencia.
Los lugareños bloquearon la carretera Córdoba-Paso del Macho, clamando el ingreso del Ejército y la Armada de México. Amatlán de los Reyes se convirtió en tierra del crimen y sus mismos pobladores acusan que los policías municipales no solo incumplen sus deberes de vigilar sino estarían coludidos con los maleantes. La manifestación de los amatecos tuvo respuesta pues la Secretaría de Seguridad Pública del estado anunció que asumirá el control de la corporación y las funciones de vigilancia en el poblado pero no es algo que consuele.
No se trata de desinflar la esperanza de los lugareños pero el ingreso de la policía estatal en vez de soldados y marinos, no augura nada bueno ni eficiente. Estarán bajo resguardo de los policías bermudianos, esos mismos que cargan el título de “acreditados” pero que son cuestionados en todos los lugares donde actúan tanto por el abuso de autoridad y atropellos a los derechos humanos como por las insistentes versiones de que toleran y están coludidos con los delincuentes. Así, el riesgo en Amatlán de los Reyes es que “salgan de Guatemala y entren a Guatepeor” como reza el refrán. Si no lo creen que miren el espejo de Córdoba donde lleva más de un año el famoso Mando Único Policial y la situación está insostenible.
En Córdoba la respuesta del gobierno estatal al clamor ciudadano por que regrese la paz –es decir, que se combata a la delincuencia- no va más allá de la ocurrencia. Ayer se anunció otro programa enominado “Región Segura” -¿pues qué no había ya el “Veracruz Seguro”?- y lo que contiene es demagogia pura. Según el subsecretario en el ramo, Federico Rivas, se van a depurar corporaciones policíacas, se aplicarán exámenes antidodrogas y se revisará la currícula de los agentes para verificar que no son ni adictos a los estupefacientes ni tienen ligas con el crimen organizado. ¿Qué eso no se hace desde el sexenio pasado para contratar a policías?.
Y la perla que lanzó el funcionario fue la promesa de “asumir el compromiso en materia de seguridad para proteger a los ciudadanos”. Ah, entonces antes no tenían ese compromiso, y dejaban a los ciudadanos al amparo de Dios. Pura paja y proyectos de saliva. ¿Qué es lo peor de este asunto?. Que aquellos que tienen capacidad de gestión o voz para fungir como intermediarios con el gobierno estatal –entre ellos el alcalde Tomás Ríos, los diputados locales y federales así como los líderes de las cámaras empresariales- se presten a la faramalla, acudan a tomarse la fotografía y aplaudir la ceremonia sin hacer más.
Es decir, que los funcionarios municipales y legisladores se olviden de dar seguimiento a ese anuncio de trapo –entiéndase: vago, insuficiente y débil- denominado “Región Segura” y señalen públicamente las deficiencias, omisiones y complicidades en el mismo, guardando un silencio cómplice como lo han hecho con los otros entuertos fracasados de “Veracruz Seguro” y “Mando Único” que opera desde marzo del 2013. Sin embargo, si Ríos Bernal, los legisladores y los lideres de la iniciativa privada abandonan al pueblo en la exigencia de seguridad, en el pecado llevarán la penitencia porque tampoco ellos vivirán tranquilos en una ciudad y región asfixiadas por la ola criminal.
DIECISIETE MESES
En temas políticos, ayer inició su segundo periodo al frente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, el chihuahuense Gustavo Madero Muñoz, ganador de los comicios internos celebrados el domingo 18 de mayo –por cierto, en esa elección se demostró que ni siquiera los panistas quieren al expresidente Felipe Calderón pues su candidato Ernesto Cordero no pudo remontar ni porque la exprimera dama, Margarita Zavala lanzó un mensaje mediático llamando a sus correligionarios a votar por él-.
La dirigencia nacional de Madero Muñoz, que lleva a Ricardo Anaya como secretario general, no incluye a los seguidores de Cordero Arroyo pues según los estatutos panistas al votar por los candidatos que presidirán el partido también lo hacen por su planilla y son los integrantes de ese listado los que se incorporan a la estructura partidista. A diferencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el blanquiazul no hay ajuste de última hora para repartirse las carteras o ceder cotos de poder.
Entonces, los corderistas que clamaban posiciones no tienen posibilidad estatutaria para alcanzarlas, lo que agranda la desolación de los miliantes veracruzanos, de los llamados “panistas rojos” –léase Enrique Cambranis, Alejandro Vázquez Cuevas, Juan Bueno Torio y Julen Rementería – que esperaban que Cordero negociara cuotas de las que pudieran asirse después de que los arrasaron el domingo pasado. El panorama es poco alentador para ellos y se puede comprobar con la actitud asumida en las últimas por el portavoz de esa corriente, Rementería del Puerto.
Éste ha salido a la prensa a decir que son necesarios los acuerdos y los consensos con el fin de que el panismo local llegue unido a los comicios federales del 2015, pidiendo superar las diferencias y respetar la pluralidad. Cosa curiosa pues cuando construyeron la llamada “Muralla Azul” con dedicatoria al grupo que encabeza el excandidato a la gubernatura, Miguel Ángel Yunes, en lo que menos pensaron fue en acuerdos, pluralidad y cohesión. Los amurallados tampoco se fijaron ni en la doctrina panista ni en los principios éticos al aliarse con el gobierno estatal para tratar de hacer ganar a Cordero Arroyo en la entidad. Así, hoy claman negociar en la mesa lo que no pudieron ganar en las urnas.
Sin embargo, hay que reconocer que Rementería es el único de los líderes de la “Muralla Rojiazul” que ha dado la cara, lloriqueando pero la ha dado, mientras que los otros siguen escondidos. Desde el pasado lunes en que salió a hacer el ridículo con la cantaleta de que Cordero había ganado en Veracruz, Cambranis Torres se encerró en su casa, consumiendo tranquilizantes en cantidades industriales.
Por otro lado, es cierto que Gustavo Madero solo estará 17 meses al frente del CEN y no los tres años del periodo normal, ya que las reformas a los estatutos internos dispusieron de una dirigencia corta para adecuar el calendario panista al calendario electoral del país. Así, en diciembre del 2015 concluirá su gestión pero durante ese lapso tendrá bajo su conducción tres asuntos medulares: el dialogo con Los Pinos por las leyes secundarias de las reformas estructurales, la selección de candidatos para las diputaciones federales tanto de mayoría directa como plurinominales y la renovación de las dirigencias estatales.
Los dos últimos temas pegan directamente a los intereses creados por el grupo que todavía controla la estructura estatal del panismo. En primer lugar porque en junio próximo se renovará el consejo estatal y en octubre el Comité Directivo, y en ambos procesos los amurallados tendrá un escaso margen para colocar a sus incondicionales con el objetivo de volver a contar un consejo a modo y se impedirá que Cambranis Torres – si es que regresa a la dirigencia- herede el cargo a un sucesor de la misma corriente. Claro, postularán a su candidato, que se dice será el exalcalde de Tierra Blanca, Tito Delfín, pero en el altiplano los traerán “a mecate corto” y son pocas las posibilidades de que triunfe.
Lo anterior porque los comicios internos del domingo fueron un ensayo de lo que vendrá en la elección para renovar la dirigencia estatal que también deberá ser por voto directo y en segundo lugar, porque con Madero en la presidencia del partido se duda que permita a ese grupo mantenerse con el control partidista pues conoció personalmente de los acuerdos que hicieron con el gobierno del priísta Javier Duarte para que perdiera los comicios a nivel estatal. El chihuahuense prometió, entre sus allegados, hacer una limpia en el panismo veracruzano y hacía los amurallados rojos apunta la escoba.
A la par, en esos acuerdos internos que negoció el mismo Yunes Linares quien operó el triunfo de Madero en Veracruz, es evidente que se respaldará la llegada de Germán Yescas al comité estatal y así se pondrá fin al cacicazgo de casi veinte años que inició el grupo encabezado por Vázquez Cuevas desde que traicionaron y corrieron a su impulsor, Cesar Leal Angulo. En todos estos años los azules se despintaron y se barnizaron de rojo fidelidad.
Bajo una nueva dirigencia estatal ajena a los amurallados se dará la selección de candidatos a las 21 diputaciones federales de Veracruz, y se evitará, dicen los enterados, la postulación de personajes débiles que sirvan de parapeto para allanar el triunfo de abanderados priístas como planeaban hacer los “panistas rojos”, a los que aparentemente se les acabó el negocio y les esperan 17 meses de penurias con Madero Muñoz al frente del partido.
Por supuesto, la selección del candidato a la gubernatura de Veracruz es otro episodio que se librará después de que el CEN vuelva a renovarse en el 2015 pero la estructuras estatales ya estarán conformadas por los liderazgos locales que impulse la nueva dirigencia nacional. Y claro, el proyecto en la entidad que tanto temen los amurallados y sus aliados de palacio de gobierno, es una segunda candidatura de Yunes Linares para el 2016, quien ya prometió que iniciará precampaña y entonces su pesadilla más temida está en vías de convertirse en realidad.