in

El minutero

Superiberia

 IMPERIO DESPRESTIGIADO

La historia sobre las derrotas del Ejército francés en México en los años 1862 y 1863 influyeron en la caída del segundo imperio encabezado por Napoleón III, sobrino de Napoleón Bonaparte, famoso conquistador y fundador de la dinastía napoleónica. La pifia militar colocó a Francia como el hazmerreír de la Europa de aquel tiempo pues ridiculizó a la orgullosa armada francesa. El 5 de mayo de 1862, las tropas mexicanas al mando del general Ignacio Zaragoza, que fueron apoyadas por los pobladores indígenas de Zacapoaxtla, derrotaron al Ejército francés, en ese entonces una de las potencias militares del mundo.

Un año después, el 20 de abril de 1863, se dio otra derrota para los franceses en Camarón de Tejeda, Veracruz donde fue exterminado un batallón completo de soldados galos. En Camarón de Tejeda sigue en pie un mausoleo para recordar a los franceses muertos y que es suelo francés pues su propiedad se le otorgó a Francia a través de un acuerdo diplomático. Cada año se realiza la ceremonia binacional de la Batalla de Camarón tanto por parte del gobierno mexicano como del francés. Los nombres de los tres generales galos que comandaron la batalla, Jean Dajou, Clément Maudet y Jean Vilain están grabados en el muro de honor del Palacio de los Inválidos de París donde también reposan los restos de Bonaparte.

A pesar de haber sido un derrota que los ridiculizó a nivel mundial, los franceses siguen conmemorando el heroísmo de sus tropas en México, bajo el nombre de La Fête de Camarone (La Fiesta de Camarón). Este fin de semana en París se recordaron ambas batallas en el Fuerte de Nogent, localizado en las márgenes del río Marne, otra de las afluentes – además del Sena- que circunda la Ciudad Luz. Ahí se reunieron integrantes de la Legión Extranjera de la Armada Francesa así como descendientes de los soldados que participaron en ambas batallas. El acto fue encabezado por Martial de Braquilanges, comandante de las tropas terrestres de la región sudeste de Francia. El fuerte fue abierto al público todo el fin de semana.

Lo curioso es que hasta la fecha, Francia honra a los soldados pero no al emperador Napoleón III, que es uno de los personajes malqueridos por los franceses. No hay un sólo monumento de él en todo Paris, ni una calle – si la hay, estará muy escondida pues es poco conocida y parisinos la omiten-. Esto a pesar de que fue Napoleón III el que modernizó la Ciudad Luz transformándola de una villa medioeval a una urbe cosmopolita. Bajo su mandato se construyeron las grandes avenidas – Des Champs Elysées, entre ellas, considerada la más famosa del planeta-, monumentos, puentes – algunos tiene una N grabada – y plazas, como la explanada de la catedral de Notredame y L´Etoile (La Estrella) donde se ubica el Arco del Triunfo.

Carlos Luis Napoleón Bonaparte, llegó por la vía electoral a convertirse en presidente de la Primera República de Francia pero no se quiso ir del poder al acabar su gobierno por lo que se proclamó emperador bajo el nombre de Napoleón III. Gobernó tres años como presidente y 19 como rey pero fue echado del poder y murió en el exilio en Inglaterra, donde todavía reposan sus restos ya que los francés no los reclamaron nunca. Hasta el día de hoy ninguno lo quiere de vuelta al país. La decadencia de su imperio inició con las derrotas en México y siguieron con la de la Guerra Franco-Prusiana.

Sin embargo, el odio del pueblo francés se centra en la matanza de civiles que se realizó en las colinas de Montmartre donde 30 mil parisinos fueron ejecutados por el Ejército francés en 1870 al reclamar su inconformidad por los acuerdos con Alemania para terminar la guerra e intentar fundar la comuna capitalina democrática. Como acto de expiación por la masacre se edificó en la cima de esa colina la popular basílica de Sacre Coeur (El Sagrado Corazón), que hoy en día es uno de los monumentos arquitectónicos más visitados del mundo. La decadencia que inició en México, dicen los historiadores franceses, llevó al desprestigio histórico del altivo Napoleón III.

 

LA SÉPTIMA CAÍDA

En Veracruz también se libran batallas, las cuales aunque son más modestas no dejan de ser escandalosas a nivel nacional. El caso de las videograbaciones de líderes y funcionarios priistas que preparaban la compra y el condicionamiento del voto a través de los programas de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), ya provocó la séptima cabeza guillotinada –que también es la segunda en importancia si se atiende el grado de responsabilidad en el organigrama público y la primera en lo que se refiere al Gobierno Estatal-. La destitución del secretario de Finanzas, Salvador Manzur Díaz no fue decisión tomada a nivel local sino en Los Pinos y es parte de una reestructuración acordada desde el altiplano ante la exigencia de las cúpulas de los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), quienes pusieron en jaque el famoso Pacto por México.

En las negociaciones para evitar que el acuerdo político se rompiera hubo concesiones que apenas comienzan a verse. El fin de semana cayó Manzur Díaz, funcionario de primer nivel en la entidad, compadre del gobernante en turno y evidente postulante para la sucesión gubernamental del 2016. Ya no será tal y es uno que se queda en el camino. No lo pudieron sostener como tampoco podrán detener otros cambios que se avecinan. Ayer mismo, el gobernador Javier Duarte de Ochoa señaló en una entrevista realizada en Xalapa que viene más relevos en su gabinete. La obviedad es clara: esos cambios son decisión del copetón Enrique Peña Nieto.

Y se habla que Manzur es la séptima caída porque anteriormente, tras detonarse el escándalo de los videos, desde el altiplano fueron cesados el delegado de la Sedesol, Ranulfo Márquez Hernández, fidelista de corazón y considerado como uno de los “mapaches mayores” en los últimos diez años en Veracruz, así como cinco de sus subalternos en dicha delegación. ¿Cuántos faltan? Los bien enterados afirman que serán muchos más pues en las denuncias presentadas ante la Procuraduría General de la República (PGR) son 59 funcionarios colocados en el banquillo. Algunos los inhabilitarán y a otros los mandarán a la banca por un buen tiempo, si logran salvar el escollo de las pesquisas judiciales.

Pero más allá del escarnio mediático, las secuelas en la parte electoral no será menor porque la operatividad para el Revolucionario Institucional (PRI) en Veracruz está comprometida, paralizada, descabezada, pues. Algunos aseguran que en la mesa de negociaciones entre las dirigencias del PAN y PRD fueron sacados los temas de las elecciones que este año ser realizarán en 14 entidades y de ellas, dos fueron las más mencionadas: la de Baja California donde se renovará la gubernatura, el congreso local y 5 alcaldías, y la de Veracruz donde se elegirá la composición del congreso local y 212 ayuntamientos.

 El priismo nacional y la Presidencia de la República defendieron con todo la disputa en Baja California donde su candidato, Fernando Castro Trenti, tiene posibilidades reales de arrebatarle el poder al panismo que gobierna desde 1989. En cambio, cedieron a la presión por Veracruz y podrían dejar a merced de la oposición a buena parte –las plazas más relevantes- de los cargos de elección en juego. ¿Cómo se hará esto? Simplemente amarrarán las manos a los operadores, cerrarán la llave de recursos y dejarán a su suerte a los contendientes. Los obligarán a rascarse con sus propias uñas, pues.

De esta forma, se antoja para los observadores una derrota del priismo que se traducirá en la posibilidad de que haya un congreso con mayoría opositora en los próximos tres años y los municipios más importantes también bajo el dominio de la oposición, entiéndase Acción Nacional que es el instituto político más fuerte pese a la guerra intestina que registra. Y no hay que perder de vista que los próximos alcaldes tendrán un periodo de cuatro años, es decir, culminarán su gestión en el 2017, un año después de la sucesión en la gubernatura y por ende serán pieza fundamental para los comicios del 2016. Todo lo que se decida en los comicios del próximo 7 de julio repercutirá para el cambio sexenal en el estado. La negociación para sostener el Pacto por México tiene como moneda de cambio el riesgo de la permanencia del tricolor en la gubernatura veracruzana.

 

LOS FANTASMAS DE ANAVERSA

Un amable lector de El Buen Tono escribió a este espacio para recordar que en el caso de la tragedia por la explosión de la fábrica de fertilizantes y pesticidas Agricultura Nacional de Veracruz S. A. (Anaversa), hace 22 años, hay responsables indirectos que ahora regresan al escenario político pese a las muertes que cargan en sus espaldas. Se refiere en especial al panista Tomás Ríos Bernal, alcalde en el trienio 1995-1997, cuando se “desaparecieron” los 100 millones de pesos del fideicomiso creado a finales del gobierno de Dante Delgado Rannauro para dar atención médica a los afectados del desastre. El dinero de ese fideicomiso supuestamente se usó en la colocación de una malla metálica en un parque ecológico y en una campaña de descacharrización para evitar la proliferación del mosquito transmisor del dengue, aunque muchos dicen que en realidad se lo robaron.

En contraparte, les negaron la ayuda a los enfermos que desarrollaron cáncer por haber estado en contacto con las dioxinas generadas tras el incendio. Es más, muchos de ellos fueron maltratados verbalmente por los subalternos de Ríos Bernal cuando se presentaban en el Ayuntamiento a solicitar apoyo para cubrir estudios, tratamientos médicos y medicinas. Sin pudor, ahora Ríos Bernal pretende volver a ser alcalde de Córdoba. ¿Adivinen quién fue el otro responsable del asunto en ese fideicomiso? Acertaron: un ex panista que hoy despacha en la Secretaría General de Gobierno. Los fantasmas de Anaversa persiguen a ambos y los cordobeses no deben olvidar estos atentados contra la vida de sus coterráneos. Será interesante escuchar lo que diga Ríos Bernal cuando se presente en las casas de las víctimas a pedir el voto y éstas le recuerden cuando les negó la ayuda humanitaria.

CANAL OFICIAL

Desde Huatusco

Olla de grillos