FIN AL ADENDUM
A seis semanas de su nacimiento, literalmente se puede decir que a balazos terminó el pomposamente llamado Pacto por Veracruz que en realidad tiene un nombre kilométrico: “Acuerdo para la Instalación de la Comisión Plural Estatal de Preservación del Entorno Político de Equidad en la Competencia Electoral en Veracruz” y fue firmado el 5 de mayo pasado como parte del adendum al Pacto por México del copetón Enrique Peña Nieto con el fin de dar certeza a la legalidad durante los comicios.
Con el anuncio de la dirigencia estatal del Acción Nacional para separarse del acuerdo, Veracruz vuelve a ser noticia al ser el primero en romperlo en todo el país. Claro, es un juego de estira y afloja pues desde que los azules estamparon su firma al documento se sabía que la aparente concordancia no duraría mucho pues nadie puede controlar su naturaleza, ni los priístas ni los panistas. Y se dice que terminó literalmente a balazos porque los casos que motivaron esta ruptura se refieren a acciones violentas en varios puntos del estado entre azules y tricolores.
Los más notables se dieron en Coxquihui y Tierra Blanca. En el primero, ubicado en la sierra papanteca al norte del estado, panistas y priístas protagonizaron un enfrentamiento que arrojó el saldo de una persona muerta y varios heridos el pasado 17 de junio. Allí el protagonista principal fue el exalcalde y actual candidato al mismo cargo por el PRI, Reveriano Pérez Vega, líder de la banda de “Los Pelones”. Las dirigencias estatales de ambos partidos se han acusado mutuamente de los hechos, aunque lo cierto es que al señor Pérez Vega nadie lo puede controlar. Es una especie de terror en la sierra totonaca y es predecible que volviera a hacer de las suyas al amparo del priísmo.
El otro caso sucedió el pasado fin de semana en Tierra Blanca cuando tres vehículos propiedad de militantes panistas fueron incendiados simultáneamente en actos de vandalismo, mismos que fueron interpretados como intimidaciones ligadas al proceso electoral para renovar la presidencia municipal y la diputación local. El PAN por supuesto culpa al PRI y éste, en voz de su dirigente estatal, Erick Lagos, señala que fue un “auto-atentado” para crear “escenarios ficticios”.
No son los únicos hechos de violencia en lo que va del proceso electoral pues en Martínez de la Torre asesinaron al candidato suplente a la alcaldía por el Partido Cardenista, Pedro Isaac López -por cierto, el dirigente de este partido, el cordobés Antonio Luna Andrade guardó demasiado y sospechoso silencio en el asunto- al igual que en La Perla, un grupo de priistas acusan haber sido atacados a balazos por panistas enardecidos. En fin, fueron seis semanas de vida para el Pacto por Veracruz y no más.
¿Qué harán ahora los integrantes del llamado Comité de Enlace y Vigilancia Ciudadana? Poco pues en realidad simplemente están de adorno. De ellos no hubo ni evaluación ni pronunciamientos ni mucho menos mediación. Nada se hizo para resguardar la legalidad ni la prudencia, y ahora es casi imposible que hagan volver a los panistas a la mesa de negociaciones. No se ve, además de que estos señores nunca gozaron de la confianza suficiente por sus nexos con los mismos partidos políticos.
Por ejemplo, la experredista Mariana Aguilar está ligada al grupo de los Yunes panistas, Manlio Fabio Cazarín León, director de la Facultad de Derecho de la UV al PRI al igual que el presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Xalapa, Juan Carlos Stivalet. El menos cuestionado es Leopoldo Alafita aunque muchos lo ubican como pro-panista y otros como pro-perredista. Roto el pacto todo lo que hagan está demás, salvo la elaboración del recuento de los daños, lo demás que digan estas ilustres personas saldrá sobrando.
OTRA VEZ EL KARMA
En días pasados se informó que la ex secretaria general del PRI a nivel nacional, Cristina Díaz Salazar buscará la presidencia de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) para el periodo 2013-2016. La noticia atañe a Veracruz por tres razones. Una porque Díaz Salazar está ligada indirectamente a la entidad ya fue esposa del actual diputado local y expresidente municipal de San Andrés Tuxtla, Tomás Montoya Pereyra. El hijo de ambos, Tomás Roberto Montoya Díaz, desarrolla su carrera política en Nuevo León donde ha sido diputado local.
La segunda alusión a Veracruz es porque el actual senador priista Héctor Yunes Landa se cansó de filtrar a la prensa que él sería el próximo presidente de la CNOP por intervención de su padrino político, Manlio Fabio Beltrones. Al parecer todo fue una simple baladronada de este político que actualmente está asignado como delegado del tricolor en las elecciones de Baja California donde no tiene voz ni voto ni la atención de los actores políticos. Es como un invitado de piedra.
No es un secreto que su traslado a la entidad norteña fue para que dejara el activismo en Veracruz donde había iniciado una precampaña muy anticipada con miras al 2016. Experto en la difusión de rumores, a Yunes Landa se le atribuye la especie, repetida en varias ocasiones, que el actual gobernante estatal dejaría el cargo para ocupar un cargo en el gabinete federal y se nombraría a un gobernador sustituto, cargo para el cual obviamente se había apuntado como el primero en la lista. Ahora el karma lo vuelve a alcanzar y la presidencia de la CNOP que se había auto-anunciado se quedará en eso, en rumores.
La tercera alusión de la posible llegada de la regiomontana Cristina Díaz a la presidencia de la CNOP tiene que ver con una cordobesa con la cual ha cultivado una amistad. Se trata de la maestra Yolanda Monluí, ex presidenta de los Treinta Caballeros, cuyo nombre ha comenzado a mencionarse en los círculos nacionales como parte del proyecto de Díaz Salazar para reorganizar la estructura de la CNOP en todo el país y por supuesto, en la entidad veracruzana. Siendo secretaria general del tricolor, Díaz recibió en varias ocasiones a Monluí en la sede nacional y conoce el trabajo político de la maestra en Córdoba.
VENTA DE GARAjE
Independientemente de los resultados que arroje el 7 de julio, el proceso electoral que se desarrolla en la entidad pasará a la historia por varias cosas. Una en particular es el nivel de degradación y vendimia que alcanzó la llamada clase política y en especial los que se decían integrantes de los partidos de oposición. Sin pudor ni recato, panistas, perredistas, petistas, convergentes y demás, demostraron lo quebradizo que era sus valores partidistas y lo endeble de su ética personal.
El comercio de lealtades ya había sido impulsado desde la fidelidad pero ahora todo devino en una literal venta de garaje, y quizás el ejemplo más extremo es el del Partido de la Revolución Democrática, hoy llamado a nivel local como el Partido de la Robo-lución Fidelista (PRF), ya que los perredistas vendieron todo. El excalde de Ciudad Mendoza, Sergio Rodríguez Cortes, quien tenía un proceso de expulsión en el Sol Azteca de la noche a la mañana es nombrado dirigente estatal de ese partido, le hicieron un consejo a modo, lo reconocieron en el Instituto Electoral Veracruzano (IEV) casi a la velocidad de la luz y ahora es el portavoz de una seudo-izquierda veracruzana.
Es una historia kafkiana, digna de una tesis de lo imposible hecho posible por un puñado de monedas. Claro, Rodríguez Cortes no hubiera conseguido tanto si los otros integrantes de sus correligionarios de su partido no se hubieran puesto a la venta también. Toda un ala de perredistas se alquiló y tomaron por asalto a su mismo partido, desafiando a la dirigencia del altiplano. También es histórica la marea de panistas y perredistas que han renunciado a su partido, no en aras de la democracia sino por poner a subasta su adhesión aunque sus apoyos no sean de gran valía si son explotables mediáticamente.
Las promocionadas “desbandadas” son en realidad pequeños grupos que se dosifican para dar la impresión de un desprendimiento masivo y así administrar el escándalo. ¿Causan daño?. En la teoría de los analistas del quehacer político la afectación es en la medida de la autoridad moral o política de sus desprendidos. De ahí que habrá que poner en una balanza si tiene autoridad moral o política personajes como Julio Saldaña, Ramón Gutiérrez de Velasco, Juan Carlos Castro, Silvia Monge de parte del PAN o Homero Gamboa del PRI, hoy candidato a la alcaldía de Tlacotalpan.
En el Revolucionario Institucional además de la renuncia de Homero Gamboa, ex director estatal de Tránsito y las de militantes en Ixtaczoquitlán y Ozuluama por la imposición de candidatos en planillas municipales, la separación más sonada fue la del orizabeño Fidel Kuri Grajales que mandó una carta quejumbrosa contra su partido pero la distancia duró apenas unas semanas pues al concretarse el negocio del equipo de futbol Los Reboceros de la Piedad que se convirtieron en Los Tiburones Rojos del Veracruz, Kuri volvió al redil con carta de re-adhesión incluida. De todos modos, nadie se la creyó.