Por: Andrés Timoteo / columnista
Desde este espacio va una felicitación para el médico Luis Alberto Castillo Castro, quien acaba de recibir recientemente el Premio IMSS a la Competitividad 2017, al ser una parte importante para obtener este galardón la Clínica 64. El galardón lo recibió la semana pasada de manos del delegado regional, Jorge Tubilla Velasco y del secretario general de la Sección IV del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), Francisco Arrazola.
Este reconocimiento acredita que su pasantía, realizada del primero de febrero del 2017 al 31 de enero de este año en la Clínica 64 del IMSS en Córdoba, fue de las de mayor calidad y eficiencia en el País. Plácemes también para sus orgullosos padres, los periodistas Auricela Castro y Manuel Castillo. Hay un médico de excelencia en Córdoba.
FALTÓ EL ‘MEA CULPA’
El senador con licencia y exalcalde de Perote, José Francisco Yunes Zorrilla ya es candidato formal a la Gubernatura. Lo ungieron, como se había anticipado, en una Asamblea de Delegados realizada en la Plaza de la Concordia en Orizaba, el último bastión importante que le queda al Partido Revolucionario Institucional (PRI) tras la renovación de ayuntamientos efectuada a inicios de enero. Los priistas llenaron la plaza y mostraron un evento casi nostálgico de la hegemonía que tuvieron en otro tiempo, pues retumbaron las porras, los aplausos, los gritos, las matracas y hasta el silbido de una locomotora.
Lo hicieron para simular la crisis que registra y los pronósticos electorales aciagos. Allí, el discurso del candidato Yunes Zorrilla fue aceptable, pero a destiempo y con serias taras de credibilidad, pues sí ese mismo lo hubiera pronunciado en el 2016 o en el 2010, tal vez otro ‘gallo le estuviera cantando’ a él y al priismo, al haberse erigido como autocríticos del régimen que devastó a Veracruz.
El peroteño habló en Orizaba de un Gobierno Estatal que empobrece a la gente, que provoca la migración, que no genera crecimiento económico, que ahuyenta inversiones, que se solaza en la violencia con las mujeres, que no hace nada contra la inseguridad, y que discrimina y criminaliza a las víctimas. Vaya, hasta parece que describió a las administraciones de Javier Duarte y el innombrable. Sólo que a ambos personajes no los tocó jamás, volteó la mirada a otro lado mientras robaban y condenaban a la muerte a miles de veracruzanos.
Fue colaborador de esos gobiernos de la fidelidad y aún así, Yunes Zorrilla se quejó en Orizaba de que quieren hacer pagar “inocentes por pecadores” a los que hoy llevan las siglas del PRI. Claro, habló de los corruptos, pero ni en su discurso se atrevió a nombrar a Duarte y al innombrable. Los sigue cuidando. ¿Si quiso ser sincero con los veracruzanos ¿Por qué no ofreció una disculpa pública por haber permitido en el 2010 fuera nominado Duarte de Ochoa en lugar de él?
Era el momento también para disculparse por haber guardado silencio durante los seis años en los que Duarte, su esposa Karime Macías y el resto de la banda, saqueaba a manos llenas el tesoro estatal. Yunes Zorrilla desairó esa oportunidad que le hubiera servido de desligue de los Duarte Macías y de su impresentable antecesor. Quedó a deber un ‘Mea Culpa’ -‘Por mi culpa’- por no haber denunciado en su momento el pacto que desde Palacio de Gobierno se sostuvo con el crimen organizado y el hurto del patrimonio estatal.
Debió hacerlo porque el ofrecer disculpas al pueblo no es una vergüenza sino una muestra de altura de miras. También debió pedir perdón públicamente por haber gestionado recursos federales –presume que fueron 4 mil millones de pesos en últimos cinco años del duartismo- para Veracruz, a sabiendas que estos llegaban a la Secretaría de Finanzas y buena parte se la robaron sin llegar a los necesitados. Yunes Zorrilla fue –sin querer o tal vez a sabiendas- un gestor financiero para el bolsillo de Duarte y sus cómplices. Nunca exigió que los recursos gestionados se aplicaran directamente sin pasar por las manos de Duarte.
Por ello, pese a que su discurso en la asamblea priista fue bueno, se careció de credibilidad y su emisor de autoridad moral tanto para criticar a la Administración presente como para presentarse como una opción diferente a lo que él denominó como algunos priistas “pecadores”. El pecado de obra y de omisión está bastante claro y lo que hoy se padece en inseguridad, crisis financiera, pobreza galopante –por citar los tres flagelos más letales- son la herencia de los desmanes del innombrable y de Duarte de Ochoa, a los que consintió y encubrió silentemente.
En resumen fueron palabras tardías que debieron pronunciarse en el 2010 o en el 2016. De lo anecdótico en la encerrona priista está el mal augurio de que fue el todavía dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, quien le tomó protesta. Se hubiera esperado un fin de semana más para que lo hiciera el nuevo líder del tricolor porque se anticipa que Ochoa Reza será relevado del cargo esta semana, pues hoy está repudiado por gran parte del priismo nacional por su quehacer desastroso en el partido.
También Yunes Zorrilla se aventuró a pronunciar halagos desmedidos al dirigente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Carlos Romero Deschamps, uno de los símbolos más brillantes de la corrupción en el País. ¿Entonces a que juega el peroteño si rechaza la corrupción de los priistas en Veracruz y por otro lado se desvive en piropos con Romero Deschamps el máximo “huachicolero” de la Nación? La saliva gastada en esa zalamería son gotas de ácido sobre su proyecto electoral. También desperdició saliva en alabar a su homólogo, Héctor Yunes, el felón quien hasta el cansancio quiso boicotear su postulación.
VA EL SEÑORITINGO
Tremenda mezcolanza de impresentables, inexpertos, parientes e intereses personales hay en el distrito de Córdoba donde, sin duda, tendrá lugar un experimento de lo que no debe hacer para hacerse de una Diputación. Este fin de semana se conoció que el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en alianza con los partidos del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES) lleva como candidato a la Diputación Federal al panista Hugo Fernández Bernal.
El exalcalde de la ciudad y exdirector de Obras Públicas en el Ayuntamiento que acaba de terminar, cargo por el cual está lleno de señalamientos por irregularidades que podrían acreditar un daño patrimonial, va a portar las siglas de Morena que tiene como trilogía moral el “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo”. ¿No es de risa loca? Aun así, ese ‘señoritingo’, de los que tanto repudia Andrés Manuel López Obrador, estará en la boleta. ¿A poco los cordobeses votarán por el señor Fernández Bernal, conociéndolo?
Quien se quedó en la raya fue el diputado local, Zenyanzen Escobar, al que marginaron de la postulación, pero le endulzaron el oído como una promesa que también es hilarante: será secretario de Educación en Veracruz a partir del primero de diciembre cuando Cuitláhuac García se convierta en Gobernador. ¡No se rían, que es en serio!, bueno al menos el profesor Zenyanzen se la creyó y ya se ve sentado en la oficina xalapeña disponiendo del sistema educativo de la Entidad. El maestro se puede quedar como ‘el perro de las dos tortas’ sin la Diputación y sin el cargo en el gabinete. Y se lo tendrá bien ganado por ingenuo.
Morena lleva como candidatos a las diputaciones federales de Orizaba y Zongolica, a Dulce María Corina Villegas Guarneros y Bonifacio Aguilar Linda, exalcalde de Soledad Atzompa. Por el distrito 4 con cabecera en el Puerto de Veracruz, Morena postula al constructor fidelista Ricardo Exhome Zapata, quien ya fue candidato a la alcaldía en el 2017 y perdió.
En Xalapa Urbano es candidata la diputada local, Daniela Griego Ceballos, la única legisladora de Morena que vale la pena en el Congreso Local, pues su quehacer legislativo y su activismo político de izquierda desde hace años la acredita. No así al candidato por Xalapa Rural, el exrector de la Universidad Veracruzana y exalcalde de Xalapa por Convergencia –hoy Movimiento Ciudadano- Rafael Hernández Villalpando, motejado como “El Loco Villalpando”.
A ese señor se le apagó la estrella electoral y no volvió a ganar unos comicios después de huir y mantenerse prófugo de la justicia durante varios años, luego de que en el 2000 el gobernador Miguel Alemán lo mandó a desaforar por el delito de bigamia –en realidad fue por pelearse con él y mandar a publicar un libelo contra su esposa, la francesa Christiane Magnani-. Hoy lo resucita ese poder mágico de levantar a los muertos y perdonar a los pecadores que tiene Andrés Manuel López Obrador. Ya se verá si en las urnas de votación se consagra el milagro del Mesías de Morena.