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El minutero

Superiberia

LISTOS…¡¡FUERA!!

 Pese a que todavía falta un buen tramo para la conclusión del proceso electoral que renovará el Congreso local y los ayuntamientos pues se tienen que esperar el desahogo de las impugnaciones ante los tribunales, en la práctica ya inició la carrera por el 2016 para la gubernatura. Y claro, estos comicios intermedios se convirtieron en un primer tamiz para perfilar a los posibles contendientes, especialmente en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) hoy en el poder estatal y también en el nacional. De los seis priistas cuyos nombres se barajaban desde finales del 2011 sólo quedan cuatro -a condición de que se adicionen otros a mediano plazo- pues dos se quedaron en el camino.

 Uno de los que no llegarán es el alcalde con licencia de Boca del Río y fugaz secretario de Finanzas y Planeación, Salvador Manzur Díaz al que le chamuscaron las alas con los videos exhibidos en los que aparece planeando usar el dinero de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y de la misma Sefiplan para comprar votos a favor del tricolor. Ya no será candidato y ni siquiera aspirante, sólo un acto suicida llevaría al tricolor a postularlo. Está borrado de la lista pues ni siquiera con el vudú podrán volverlo a la ruta por el 2016, si acaso llegará como cadáver viviente a algún puesto de la medianía, una vez que pase el escándalo.

 Otro que se quedó en la raya es el senador Héctor Yunes Landa luego de que el PRI perdió la gubernatura de Baja California, donde Yunes fue delegado partidista. El sonorense Manlio Fabio Beltrones, actual coordinador de la bancada priista en la Cámara de Diputados, es el padrino político del veracruzano pero salió debilitado con la derrota en Baja California pues el candidato perdedor, Fernando Castro Trenti, era uno de sus alfiles. Le asestaron un buen golpe pues al ceder la gubernatura bajacaliforniana al Partido Acción Nacional (PAN), el copetón Enrique Peña Nieto no sólo salva el Pacto por México sino también le quita poderío a Beltrones, uno de sus contrapesos al interior del priismo.

 Menguado, el ex gobernador de Sonora poco podrá hacer por Yunes Landa, quien tampoco llegó a la presidencia de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) – para la que se había autopromocionado- la cual le fue arrebatada a Beltrones tras más de una década de controlarla y se la entregaron a la peñista, Cristina Díaz Salazar. Sólo le queda a Yunes Landa regresar al Senado donde preside la Comisión de Protección Civil para tratar de enderezar su imagen, lo que será muy difícil pues durante ocho meses descuidó la curul y la comisión parlamentaria la que mantuvo a base de puro boletín pues está documentado que es uno de los legisladores más faltistas.

 De las cuatro barajas que quedan, el más destacado es el también senador y ex alcalde de Perote, José Yunes Zorrilla, quien pese a llevar el mismo apellido, no es pariente consanguíneo ni de Yunes Landa ni de los Yunes panistas. El peroteño se desistió de sus aspiraciones en el 2010 para dejar el camino libre a Javier Duarte de Ochoa y desde entonces se habla de un pacto transexenal para ser el candidato priista en el 2016. No sólo el supuesto acuerdo anterior lo respalda sino también su amistad con el hombre más cercano al presidente de la República, Luis Videgaray Caso, secretario de Hacienda y Crédito Público, de quien fue compañero de estudios en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

 Pese a ello, Yunes Zorrilla no es el candidato de Duarte de Ochoa ni mucho menos el del innombrable que en el 2006 lo hizo perder la contienda por el Senado para cerrarle la puerta a una nominación en el 2010. Tampoco es un secreto que ambos tratarán de buscar un aspirante que le haga contrapeso y lo descarte. En el sombrero tienen dos opciones que son el todavía alcalde de Tuxpan, Alberto Silva Ramos y el municipe con licencia de Perote, Juan Manuel Velázquez Yunes – otro Yunes para variar-.  Ambos  fueron colaboradores de Duarte de Ochoa durante su paso por la Sefiplan en el sexenio pasado. Silva Ramos, aunque se ostenta como asesor del gobernante en turno es más fidelista que duartista mientras que Velásquez Yunes es muy cercano al cordobés.

 De los 212 ayuntamientos veracruzanos los más consentidos financieramente fueron los de Tuxpan y Perote, además del de Boca del Río con Manzur pero ahí la inversión fue mala pues la alcaldía la ganó el PAN y el compadre se quedó a la mitad de maroma ya que lo tumbaron de la nube que andaba de un “videazo”. Vaya, nadie le puede arrebatar el crédito a panista Miguel Ángel Yunes Linares pues no sólo les quitó la alcaldía boqueña sino también les cercenó a unos de sus precandidatos más esperanzados a la gubernatura. Por otro lado, se espera que a Velásquez Yunes lo arropen a su llegada en el congreso local desde donde pueda promocionarse con fines electorales.

 Aunque no es apto para presidir la mesa directiva -bueno, el realidad no es apto para muchas cosas pues el señor es muy limitado – ya que está reservada para el exdirigente magisterial, Juan Nicolás Callejas, si lo tratarán de acomodar en la Junta de Coordinación Política para que maneje los dineros parlamentarios. Lo interesante será ver si Velásquez Yunes traiciona a su pariente Yunes Zorrilla y se lanza a disputarle la postulación en el 2016. Muchos apuestan a que no lo hará y otros sostiene que “felonía” es su segundo nombre de pila.

 En tanto, de Silva Ramos tras el triunfo del PRI en los cómicos por la alcaldía y distrito de Tuxpan, vio crecer sus esperanzas y ya hasta deslizó a la prensa que se incorporará al gabinete estatal. Se ha especulado que el tuxpeño ocuparía la Secretaría General de Gobierno de donde sería echado el expanista Gerardo Buganza –al cual lo están renunciando desde hace meses los mismos priístas que no lo soportan-, otros lo ubican como titular de Sefiplan donde actualmente hay un encargado de despacho luego de la destitución de Manzur Díaz, el pasado 4 de mayo y algunos más al frente de la Secretaría de Desarrollo Social en sustitución del sureño Marcelo Montiel al que promocionan para ocupar la dirigencia estatal del tricolor.

 Sin embargo, Silva Ramos, apodado El Cisne, es un ídolo con pies de barro cuya incorporación al organigrama estatal y todavía más, una probable postulación en el 2016 desatará escándalo de alcances inauditos debido a los nexos con el empresario y ganadero Francisco “Pancho” Colorado preso en Estados Unidos donde fue juzgarlo por pertenecer a un grupo del crimen organizado. Un hermano de Silva Ramos de nombre Francisco es el abogado de la empresa ADT Petroservicios propiedad de Colorado Cessa y entonces, una sombra de desprestigio hará que rueden sus aspiraciones.  Algo que pocos saben en la aldea es que el expediente de los hermanos Silva Ramos ya fue entregado en manos propias del copetón Peña Nieto por parte de priistas veracruzanos, no porque lo desconozca sino para patentizar el repudio a una eventual promoción en el 2016.  En pocas palabras, van a desplumar al Cisne.

 Finalmente, el cuarto aspirante al 2016 es el coatepecano Adolfo Mota, actual secretario de Educación, aunque sus posibilidades se ven lejanas. Mota las apoya en dos padrinazgos y una estrategia. Los dos primeros son el del actual coordinador de la fracción priista en el Senado, Emilio Gamboa Patrón, uno de los viejos zorros de la política parecido a Manlio Fabio Beltrones, y el otro es el exgobernador Miguel Alemán Velasco aunque su peso en las decisiones locales tiene la misma intensidad que una pompa de jabón.  

 En tanto, la estrategia de Mota es apoyarse en el magisterio con el que pacta y negocia desde la SEV algo que suena también inestable porque los líderes magisteriales nunca han tenido palabra de honor y menos cuando el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE)  fue descabezado recientemente con el encarcelamiento de Elba Esther Gordillo, con la cual tampoco tuvo nunca cercanía. En pocas palabras, Mota está desamparado y sus aspiraciones suenan más a sueños que a realidad. Además, tampoco es el candidato preferido de palacio de gobierno.

 

LAS MOSCAS

 Mucho se ha especulado sobre la reunión que hace días sostuvo el gobernante estatal con el alcalde suplente de Córdoba, Guillermo Rivas y el candidato perdedor a la diputación local, Francisco Portilla Bonilla en una pista de aterrizaje de aviones.  Qué si los regañó, qué si vino a poner orden, qué si anticipó el retorno del terrablanquense a la silla municipal, qué si esto, qué si lo otro. Diría el clásico: ¡no se hagan bolas! La reunión fue mediática para dar una imagen de respaldo a dos personajes en apuros. Uno, el chapulín Portilla al que le quitaron el reinado de los saltimbanquis y el otro, Rivas, que se quedó a levantar el tiradero en el ayuntamiento.

 En palacio de gobierno están preocupados por la llegada de un edil de oposición en Córdoba pues eso pone en aprietos al dúo dinámico. El próximo presidente municipal está obligado por la ley, por la ética y por el clamor de los cordobeses a auditar la administración inacabada de Portilla y el retazo que le dejó a  Rivas, de tal suerte que el asunto podría terminar en tribunales, aseguran los bien enterados. La instrucción, dicen, fue que se corrijan contabilidades, se destruyan archivos, se enderecen partidas y dejen bien barrido el palacio para cuando el azul llegue a la comuna. ¿Le dará tiempo?. El propio Rivas Díaz da pie a que la especulación crezca pues habla de mantener cerrada la boca para que no le entren las moscas…¿o será para no dejarlas salir?, ya que el asunto está muy apestoso.

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