Por Andrés Timoteo / columnista
EL LEGADO JUARISTA
Es acertada la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de que México no se sume a la asonada contra Venezuela que lidera el norteamericano Donald Trump. Mantener la regla internacional de no intervención en asuntos de otros países es lo mejor que puede hacer el mandatario mexicano y sobre todo porque es un precepto que está en la Constitución Política de la Nación.
Ahora más que nunca debe prevalecer el legado de Benito Juárez sobre que “entre los pueblos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”. El pensamiento y la austeridad juarista son necesarios hoy más que nunca para salir al paso de los tiempos confusos y las trampas del fascismo.
Hasta hoy México sigue reconociendo a Nicolás Maduro como presidente constitucional de Venezuela y rechazando esa suerte de golpe de Estado con el que se pretende imponer al derechista Juan Guaido, líder de la Asamblea Nacional, como mandatario espurio, no electo en las urnas. Se aplaude, entonces, la decisión lopezobradorista de no involucrarse en esa injerencia transnacional que buscar derrocar a un presidente electo constitucionalmente.
Es cierto, Maduro no es ni la sombra de Hugo Chávez y el pueblo venezolano sufre una crisis económica terrible acompañada de actos contra los derechos humanos, pero esa situación también fue empujada desde el exterior con el bloqueo internacional en materia económica y financiamiento de Estados Unidos a sabotajes internos, especulación y rupturas del marco legal.
Sin embargo, si se habla del tema de derechos humanos como es la consigna de muchos que exigen que México desconozca al gobierno venezolano por ese motivo, pues entonces se debe comenzar con el desconocimiento del gobierno de Estados Unidos que atropella los derechos básicos de los migrantes, incluidos niños a los que separa de sus padres o los encierra en jaulas.
O las guerras internacionales lanzadas contra países del Medio Oriente en la que masacran con bombas a niños, mujeres y ancianos inocentes. ¿No es eso suficiente para desconocer a Trump como ahora se clama con Maduro? También se tendría que desconocer al gobierno de los ultraderechistas Jair Bolsonaro de Brasil y Mauricio Macri de Argentina que hunden a sus pueblos en la miseria negándoles lo básico.
También los que hoy se desgarran las vestiduras por la derecha en Venezuela sería mejor que se pongan al día en la real geopolítica ya que ese intento de golpe de Estado tiene como trasfondo el apoderarse de las riquísimas reservas petroleras, las mayores del mundo muy por encima de las de Arabia Saudita. Bien lo dice la canción de La Paloma Juarista: “Cuánta falta nos hace Benito Juárez/para desplumar aves neoliberales”.
‘PRIMOR’ INSTITUCIONALIZADO
“A confesión de parte, relevo de pruebas”, dice el axioma legal con el que se evita que los acusadores tengan que probar un hecho que ya fue confesado. Así sucede con el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) que está de amores con el Revolucionario Institucional con el que formaron la alianza legislativa “PriMor”, luego de que ésta misma les funcionó magníficamente en el plano electoral en las pasadas elecciones.
Y no es una especulación, pues la propia dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, ya lo dijo abiertamente: “se oye mucho mejor PRIMOR que PRIAN”. Es más, alabó la “voluntad” del tricolor para “construir alianzas por el bien del País”. No se rían que es cierto, Polevnsky le dedica mensajes amorosos a los priistas a pesar de que todos saben que ellos lo menos que quieren es el bien de la Nación.
La experiencia política de todos los mexicanos con el PRI fue de un partido que se alía con otros solo por tres motivos: Uno, conseguir el poder. Dos, mantener privilegios o hacer negocios. Y tres porque cobran en efectivo y mucho, un voto que pueda ser decisivo en cuestiones parlamentarias. Así que la lideresa morenista peca de inocente enamorada o de viva pretendiendo engañar a la opinión pública.
El “PriMor” -que también lleva anexado el “MoVer”, alianza con el Verde Ecologista- se estrenó formalmente en el terreno legislativo el pasado 16 de enero cuando en la Cámara de Diputados se aprobó la creación de la Guardia Nacional que conlleva a la militarización del País. La segunda muestra de esa alianza de Morena con el tricolor fue el lunes en el Congreso local de Puebla, donde se designó al priista Guillermo Pacheco Pulido como gobernador interino.
Pacheco Pulido, exalcalde de Puebla y expresidente del Tribunal Superior de Justicia de esa entidad está muy ligado a dos personajes de raigambre en Morena y en el PRI. Uno es el exgobernador Manuel Bartlett, exsenador y actual director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y otro Mario Marín, el “Gober Precioso” en cuyo sexenio dirigió el Poder Judicial.
El gobernador interino estará al menos seis meses en el cargo y conducirá en los hechos la elección extraordinaria para elegir a un nuevo mandatario, luego de la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso el 24 de diciembre de 2018. Su llegada al poder poblano fue con el acuerdo del tricolor y tiene la encomienda de ser una barrera para evitar que el PAN vuelva a ganar los comicios. En pocas palabras, Pacheco Pulido será el encargado de hacer la “elección de Estado” a favor de Morena, algo de lo que tanto se quejaron los morenistas durante años.
En Veracruz el “PriMor” no es algo nuevo, pues desde 2016 se construyó cuando Javier Duarte de Ochoa y volvió a funcionar en las elecciones del año pasado. Lo mismo en temas parlamentarios en los que ahora mismo el “PriMor” veracruzano está muy activo, ya los cuatro diputados priistas han votado junto con Morena algunos asuntos.
Más aún, el presidente de la mesa directiva, José Manuel Pozos Castro es un priista irredento -y lo peor, un fidelista encepado- que está colocado en primera línea legislativa en la versión local de la “Cuarta Transformación”. Así, lo que la dirigente Polevnsky confesó a nivel nacional en Veracruz es historia vieja.